Cardenal
Ortega: El Estado cubano sigue viendo a la Iglesia
como enemiga
ZENIT
- El mundo visto desde Roma. 5 de octubre de 2003.
El purpurado analiza los acontecimientos de
estos meses en Cuba
MILÁN, 5 octubre 2003 (ZENIT.org-Avvenire).-
El cardenal Jaime Lucas Ortega, arzobispo de La
Habana, de visita en Italia en días pasados,
ha ilustrado a los católicos de Milán
la situación de la Iglesia en su país.
En esta entrevista el purpurado, de 67 años,
confiesa las dificultades y desafíos que
afronta la Iglesia en la isla, particularmente
en los momentos de tensión que ha experimentado
la política internacional cubana en los
últimos meses.
--¿Qué ha cambiado en estos meses
en Cuba?
--Cardenal Ortega: Tengo que decir que poco o
nada, al menos desde el punto de vista económico
y social. La vida sigue como antes, con las restricciones
y las dificultades que son bien conocidas. Las
críticas y las polémicas con algunos
gobiernos extranjeros han encendido la vida política.
Pero repito, la vida cotidiana ni ha mejorado
ni ha empeorado.
--¿Sigue sufriendo limitaciones la actividad
de la Iglesia?
--Cardenal Ortega: A partir de la visita del
Papa en enero de 1998, la Iglesia obtuvo algún
espacio más a nivel social. Tenemos una
Cáritas muy activa, en las parroquias se
desarrollan iniciativas de voluntariado al servicio
de los pobres y los enfermos. Pero la presencia
de la Iglesia sigue siendo muy limitada a nivel
educativo y de medios de comunicación.
--En su último documento la Conferencia
de Obispos Católicos de Cuba, que usted
preside, ha hablado de un regreso del régimen
socialista a la lucha ideológica de los
años sesenta. ¿Qué quiere
decir?
--Cardenal Ortega: Nos da la impresión
de que nuestro país está en lucha
sutil contra la Iglesia, vista como una institución
privada que tiene que ser dejada al margen para
que no sustraiga fuerzas y energías a la
revolución. Encima de nuestras cabezas
está siempre la Oficina de asuntos religiosos
del Comité central del Partido Comunista,
un órgano de control que limita la acción
evangelizadora de la Iglesia. Para el Estado cubano
la Iglesia o es aliada o es enemiga. Una visión
ideológica que no tiene en cuenta su auténtica
naturaleza y misión en el mundo.
--¿Es verdad que mucha gente a redescubierto
la Iglesia tras la visita del Papa?
--Cardenal Ortega: Sí, se ha dado un acercamiento
por parte de aquellos que en años pasados
se habían retirado por miedo a posibles
repercusiones a nivel social. Están también
los que buscan nuevos horizontes espirituales.
Digamos que a nivel religioso se ha dado un crecimiento,
no espectacular, pero ciertamente significativo.
Los números son reducidos. Pero tenemos
que tener en cuenta que la población en
Cuba sigue disminuyendo.
--¿Se refiere a la emigración?
--Cardenal Ortega: Sí, es el problema
más grave de Cuba, un problema que nos
preocupa mucho. Demasiada gente se va o tratar
de irse. No se da sólo el fenómeno
de la emigración clandestina. En cuanto
tienen la posibilidad de obtener un visado para
un país extranjero se van y no vuelven.
Sobre todo los jóvenes. Esto quiere decir
que hemos perdido definitivamente la esperanza
en nuestro país. Y esto es muy triste.
--Diga la verdad, ¿es todavía posible
el diálogo con el régimen socialista
de Cuba?
--Cardenal Ortega: Como dijo Juan Pablo II en
su discurso de La Habana, sólo con el diálogo
se pueden superar las dificultades. Y yo me mantengo
fiel a este principio. Para nosotros el Papa es
una presencia cercana. Conoce bien nuestra situación,
pues vivió una análoga en Polonia...
No, no creo que Juan Pablo II haya cambiado de
idea. Lo dijo recientemente el cardenal Angelo
Sodano, secretario de Estado: a quien le preguntaba
si la Santa Sede no pretende romper las relaciones
con Cuba tras las ejecuciones capitales y las
condenas a la cárcel de muchos opositores
políticos, respondió que el Papa
no se arrepiente de promover el diálogo.
Pretende continuarlo, aunque se hace cada vez
más difícil".
[Traducción del italiano realizada
por Zenit]
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