OLA
REPRESIVA
Ni
vulgares, ni delincuentes
LA HABANA, septiembre (www.cubanet.org) - Dos
fiscales, que dijeron nombrarse María Boutel
Fernández y Pedro Pérez Peña,
se personaron el 15 de julio en el penal provincial
Kilo 8 de Camagüey, supuestamente para conocer
la situación de los prisioneros de conciencia
condenados durante la última ola represiva
que allí se encuentran.
Según sus palabras, el objetivo de la
visita era escuchar quejas de los reclusos sobre
su situación y el trato recibido, si había
sido violado algún que otro derecho en
sus personas. Regis Iglesias comenzó a
explicar las diferentes situaciones que ellos
enfrentan allí, en especial con las llamadas
telefónicas. La respuesta dada en voz alta
por el fiscal, como para que fuera escuchada por
los demás reclusos, es que ellos son considerados
vulgares delincuentes por haber violado la ley
y que ése es el trato estipulado para estos
casos. La respuesta del prisionero fue concluir
la conversación y virarse de espaldas a
los visitantes.
Los fiscales trataron de renovar con otros el
diálogo interrumpido, enmendado su falta
de tacto en la grosera consideración dada
a Iglesias. De esa manera explicaron al preso
Miguel Valdés Tamayo, que todo aquel que
infringía la ley era calificado de la forma
antes expuesta. Valdés Tamayo les preguntó
si conocían la existencia del Proyecto
Varela. Al recibir respuesta afirmativa, el prisionero
recordó que a pesar de que esa propuesta
ciudadana era legal y constitucional, el Gobierno
cubano no lo había reconocido, por lo cual
estaba violando la ley. Las conclusiones para
esta interpelación pueden ser deducidas.
El periodista independiente Omar Rodríguez
Saludes les increpó su falta de ética,
su grosería y la muestra de parcialidad
al no defender los derechos del preso, mientras
lo que hacen es gritarle en la cara todo lo negativo
que sienten sobre él. Manifestó
además que la presencia de ellos en el
lugar era para cumplir una formalidad y constituía
un acto de hipocresía. En un esfuerzo por
salvar la situación, la fiscal Boutel explicó
como doctrinal la interpretación dada por
su compañero en la consideración
de los prisioneros cubanos, pero Ricardo González,
también periodista independiente, replicó
preguntando si los prisioneros cubanos en Estados
Unidos podían ser considerados delincuentes
vulgares desde el punto de vista doctrinal de
la justicia de aquel país.
Es inaudito querer hacer diálogos humillantes
utilizando palabras ofensivas, con personas que
tienen fuerza en sus convicciones, y esas convicciones
están fundamentadas en la Declaración
Universal de los Derechos Humanos proclamada por
la ONU y refrendada por el Gobierno cubano. La
prisión de estos hombres es injusta. Ellos
están condenados a altísimas penas
de cárcel, dictaminadas en procesos arbitrarios
por el propio Gobierno y los fiscales que le representan.
No son delincuentes ni mercenarios. Sin embargo,
son tratados como tales. cnet/43
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