POLITICA
Otro anuncio
LA HABANA, diciembre (www.cubanet.org)
- En un principio, aunque en este caso no fue
el verbo, nos dijeron que "Revolución"
era lo que acababa de llegar al poder a través
de la lucha armada.
Después, en forma de slogan, aseguraron
que "Revolución es construir".
Más adelante, ya con visos academicistas,
se afirmó que "Revolución es
un cambio brusco en lo político, lo económico
y social".
Otra definición fue que "Revolución
somos todos".
Un poco más cerca de la actualidad nos
informaron que "Revolución es libertad
plena, igualdad y el derecho a ser tratado y tratar
a los demás como verdaderos seres humanos".
Eso era más o menos lo que se había
dicho en Francia hace más de dos siglos:
"Libertad, Igualdad, Fraternidad".
Ahora nos anuncian, a través de vallas
levantadas al efecto, que "Revolución
es unidad e independencia".
Todo ese esfuerzo de definiciones y de propaganda
no es más que un eufemismo para no mencionar
que en Cuba existe el gobierno más prolongado
de la historia de América, y desde mi punto
de vista, el peor que ha tenido la mayor de las
Antillas desde que Cristóbal Colón
llegó a estas tierras portando la bandera
española.
Ya hace más de un siglo que José
de la Luz y Caballero sentenció: "Reina
en el mundo el interés. Por él calcula
el hombre casi siempre sus acciones, y de ahí
surge la sospecha de que bajo la máscara
del patriotismo se ocultan las más veces
miras e intereses personales".
Es demasiado difícil creer, por no decir
imposible, que aferrarse durante cuarenta y cinco
años al poder sea por apego a intereses
de la nación.
A la par de la nueva definición de revolución,
que en estos momentos está visible en muchos
puntos de la ciudad de La Habana, algunas personas
comentan que el jefe de esa revolución
ya se orina en los pantalones y no se da cuenta.
Eso también le sucedió, según
se dijo en su momento, a Leónidas Trujillo,
el caudillo de Santo Domingo. Eso, ciertamente,
le puede ocurrir a cualquier persona, lo sabemos,
cuando llega a una edad avanzada. Claro, es un
grave problema si eso le ocurre al eterno jefe
de una eterna revolución.
Por su parte, para tratar de explicar un hecho
insólito en una revolución que ha
logrado la "igualdad", un hijo de un
viejo ministro dijo en privado, y eso no debe
ser de su cosecha, me inclino a creer que ésa
es la opinión que se maneja en la nomenclatura,
que los cubanos no podemos ir a los hoteles porque
"los cubanos lo destruyen todo".
Esa es la definición más discriminatoria
que pueda existir para justificar una gran discriminación.
Se sobrentiende, por supuesto, que los miembros
de la nomenclatura y otros que ellos entiendan,
aunque también son cubanos, no entran en
la categoría de "destructores",
y pueden ir a los lugares vedados para la inmensa
mayoría de los nacionales.
La conclusión es, porque se puede observar
en la vida de la nación, que "Revolución"
en Cuba es sinónimo de la frustración
de al menos tres generaciones. No hay otra manera
de mantenerse en el poder durante tanto tiempo,
aunque se está permanentemente buscando
definiciones para rejuvenecer a un vetusto régimen.
cnet/13
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