ECONOMIA
PBI inversamente proporcional
LA HABANA, diciembre (www.cubanet.org)
- Para nadie fue sorpresa el anunciado PIB de
2,6% alcanzado por la economía cubana en
el año que finaliza. Es más, algunos
lo consideran un chiste de mal gusto de los que
hace el gobierno para esta fecha. El otro fue
el "nombre" del 2004 (Año del
45 Aniversario del Triunfo de la Revolución)
como que quisieran recordarnos los años
que llevan en el poder, martillando nuestras conciencias.
De la veracidad de esas cifras muchos dudan,
aunque algunos especialistas consideran que puede
ser posible dado la caída de los índices
económicos ocurridos en el primer lustro
de los 90. Si de estado real de la economía
se debiera hablar, entonces habría que
comparar el crecimiento obtenido con cuanto representa
en alcanzar los niveles productivos una vez logrados,
y entonces las conclusiones serían que
la recuperación es lenta e insatisfactoria.
Con la zafra más baja en los últimos
setenta años no se puede hablar de crecimiento.
El turismo se ha recuperado, pero en comparación
con el nivel alcanzado hasta el 2001 está
por debajo de los pronósticos elaborados
para esa fecha. Y el desbalance comercial se incrementa
al importar mucho más de lo que se exporta.
La tan cacareada "Batalla de Ideas"
conduce a pensar en una mejoría al mantenerse
la propaganda sobre la educación y la salud
pública. Pero es incapaz de explicar por
qué tan bajos niveles de recuperación
económica a tantos años, muy por
debajo de los propuestos por la resolución
económica del último congreso del
partido. El argumento del embargo no convence
a nadie.
Para el cubano medio, la mayoría, este
año ha sido de decrecimiento. Su poder
adquisitivo se ha visto disminuido ante el aumento
del precio de algunos productos y servicios y
la baja en el envío de remesas y otras
formas de obtener dinero. Según un informe
del Centro de Estudios de la Economía Cubana,
una familia habanera promedio necesita para subsistir
siete veces lo que recibe por concepto de salario.
Y ese déficit, si lo alcanza, es a través
de diversos medios, algunos ilícitos.
"No comprendo que si la economía
crece y mejora, las condiciones de vida del pueblo
no mejoren también", manifestó
María Luisa, una trabajadora que hace malabares
para poder alimentar y vestir a sus dos hijos
y que no tiene familiares en el extranjero que
le ayuden a llevar tan pesada carga. Y es de una
lógica irrebatible: la mejoría económica
de un estado conlleva inexorablemente a un mayor
bienestar de su población.
Para el año entrante el gobierno se propone
mantener y mejorar la "canasta básica"
(productos normados que sólo alcanzan para
una o a lo sumo dos semanas en el mes), no de
incrementarla. Y mejorar los servicios de la gastronomía,
para mal mantener la alimentación de la
población.
El año que fenece fue pródigo en
el llamamiento de los gobernantes a disminuir
el precio de los productos del agro, fuente principal
de la alimentación. Lo alcanzado en ese
aspecto resulta magro, y sólo se podrá
mantener si se eleva la producción en el
campo. Y ese logro todavía está
por ver.
En fin, a nadie convencen tales crecimientos.
Y si los hay, sería para las arcas del
estado, destinadas a cubrir los gastos de la Batalla
de Ideas (Tribunas abiertas, mesas redondas, etc.),
las necesidades de la defensa y mantener el alto
nivel de actividades políticas, que incluyen
los viajes al extranjero de dirigentes y personalidades
y otras "actividades priorizadas". Para
ello sí habrá dinero.
Liborio, el pobre Liborio, famélico, extenuado
y con los bolsillos al aire y vacíos, ha
visto un año más entre consignas
y reveses, y se pregunta: "Y para mí,
¿qué?" cnet/27
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