Testimonio
de miembro del Movimiento Cristiano Liberación
desde una celda de castigo
Alberto Martínez Fernández.
Puente
Informativo Cuba Miami.
(Prisión Provincial de Guantánamo,
Cuba, 4 de noviembre, Puenteinfocubamiami.org)
-
Amigos y hermanos:
He tomado cautelosamente hacer esta carta desde
la prisión, y le pido a Dios que no sea
interceptada por la mafia carcelaria, por motivo
de golpiza o represión.
Desde el año 1990 que comenzó mi
vida como opositor pacífico, he sido reprimido,
encarcelado, secuestrado, torturado en reiteradas
ocasiones. Voy a mostrar o mencionar algunos elementos
revelantes de mis persecuciones políticas.
Septiembre de 1992- detenido e interrogado con
el uso de la fuerza y violencia por los órganos
represivos del Departamento de la Seguridad del
Estado.
23 de mayo de 1994- detenido y golpeado salvajemente.
Llevado a los temibles calabozos de la (CIM) Contra
Inteligencia Militar, permaneciendo tres (3) meses
desnudo bajo innumerables interrogatorios acompañados
de humillaciones, golpizas, mosquitos, cucarachas
y otros insectos, sin conocer cuando oscurecía
o amanecía.
27 de Agosto de 1994- trasladado al calabozo
#12 de "Operaciones", Departamento de
la Seguridad del Estado de Guantánamo.
Donde El Mayor Aramís Creach Pillot, me
comunicó que mi esposa se encontraba detenida
en la celda # 15, lo que me llevó a varios
días de huelga de hambre. Allí fui
sometido a innumerables chantajes, interrogatorios,
maltratos de obra y de palabra.
17 de octubre de 1994- trasladado a la prisión
provincial de Guantánamo "Celda de
Castigo" # 13 sin derecho a colchón,
sábanas y otras limitaciones, acompañado
de ratas, cucarachas, mosquitos, humillaciones
y golpizas.
Más tarde me trasladaron al órgano
provincial de la Policía Nacional Revolucionaria
(PNR) de Holguín, allí se encontraban
varios oficiales del Departamento de Seguridad
del Estado, contrainteligencia militar, varios
terroristas de las llamadas "Brigadas de
Respuesta Rápida". Donde un Tribunal
Militar Territorial de Holguín compuesto
por oficiales del MININT y las FAR, me encausaron
en la causa # 7/94 por los supuestos delitos de
sedición, hurto de armas, salida ilegal
del territorio nacional y acto preparatorio de
piratería. Muchas de estas imputaciones
eran falsas. Fui condenado a 6 años de
privación de libertad junto a otros compatriotas,
algunos se encuentran por persecución política
en el exilio.
Permanecí en celdas de castigo hasta el
13 de mayo de 1996. Un año y seis meses
estuve en aquella terrible pesadilla, cuando mi
esposa me vio por primera vez, muy blanco con
las uñas largas, pesando sólo 40
Kg. de 70 Kg. que pesaba comenzó a llorar,
y le dije... Mi amor no llores que yo voy hacer
lo mismo...
El 2 de septiembre de 1997 fui puesto bajo libertad
condicional por presión de la opinión
pública internacional, gestiones por parte
de familiares y amistades en España.
El 8 de octubre de 1998, cuado me dirigía
al Municipio Playa, Ciudad de La Habana, a la
casa de un hermano, el Sr. Elizardo Sánchez
Santacruz, fui detenido por agentes de la Seguridad
del Estado, montado, con el uso de la fuerza y
la violencia, en un auto marca lada color amarillo,
del que no pude identificar la matrícula.
Me pelaron al rape y me dieron 8 horas para que
abandonara La Habana.
En ese propio año 1998, fui detenido en
mi provincia varias veces y este mismo año
me incorporo al Movimiento Cristiano Liberación.
Luego de esto, soy elegido presidente del club
de Presos y Ex- presos Políticos en Guantánamo.
Por lo que sufrí innumerables secuestros,
golpizas y detenciones arbitrarias, por la destacada
defensa de los derechos humanos.
El 16 de junio del 2001- A las 8:40 PM un Teniente
Coronel y otros mafiosos, fueron a mi hogar y
me secuestraron. Fui brutalmente golpeado por
el Tte. Coronel Juan González, el oficial
Orelvis Frómeta Velásquez y Tte.
Bartola, todos oficiales de la Policía
Política. Mis hijos y esposa me buscaron
en todas las estaciones de policía sin
obtener respuesta de mi paradero.
Me habían encapuchado, esposado y me lanzaron
en la parte trasera en el piso de un auto lada
color negro. Fui llevado a un lugar desconocido
luego de golpearme; el interrogatorio se había
concentrado en que debía abandonar las
constantes recogidas de firmas del Proyecto Varela,
las visitas a familiares de los prisioneros políticos,
las reuniones frecuentes en mi casa para debatir
temas relacionados con la oposición, la
eliminación de la Biblioteca Independiente
Cuba Nueva que dirige mi esposa, de lo contrario
me dejarían en prisión por cualquier
delito que ellos inventaran, excepto el de prisionero
político.
Todo esto trajo como consecuencia tener que llevar
a mi hijo menor a un psicólogo donde fue
puesto en tratamientos por sentir miedo, terror,
porque dice que esos hombres me matarán,
él tiene sólo 10 años.
Posteriormente, el 20 de noviembre del 2001,
mi hijo de 16 años se escapó de
la escuela con otro joven tratando de escapar
del comunismo y tratar de alcanzar la libertad,
a través de la Base Naval de Guantánamo.
Fue detenido, golpeado salvajemente, trasladado
a los organismos de la Seguridad del Estado, luego
a la (CIM) Contra Inteligencia Militar. En este
lugar fue humillado, maltratado y luego llevado
a la prisión provincial de Guantánamo.
Posteriormente fue condenado junto al otro hombre
por un Tribunal Militar territorial y llevado
a prisión.
¡Cuánto sufrimiento, cuánto
dolor, angustia, desesperación! Dos meses
de intensos interrogatorios, maltrato de obra,
palabra y humillaciones. Nunca nos permitieron
visitarlo. Ni en la CIM ni en Operaciones (SE).
Mi hijo, Albertico Martínez Martínez,
un niño que jamás estuvo tanto tiempo
fuera de casa y con sólo 16 años.
Un día si Dios lo permite, podremos denunciar
tantos abusos y humillaciones.
El día 8 de junio del 2002 me dirigía
junto a otros hermanos a ofrecerle una ofrenda
floral al ya fallecido activista de los derechos
humanos José Luis Naranjo Torres, quien
falleció en el año 1998. Al llegar
al cementerio "San Rafael" en la calle
5 Oeste esquina Bartolomé Masó fui
sorprendido y golpeado salvajemente, llevándome
detenido a decenas de kilómetros de la
ciudad de Guantánamo a un lugar donde habían
muchos arbustos.
Siendo amenazado nuevamente de dejar el Proyecto
Varela, me decían que me iban a tirar en
un lugar para que amaneciera con la boca llena
de hormigas. Luego, me despojaron de mis pertenencias
y me dejaron en aquel lejano y peligroso lugar.
El 18 de enero del 2003, en la calle 1 Oeste
esquina 1 Sur, fui interceptado por varias motos
Susuki y dos carros patrulleros bajo las órdenes
del Coronel Juan González, el oficial Orelvis
Frómeta y el Tte. Bartolo, varios policías
y otro Coronel del cual desconozco su identidad.
Me quitaron la bicicleta que montaba, nuevamente
me dieron golpes y me montaron por la fuerza en
el auto, diciéndome lo mismo expresado
en el párrafo anterior: que me asesinarían
como me lo prometieron, llevándome luego
para la prisión de Niceto Pérez.
Dándome cuenta que querían hacerme
un ajuste de cuentas, me tuvieron en un calabozo
unas cuatro horas con mucho calor y mal olor,
luego, el Mayor Negro, junto al Tte. Coronel Juan
González y el otro Coronel, me trasladaron
a una pequeña oficina con un aire acondicionado
de temperatura muy alta. Pedí que me apagaran
ese aire tan fuerte y respondieron que quién
era yo para mandar allí. El aire se concentraba
en mi espalda durante el largo interrogatorio,
todo era lo mismo: el Proyecto Varela, el club
de prisioneros Políticos, las visitas al
Departamento de Prensa y Cultura de la SINA, las
visitas a familiares de presos políticos,
el crecimiento de las Bibliotecas Independientes,
las visitas a los municipios de la provincia para
recogidas de firmas del Proyecto Varela, mis relaciones
con Elizardo Sánchez Santacruz, Oswaldo
Payá Sardiñas, Vladimiro Roca, Héctor
Palacios, Raúl Rivero, Oscar Espinosa Chepe,
y otros hermanos de la lucha pacífica.
Discrepábamos en todo lo que hablábamos
en el interrogatorio. El Tte. Juan al final me
dijo: "Martínez se acabó el
Proyecto Varela, (se acabó todo cuanto
antes mencioné) esto fue lo que dijo durante
todo el interrogatorio. El Coronel no dijo una
sola palabra, más bien lo observé
cómo anotaba algunas otras cosas. Y al
final dijo: "Martínez se te acabó
la soberbia, llévenlo para el calabozo".
Estuve sin ropas durante cinco días en
el calabozo, acompañado de mosquitos, cucarachas,
ratas y una tos catarral insoportable.
El 22 de enero del 2003, aproximadamente a las
2 PM, me llevó las ropas al calabozo un
hombre vestido de civil con cara de perro y dos
policías con rostros asustados, me esposaron
y me montaron en un carro patrullero marca Lada
matrícula 888, trasladado por la autopista
nacional hasta el Tribunal Municipal sito en calle
Calixto García entre Carretera y Emilio
Giró.
La sala estaba compuesta por tres jueces y un
fiscal. Mandaron a quitarme las esposas y me pregunta
el presidente si deseaba declarar. Le pregunté
que de qué se trataba. Me preguntó
si no se me había tomado declaración
y le respondí que no. Inmediatamente, la
respuesta fue: "no importa usted está
acusado de un supuesto delito de desacato al Coronel
Juan González, este Tribunal lo condena
a un año y tres meses de privación
de libertad". Apuntando a los que me llevaron
les dijo: "Llévenselo a prisión".
La fiscal se pasó todo el tiempo ofendiéndome
y al final expresó que yo significaba un
peligro para la seguridad de Cuba.
Llegando a la prisión del Combinado de
Guantánamo me tiraron las fotos, me tomaron
las huellas digitales y fui enviado al Destacamento
2-A donde está la mafia carcelera esperándome
para decirme no podía hablar mal de Fidel
Castro, que no me dejarían sacar cartas
de denuncias y que de hacerlo me romperían
todos los huesos, protesté pero de nada
sirvió.
El Mayor Pablo Reyes, jefe del orden interior,
hombre avalado por los muertos que tiene por golpizas
propinadas a los presos, entre ellos políticos,
me puso en el cubículo 7 con 48 hombres
en un local de 4 x 5 metros en hacinamiento y
muchas filtraciones de agua. Fui trasladado luego
para el 4-A cubículo 4, más conocido
por el Golfo, lugar donde están los presos
más peligrosos, asesinos, violadores, ladrones,
homosexuales, drogadictos, con sentencias de 20-30-40-50-y
cadena perpetua. Esa fue la respuesta a mis reclamos.
El 18 de marzo, estando en prisión fui
víctima de un registro domiciliario por
encontrarse allí la biblioteca independiente,
que comenzó a las 6 PM y terminó
el día 19 a las 4.30 a.m. Encontrándose
mi familia sola sin mí presencia por estar
yo en prisión día. Decomisaron hasta
el balón de gas de nuestra cocina, medicinas
y otros objetos de uso femenino, dejando sin alimentos
que cocinar a mi esposa, mi hijo de 10 años
y mi suegra de 78 años y humillándolos
y maltratándolos de palabra. Así
actúa el comunismo.
Sería demasiado largo si siguiera contando
todas las barbaridades que sufro en esta prisión
y lo que están pasando mis seres queridos
afuera, así que por estos motivos les digo
hasta pronto.
Por una Cuba Libre.
Alberto Martínez Fernández.
Viernes 15 de Agosto del 2003.
Reportaron los corresponsales
de la Agencia Cubana Independiente de Información
y Prensa LUX INFO-PRESS en La Habana, Gilberto
Figueredo y Ada Márquez, además,
Coordinadora Nacional del Partido Democrático
30 de Noviembre "Frank País".
Para el Puente Informativo Cuba Miami, dado en
octubre de 2003.
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