SOCIEDAD
El mismo perro con diferente collar
LA HABANA, diciembre (www.cubanet.org)
- Cuando el 17 de mayo del presente año
se estrenaron los primeros cinco centros integrales
de reparación, pertenecientes a la empresa
provincial de comercio, gastronomía, servicios
electrodomésticos y personales, muchos
capitalinos imaginaron que encontrarían
la solución a sus problemas de reparación.
A siete meses de creados, la realidad es bien
diferente.
Los directivos de la empresa provincial señalaron
entonces que a diferencia de las reparaciones
que originalmente se ofrecían en moneda
nacional, que se encontraba en ese momento muy
deprimida, y debido a la falta de disponibilidad
de recursos, se hacía necesario, para inyectar
divisas a las reparaciones, realizar las prestaciones
con el sistema de pago en doble moneda. El listado
de precios de las reparaciones y las piezas era
en dólares. Aunque luego se modificó,
y las piezas y accesorios se compraban en moneda
dura y la mano de obra en moneda nacional.
Es decir, si el lector de CD de su equipo de
música se encontraba defectuoso, usted
debía pagar 71 dólares por uno nuevo,
y 30 pesos por la mano de obra. O lo que es lo
mismo, un trabajador, cuyo salario es de 148 pesos,
comprando cada dólar en las casas de cambio,
debería gastar, a un dólar por 26
pesos, 1,846 pesos más 30, para un total
de 1,876 pesos. Prácticamente un año
de trabajo sin realizar otros gastos personales.
Raúl Cabrera, quien se desempeña
como director general de estos centros, señaló
a un periódico oficial: "Las entidades
tenían la misión de destinar los
ingresos obtenidos a los servicios sociales de
primer orden, según un acuerdo del consejo
de la administración provincial en Ciudad
de La Habana".
De lo manifestado por este directivo podría
desprenderse que las ganancias de las reparaciones
en divisas se revertirían en la solución
de los viejos problemas que confrontan las empresas
de servicio. En cambio, y según investigaciones
realizadas por este periodista, se pudo conocer
que sólo en Ciudad de La Habana el escalafón
para la reparación de refrigeradores se
encuentra paralizado desde el segundo semestre
de 1996, lo que representa un total de 250 mil
equipos rotos, de ellos 162,564 por problemas
en la máquina.
El costo de la reparación de las máquinas
de frío oscila entre 60 y 71 dólares
con 30 centavos en estas tiendas. Por el contrario,
algunos trabajadores particulares cobran entre
400 y 800 pesos por la reparación completa
de las máquinas de frío, un servicio
que no presta ninguna entidad estatal. Además,
los privados dan de 30 a 45 días de garantía
luego de la reparación, con la salvedad,
también comprobada por este reportero,
que hasta los 60 días asumen la responsabilidad
de la reparación. Mientras que las entidades
estatales dan sólo un término de
30 días para máquinas nuevas.
Maritza Guevara Farrés y la colega Ana
Rosa Veitía manifestaron sentirse estafadas
por el gobierno, ya que antes de los 60 días
de haber comprado nuevas máquinas de frío
de fabricación mexicana en las tiendas
Ultra y La borla, respectivamente, éstas
dejaron de funcionar y debieron acudir a mecánicos
particulares.
La falta de financiamiento en muchos de estos
establecimientos, los que se conocen como "consolidados",
los mantuvo cerrados el pasado año.
Los primeros cinco centros creados durante el
primer semestre del año buscaban, además,
el respaldo monetario derivado de las ganancias
de éstos para crear otros cinco centros,
ubicados en los municipios Plaza, Arroyo Naranjo,
San Miguel del Padrón, Centro Habana y
Habana del Este.
Los nuevos establecimientos no fueron otros que
los mismos "consolidados" que fueron
reacondicionados desde el punto de vista estructural,
dotando a los trabajadores de nuevas herramientas.
Un trabajador del consolidado situado en la calle
Monte entre Cárdenas y Zulueta, señaló:
"En la actualidad se han recibido piezas
de televisores marca Panda, vendidos a los vanguardias
de centros de trabajo y a miembros destacados
de los Comités de Defensa de la Revolución,
y a personas que pudieron pagar 250 dólares
por el articulo. El salario es el mismo, las piezas
para trabajar prácticamente las mismas.
Ha sido sólo un cambio de nombre, ya que
las condiciones son iguales, con la disyuntiva
de que ahora hay más gente trabajando en
un área más chiquita".
La depauperación del sistema económico
imperante en esta Isla de los absurdos se acrecenta
día a día, mientras miles de cubanos
sueñan con un futuro mejor. cnet/02
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