POLITICA
El castrismo y la sociedad de la información
LA HABANA, diciembre (www.cubanet.org)
- A la reciente Cumbre Mundial sobre la Sociedad
de la Información asistió una nutrida
delegación cubana presidida por el presidente
del parlamento y miembro del Comité Central
del Partido Comunista de Cuba, Ricardo Alarcón
de Quesada.
A primera vista parece contraproducente que el
gobierno de un país donde la información
está controlada totalmente por el estado,
mostrara interés particular en participar
en un fórum donde se analiza el tema informativo,
conceptuado como derecho inherente al ser humano.
Pero no es así. Al totalitarismo, en su
variante marxista, y particularmente al castrismo,
le atrae y al parecer le divierte, alternar y
codearse con aquellas realidades que dice aborrecer
y que de hecho niega. Es como el gato buscando
la presencia del perro.
Por otra parte, y aquí puede radicar la
razón más poderosa, en un mundo
tan interdependiente y globalizado, el castrismo
se ve obligado a contemporizar. Más aún
estando tan aislado.
En el plenario de la reunión cumbre, celebrado
el 11 de diciembre, el jefe de la delegación
cubana, Ricardo Alarcón, tildó a
la sociedad de la información de "consigna
engañosa", y la condicionó
a la eliminación mundial del hambre, la
incultura, la insalubridad, la discriminación
y la exclusión. O sea, según el
castrismo, mientras existan tales flagelos en
el mundo no se podrá hablar de sociedad
de la información.
Ello equivale a decir que tales males están
ausentes de la realidad cubana. Es decir, que
en Cuba no hay hambre ni discriminación.
Las 6 libras de arroz per cápita mensuales
y el pedacito de "cosa" que llega a
la carnicería de vez en cuando, no representa
para los jerarcas del castrismo "hambre".
Los miles de opositores sin trabajo porque sólo
pueden ejercer sus profesiones si abjuran de sus
ideas políticas; los disidentes y periodistas
independientes que yacen encarcelados por expresar
o defender pacíficamente sus ideas, para
los mandamases del régimen no están
discriminados ni excluidos.
Para resolver los problemas del planeta el castrismo
suele dar dos recetas: adoptar el modelo cubano
y que los países ricos financien a los
países pobres. Porque entre otras falsedades
e hipocresías, los castristas anulan cualquier
protagonismo de los pueblos en la historia, culpando
únicamente de los males del planeta al
imperialismo, al colonialismo y al esclavismo,
a pesar de que éste último se pierde
en el quehacer humano. Las luchas tribales que
empobrecen a los pueblos, la corrupción
administrativa, la inviabilidad y el descrédito
del modelo totalitario que arruina las economías,
son cuestiones a las que no alude el castrismo.
Pero lo más significativo y contradictorio
de todo, es que en esa cumbre no se dijo una palabra
sobre la situación de los medios de comunicación
en Cuba, propiedad del estado totalitario que
controla y regula toda la información;
tampoco se dijo que los cubanos, a título
individual, están impedidos de tener una
computadora y de tener acceso a Internet. Simplemente
los temas referidos a la violación del
derecho a la información no fueron tratados,
y al parecer no formaban parte de la agenda de
trabajo de la reunión.
Es bueno recordar (para que no nos hagan cuentos),
que la sociedad de la información, cuyos
antecedentes más inmediatos se remontan
a la telefonía, la radio y la televisión,
y que para el año 1959 representaban los
adelantos comunicativos más relevantes,
tenían en Cuba un espacio significativo.
Cuba estaba entre los primeros países,
no sólo del continente, sino del mundo,
en cuanto a distribución per cápita
de estos enseres. ¿Cuántos ahora
tienen computadoras? ¿Cuántos tienen
acceso a la Internet?
La sociedad de la información es una realidad
como lo fueron sus antecesoras de la caza, la
agricultura y la industria. Aún hay regiones
en el mundo donde la industria es mínima,
pero no por ello estos países dejan de
promover la industria. Así lo reconoce
el mundo entero, excepto algunos renegados como
el gobierno cubano. cnet/03
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