Un
canto se hace eco de Zoé Valdés
José Antonio Evora, El Nuevo Herald,
29 de octubre de 2003.
Antes de que Zoé Valdés empiece
a hablar este domingo en la apertura de la Feria
del Libro, los asistentes a la charla escucharán
de boca de Elaín Morales la canción
Lobas de mar, el mismo título de la novela
que ella presenta esa noche en el Wolfson Campus,
del Miami-Dade College.
La similitud no es casual.
''Terminé de leerla, y me senté
a escribir la canción'', dice Morales,
de 26 años, un intérprete cubano
que vive en Estados Unidos desde el 2000, cuando
decidió quedarse aquí durante una
gira del grupo en el que cantaba, Pachito y sus
Kini Kini. "Lo que me llama la atención
es que, sin ser lo mismo, el libro se empató
con todo lo que yo estaba viviendo en ese momento.
Fue una experiencia riquísima; aquello
salió solo''.
El empresario Pepe Horta hizo llegar el número
a Valdés, que de inmediato sugirió
a los organizadores de la Feria del Libro abrir
su presentación de Lobas de mar con la
canción. Elaín, mientras tanto,
está disfrutando cada vez más de
su nueva faceta de compositor, al cabo de años
cantando salsa y música tradicional en
La Habana con el grupo de Pachito Alonso, la Orquesta
Sello LA y el septeto Raíces.
''Mi hermano, que es cuatro años mayor
que yo, siempre escribía mucha poesía,
y a mí me costaba trabajo completar una
estrofa'', cuenta Elaín. "Aquí
[en Miami], después que empecé a
leer más, escribí unas cuantas canciones
de amor y ya no me siento incómodo cuando
me pongo a componer. Me siento bien, pero no deja
de asombrarme eso de que cada una salga mejor
que la anterior''.
A ese mismo hermano, dice, debe su gusto por
los más diversos tipos de música,
desde Caetano Veloso hasta Queen, porque los ponía
a toda hora. En su familia --y lo confiesa casi
con pudor-- no hay ni un solo músico, al
punto de que su madre intentó desanimarlo
cuando Elaín llegaba a la casa con alguna
guitarra prestada por un amigo.
''En el barrio había tres o cuatro que
sabían tocar guitarra'', recuerda. 'Yo
era el más chiquito, y cuando pedía
que me prestaran una me decían que no,
hasta que el que luego sería mi mejor amigo
me dio la suya y aprendí a tocar solo.
Mi mamá me vio obsesionado y me llevó
a una casa de cultura, donde un instructor aseguró
que yo no podía tocar porque tenía
las manos chiquitas. '¡Olvídate!',
me dijo mi madre, pero eso lo que me dio fue más
fijación''.
Luego, como suele ocurrir en estos casos, la
más orgullosa era ella.
Poco después de radicarse en Estados Unidos
se fue de Miami a Chicago, y al regreso debutó
en Café Nostalgia. Ahora, con su dossier
en manos de varias compañías disqueras
--EMI Latin, BMG y Fonovisa--, ha sido invitado
por María Conchita Alonso a presentarse
como artista invitado en los conciertos que la
cantante y actriz dará los días
7 y 8 de noviembre en el Cabaret Tropigala, del
Hotel Fontainebleau Hilton, en Miami Beach. Antes,
el día 31 de este mes, podrá vérsele
en el programa El Vacilón, del recién
estrenado Canal 22.
''Todos los géneros musicales me gustan;
en todos hay algo que ha influido en lo que hago'',
afirma Elaín. "Sé que el tipo
de canción que estoy componiendo ahora
puede parecerle insolente a algunas personas,
pero acepto reproches. Si con una composición
mía puedo despertar un sentimiento, lo
mismo positivo que negativo, ya para mí
tuvo sentido hacerla''.
jevora@herald.com
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