PRENSA INDEPENDIENTE
Septiembre 2, 2003

OLA REPRESIVA
Uno de los presos de conciencia más joven del mundo

SANTA CLARA, Cuba - septiembre (www.cubanet.org) - "Me mantengo firme a mis principios e ideas, las que nunca cambiaré ni negociaré por ningún beneficio. Nosotros estamos secuestrados en este lugar, porque no hemos cometido ningún delito, ni tampoco trabajamos para una potencia extranjera, sólo luchamos por la libertad del pueblo cubano. Sencillamente estamos haciendo historia", escribió recientemente desde la prisión Léster González Pentón, opositor pacífico y prisionero de conciencia de 26 años condenado a 20 años de prisión durante la reciente ola represiva contra la sociedad civil.

El joven luchador anticastrista denuncia que mientras permaneció en el DSE de Santa Clara, tuvo que enfrentar todo tipo de bajezas y presiones, porque trataron de doblegarlo: "Allí se arrodilla el que quiere", dice y agrega: "Supe que a Librado Linares un aparente preso le propinó una paliza, pero este hermano se mantuvo firme y lo demostró al día siguiente, en el juicio con su valiente alegato y crítica a la situación actual del país".

En el campamento general de la Policía política de Villa Clara, Léster fue llevado a una celda de castigo donde intentaron doblegarlo, pero su respuesta fue plantarse, prefiriendo la muerte, antes que vivir con desvergüenza. De los 36 días que permaneció allí, lo dejaron dormir sólo tres noches. Otro detenido lo golpeó por el pecho, "pero no lograron que me prestara a sus juegos diabólicos", señala.

A su llegada a Kilo 8, fue sumergido en una celda oscura, llena de ratas, cucarachas y mosquitos, hasta poco antes de recibir una visita de altos funcionarios gubernamentales, el viernes 16 de mayo. Entre los visitantes se encontraba el general de Brigada Calderín, presentado como Jefe de Cárceles y prisiones del país, acompañado por cuatro oficiales de la Seguridad del Estado del más alto nivel, así como varios altos oficiales de la provincia. El objetivo de la visita era constatar "in situ", las condiciones de vida de los prisioneros. Para la ocasión restablecieron el servicio eléctrico y el agua en la celda que habita ahora, de apenas 2,5 metros de largo por l.5 de ancho, baño incluido.

Después de la visita, las autoridades carcelarias comunicaron a los prisioneros de conciencia las nuevas medidas gubernamentales: permanencia en esas celdas en solitario durante un año; visitas cada tres meses de dos familiares mayores (padres, esposas y hermanos) y los hijos, que pueden llevar sólo el almuerzo; visitas conyugales cada cinco meses según la conducta; entrega de alimentos cada cuatro meses -30 libras de peso comprobadas rigurosamente por una balanza, las que deben ser dejadas por los familiares en la puerta del penal. El segundo año serían trasladados a un cubículo con otros presos comunes, en una cárcel como Kilo 8, almacén de los delincuentes más connotados del país, para luego extinguir las condenas en una cárcel de su provincia.

Ubicado junto a otros siete prisioneros de conciencia condenados durante la última ola represiva contra los disidentes y periodistas independientes, en un pasillo apartado de los presos comunes, en celdas alineadas, tapiadas y separadas, reciben los alimentos en bandejas por debajo de la puerta, no tienen acceso a la radio, la TV ni a los periódicos en circulación. Los únicos beneficios son recibir la correspondencia de manos del reeducador y una hora de soleador al día en caso que no esté lloviendo. A los soleadores son llevados esposados, en jaulas de gruesas cabillas. Es el único momento que pueden verse las caras los ocho luchadores anticastristas. Además semanalmente se les permiten diez minutos de conversaciones telefónicas, si el equipo de comunicación está funcionando.

Junto a Léster González Pentón, de Santa Clara, condenado a 20 años, se encuentran en la prisión de máximo rigor Kilo 8, en Camagüey, el periodista independiente Ricardo González Alfonso, de La Habana, condenado a 20 años; Regis Iglesias Ramírez del Movimiento Cristiano Liberación en La Habana, a 18 años); Miguel Valdés Tamayo, de La Habana, con una sanción de15 años; el periodista independiente Omar Rodríguez Saludes, de La Habana, condenado a 27 años; José Miguel Martínez, de La Habana, condenado a 13 años; Claro Sánchez Altarriba, de Santiago de Cuba, con una condena de 15 años, y Eduardo Díaz Fleitas, de Pinar del Río, condenado a 21 años.

"Todo ha sido una estratagema de los Castro para presionar al mundo. El injusto procesamiento penal que se nos realizó a los 75 opositores y periodistas independientes, sin pruebas de ningún tipo, indica que el sistema está ahogado. Esperemos que 'esto' coja un buen camino. Mientras más mal nos lleven aquí adentro es porque, mejor van las cosas", concluye la carta de González Pentón. cnet/46


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