Entrevista
al periodista Bernardo Arévalo Padrón recién salido
de una cárcel cubana
"Pienso continuar en la prensa
independiente"
Por Gabriel C. Salvia. CADAL.
Argentina, 19 de noviembre de 2003.
Acaba de salir de prisión el periodista
independiente cubano Bernardo Arévalo Padrón,
quien fue condenado el 28 de noviembre de 1997
por "desacato", tras haber calificado
de "mentirosos" al presidente Castro
y al vicepresidente Carlos Lage en una comunicación
telefónica con Radio Martí, la emisora
financiada por el gobierno norteamericano que
emite hacia Cuba. El periodista les acusaba de
no atenerse a los compromisos democráticos
firmados en la Cumbre Iberoamericana de 1996.
Bernardo Arévalo Padrón estuvo detenido,
desde julio de 2002 en la cárcel de Ariza,
en la provincia de Cienfuegos (Centro). Desde
noviembre de 1997 lo trasladaron a numerosas cárceles,
y entre ellas a algunos campos de trabajo en los
que le obligaron a cortar caña de azúcar.
Según su mujer, Libertad Arévalo,
entonces tuvo varios problemas de salud: sacrolumbalgia,
insuficiencia cardiaca y leptospirosis. Desde
octubre de 2000 Bernardo podía pretender
una libertad anticipada, porque había cumplido
la mitad de la condena. Pero la administración
penitenciaria se la negó siempre "por
su falta de cooperación con el programa
de reeducación". Arévalo Padrón
cumplió completamente los seis años
de prisión, donde renovó sus convicciones
y ya se encuentra trabajando por la democracia
y la libertad de expresión en Cuba desde
la Agencia Periodística José Maceo
que fundó junto a otro héroe del
presidio político cubano: Jorge Luis García
Pérez, conocido como "Antúnez",
que sigue en prisión.
A una semana de cumplida su condena, CADAL entrevistó
telefónicamente desde La Habana a este
referente de la prensa libre cubana.
-¿Cómo te encuentras Bernardo?
-Alegre por estar de nuevo en la calle y deprimido
al ver que continúa la represión
en mi patria. Veintinueve colegas nuestros de
la prensa están guardando prisión.
-¿Cómo fue tu experiencia en la
cárcel?
-En la cárcel fue una experiencia muy
deprimente. Hacinamiento, insectos, la alimentación
es inestable. Por la noche hay una visita de la
capital y ese día mejora la alimentación
y después todo vuelve a ser igual. En ocasiones
daban panzas de res en estado putrefacto, eso
es la prisión de Ariza. También
había riñas entre reclusos comunes,
porque a los políticos los obligan a convivir
con reclusos comunes. Fui golpeado en una ocasión,
por lo cual tuve que ir a un salón de operaciones
y estoy sufriendo secuelas de ello: me fracturaron
el tabique nasal. Eso ocurrió el día
11 de abril de 1998 a las dos de la tarde para
ser más exacto. Fui maltratado psicológicamente.
Tengo un hijo pequeño de 11 años
de edad que tenía 5 cuando yo fui encarcelado.
Él vive en Camagüey, es de un matrimonio
anterior. Mi padre vive en Camagüey también.
Cuando venía, en varias ocasiones lo viraban
para atrás, le decían no, no tienen
visita. Y en una ocasión me dieron cinco
minutos, el 16 de septiembre del año 2001.
Cinco minutos con mi hijo, me abrazó llorando,
me hicieron ir para atrás y no le dieron
la visita. Yo fui para el encierro y ellos de
nuevo para Camagüey. Sólo en tres
ocasiones me dejaron verlo, en dos oportunidades,
fue en noviembre del 98 y el 16 de septiembre
del año 2001, eso me chocó grandemente.
La correspondencia es violada, no me la entregaban.
Me llegaba correspondencia principalmente de Europa
y de América Latina, de colegas de la prensa.
Me enteraba por algunos militares amigos que me
lo decían, o que algunos se las robaban
de las oficinas de la policía política
y me las entregaban, puesto que la seguridad del
estado se negaba a dármela. Me decomisaron
un reloj de bolsillo que es un recuerdo de familia,
me decomisaron una radio, porque ellos no toleran
que uno escuche la radio libre, de la diáspora,
del exilio de Miami.
-¿Qué piensas hacer ahora?
-Pienso continuar en la prensa independiente.
Ya hemos fundado una nueva agencia. El preso político
Jorge Luis García Pérez, más
conocido como Antúnez y yo, el pasado 10
de octubre día de nuestro grito de independencia,
constituimos la nueva agencia nombrada José
Maceo donde soy director interino, el director
es el periodista Antúnez.
-¿No tienes miedo que te vuelvan a poner
preso?
-Es un riesgo que hay que correr. Nosotros deseamos
la libertad de prensa en nuestro país,
deseamos la democratización pacífica
de nuestra patria, la transición hacia
un estado de derecho. Deseamos que el gobernante
más tarde o más temprano tenga que
ceder, como hizo Pinochet que realizó un
referéndum, perdió y se retiró,
como hizo Daniel Ortega en Nicaragua, como va
a hacer Hugo Chávez en Venezuela. No le
queda otra opción a Fidel Castro que la
transición pacífica a la democracia.
Si nos encarcela de nuevo, de nuevo se alzarán
las voces de ustedes para denunciar nuestro caso.
Algún día tendrá que ceder.
Si nos mata en la calle seremos mártires
de la libertad y de la libertad de prensa. Son
riesgos que hay que correr, son gajes del oficio,
como pasa en Colombia, como pasa en países
árabes por ejemplo. Aquí en Cuba,
hasta el momento el gobierno no ha matado a ningún
periodista independiente, los encarcela, los mata
en vida. A mí me ha robado seis años
de vida, de juventud. Soy joven, nací en
1960, tengo la esperanza de que esta situación
cambie. No puede continuar, es intolerable. Todos
los años no se puede encarcelar a 75 opositores
pacíficos, la presión internacional
lo volvería loco. Confiamos en que Dios
le haga cambiar, cumplir las leyes biológicas,
ya tiene 77 años de edad y quizás
el que venga después sea un émulo
de Gorbachov, pero reitero: el cambio tiene que
ser pacífico, sin derramamiento de sangre,
sin violencia, sin revancha, sin ajuste de cuentas.
Nos jugamos por la paz, la reconciliación
entre los cubanos, el perdón, el olvido,
el borrón y cuenta nueva. Esto lo digo
a título personal.
-Te felicito por tu valentía y especialmente
por lo difícil que debe ser aceptar esto
por parte de tus seres queridos.
-Sí, mucha alegría en este momento
por la excarcelación, pero con un poco
de preocupación. Mi esposa está
preocupada, teme que cuando salga, la seguridad
del estado me vuelva a arrestar. Es una preocupación
con fundamento.
-Cuando sucedieron las detenciones masivas tenía
el temor de que se olvidaran de ti y de los otros
cuatro periodistas que siguen presos desde antes
de marzo de 2003.
-Pero al parecer no se atrevieron a darnos más
años. Yo cumplí la sentencia completa,
hasta el último día y no me han
perdonado nada. Es algo cómico, me soltaron
48 horas antes de cumplir la sanción. Ya
con eso se ensañaron bastante, nunca me
dieron libertad condicional, ni rebaja de sanción,
nada. En estos momentos soy un ciudadano libre
en este país, con toda la plenitud de derechos,
derecho entre comillas, libertad entre comillas,
pero bueno estoy libre. Actualmente soy vigilado
las 24 horas del día por la policía
política. Este teléfono está
tomado, están monitoreando y grabando la
conversación, la transcriben y después
se la pasan al ministro del Interior.
-Bernardo, ¿cómo sentiste que te
recibieron tus vecinos, la gente cercana que conocía
tu situación?
-Con mucho calor, mucho amor, me abrazaban en
las calles. Se detuvo el tránsito en la
calle, ya que se detuvieron varios coches para
abrazarme, y mi esposa me dijo "mira, han
detenido el tráfico". Me abrazaban.
Fui al cementerio a darle flores a mi hermano
y a los familiares difuntos, y hasta los sepultureros
me abrazaban.
-Eso me emociona muchísimo, porque es
toda una señal.
-Muchas gracias porque también nos emociona
que te preocupes por nosotros. Sabemos que no
estamos solos en Cuba, que América es un
solo pueblo. Sinceramente con todo corazón,
siempre lo tendremos en cuenta, que se preocupen
por los oprimidos aquí en Cuba. También
me dices que viste el video donde aparece mi esposa.
Yo no he tenido oportunidad de verlo ya que estaba
en prisión cuando ella lo filmó.
Para concluir Gabriel, quiero expresarte que
soy católico apostólico romano,
soy cristiano, no guardo ningún rencor
a los gobernantes de Cuba, no le guardo ningún
rencor a los militares que me golpearon, no les
guardo ningún rencor a los que me maltrataron
u ofendieron en la cárcel. Jamás
tomaré venganza contra ninguno de ellos.
Esto quiero que lo sepa el mundo entero y la propia
policía política que está
grabando en estos momento la conversación.
Yo no guardo odio, pero sí quiero justicia,
en el sentido de que voy a entablar una querella
legal contra el gobierno de mi país por
haberme encarcelado injustamente, por haberme
golpeado. Va a ser una querella civil. Por estos
medios estoy solicitando un abogado que me represente
en el estado de la Florida. El gobierno cubano
tiene fondos congelados allí en los Estados
Unidos. De esos fondos yo quiero que se me indemnice
ya que con ese dinero vamos a financiar la prensa
independiente dentro de Cuba. No es un afán
de lucro lo que nos mueve, ni la materialización,
ni el amor al dinero es para financiarnos, reitero,
ya que carecemos de materiales de oficina de todo
tipo. Desde una hoja hasta un bolígrafo.
No tenemos máquina de escribir, no tenemos
fax, no tenemos computadora, no tenemos teléfono.
Solamente voluntad y deseos de trabajar por la
libertad de expresión.
Aprovecho para mandarle una felicitación
a la Sociedad Interamericana de Prensa, la SIP,
al Comité de Protección a los Periodistas
con sede en New York, a la organización
de periodistas de New York que me otorgó
un premio. Lamentablemente en estos momentos no
recuerdo su nombre, sus siglas. A Reporteros Sin
Fronteras, a Amnistía Internacional, en
fin, a todos los que se preocuparon por nuestra
situación en estos largos seis años
de cautiverio. Me emociona que me hayan llamado
y que se hayan preocupado por nosotros.
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