PRENSA INDEPENDIENTE
Diciembre 16, 2003

POLITICA
El Evangelio según San Ernesto el converso

LA HABANA, diciembre (www.cubanet.rog) - Ernesto no es un cardenal ateo. Es un místico que sabe diferenciar a los pobres comunistas de los capitalistas pobres, y por ello empeña la sotana, hace bajar la musa a escopetazos y convierte a Dios, en sus versos, en el heraldo de Carlos Marx: "Comunismo o reino de Dios en la tierra, que es lo mismo".

Influenciado por el poeta Thomas Merton, en el año 1947 viste los hábitos trapenses, que no trapos -recuerden que estudió Filosofía y Literatura en las universidades de México y Columbia, Nueva Cork- e ingresa en el monasterio Our Lady of Getsemaní, en Kentucky, Estados Unidos, según expresara Roberto Fernández Retamar, su apologista, en un reciente encuentro en la Casa de las Américas.

De vuelta a su natal Nicaragua en el año de desgracias de 1965, toma los hábitos sacerdotales y crea una abadía en Solentiname, para convertirla en un paraíso bajo las estrellas, aunque sin cabaret Tropicana, y todavía bien lejos de la Isla en revolución que lo hizo renegar.

Allí, recostado al lago Nicaragua, en un paisaje bucólico con una cultura prehispánica por explotar -no con bombas, sino con oraciones- descubrió su amor por los hombres, sin que se preste a confusiones, pues ya había expresado en uno de sus poemas que "Dios me perseguía a mí y yo perseguía a las muchachas".

Nada, que al sacerdote le roncaba la sotana, y lo mismo acariciaba un rosario que tumbaba a una miskita mística, recogida en Solentiname, en una plantación algodonera a la orilla del río San Juan.

Y por ahí volvieron los ardores de su misión poética y política en la tierra, emparentadas con una generación beat que a la vera de Jack Kerouac, Allen Ginsberg y William G. Burroughs, entre otros anticonvencionalistas, decidieron escapar de los opresivos valores de la clase media a través de la improvisación artística y la revelación visionaria, alcanzable mediante las religiones orientales, la droga, el sexo y el alcohol.

Pero el Cardenal Ernesto no mezcló su mística con los Vedas, sus yambos con la marihuana, ni el número de sus padrenuestros con las 69 posiciones del Kamasutra, y mucho menos sus devaneos beatíficos con el aguardiente Flor de Caña.

El, como un poeta comunista en ciernes, contribuyó, con "su literatura enormemente personal y subversiva", al advenimiento de una protesta social que cobró fuerza y dio paso a la contracultura que asoló las décadas de los 60 y 70.

Y ahí lo tenemos, boina en ristre, vestido de fusil y con la sotana en la cabeza, descerrajando versículos y proverbios contra los opresores de la tierra que no militen y comulguen en el bando rojo.

Esto le ha hecho perder el camino de Damasco al Cardenal, pues en la polvareda que han levantado las revoluciones que preconiza, por las que ora y prende una vela si es preciso al mismísimo Mefistófeles, no ha reconocido a los pobres que no quieren ser siervos en el rebaño comunista, y sufren persecuciones y cárceles por sus opiniones, como en la época del muy casto Nerón.

Resulta que en su incondicional apoyo a la revolución cubana, lo mismo en Italia, México que aquí en Cuba, el beatífico Ernesto, el místico Cardenal, aprueba las injustas y largas condenas impuestas a 75 hombres por el solo hecho de pensar y expresarse de forma diferente a los preceptos del evangelio comunista, y el fusilamiento de otros tres que intentaban abandonar la tierra prometida a quienes doblan la cerviz, tragan la ostia sin rechistar y ofrecen la lengua, los ojos y los pies para las ceremonias de los sumos sacerdotes.

¿Dónde quedaron los textos de sus libros Vida en el amor, Oración por Marilyn Monroe y otros poemas, sus Epigramas? ¿A cuáles pobres les dedica el Evangelio de Solentiname, Hoce Homo, las Seis cántigas del Cántico Cósmico y Somos polvo de estrellas?

¿A los pobres de espíritu, de riqueza material, de dignidad, o a los pobres de libertades?

Si quedan excluidos de sus versos los pobres de riqueza material y de libertades, comience a orar por nosotros, porque lo demás nos sobra.

Pero responda, Cardenal, ¿ésta es su Teología de la Liberación? ¿O acaso el Evangelio según San Ernesto?

Porque de ser así, y si en su Biblia aparecen los mandamientos No matarás, No levantarás falsos testimonios, me parece que usted es sólo un simple vocero de los propios guardianes del infierno, que hoy le rinden homenaje a Cuba como pago por su conversión y sus servicios. cnet/09

 



Esta información ha sido transmitida por teléfono, ya que el gobierno de Cuba controla el acceso a Internet.
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como fuente
.

IMPRIMIR



PRENSAS
Independiente
Internacional
Gubernamental
IDIOMAS
Inglés
Francés
Español
SOCIEDAD CIVIL
Cooperativas Agrícolas
Movimiento Sindical
Bibliotecas
DEL LECTOR
Cartas
Opinión
BUSQUEDAS
Archivos
Documentos
Enlaces
CULTURA
Artes Plásticas
El Niño del Pífano
Octavillas sobre La Habana
Fotos de Cuba
CUBANET
Semanario
Quiénes Somos
Informe Anual
Correo Eléctronico

DONACIONES

In Association with Amazon.com
Busque:

Palabras claves:

CUBANET
145 Madeira Ave, Suite 207
Coral Gables, FL 33134
(305) 774-1887

CONTACTOS
Periodistas
Editores
Webmaster