CRIMEN
¿Cómo se dice ataja en yidish?
LA HABANA, diciembre (www.cubanet.org)
- El golpe seco y el sonido producido por la caída
de cristales rotos llaman la atención de
algunos vecinos. Varios curiosos salen a los balcones.
Son las diez de la mañana de un intenso
día de faena en este segundo día
de noviembre. Frente a la sinagoga, una de las
pocas que sobrevive en Cuba, situada en Acosta
y Picota, ha sido saqueado un microbús
en el que se trasladan por la ciudad un grupo
de turistas o visitantes que profesan la antigua
religión, simiente del cristianismo. En
el suelo se encuentran dispersos, atomizados por
el golpe, cientos de fragmentos del cristal. Un
grupo de agentes toman huellas y recogen testimonio
de los vecinos y miembros del centro de culto
hebreo.
Los cacos, a quienes nadie vio, al percatarse
de la existencia de varios bultos y objetos personales
de los viajeros en la parte trasera del vehículo,
ni cortos ni perezosos la emprendieron con el
cristal de la furgoneta y por el boquete sacaron,
según los apenados guías, dos maletas
con pertenencias de los turistas. Como en la comedia
" El no ve, él no oye", resultó
el testimonio de quienes hasta ese preciso momento
estaban ausentes de la vida que bullía
en esta concurrida esquina de la periferia del
caso histórico.
Lo gracioso es que al día siguiente ante
la nueva presencia de un bus cargado de más
de veinte turistas, también judíos,
se produjo en la zona un amplio despliegue policial
con autos patrulleros aparcados en estratégicos
puntos y postas de infantes en varias esquinas.
Al retirarse el autobús, lo hicieron también
los efectivos policiales. Y los posibles asaltantes
volvieron a ocupar sus puntos de mira para atrapar
a la próxima víctima, que por excesiva
confianza se le ocurra dejar en el auto cualquier
prenda o maletín, quizás pensando
que la calle está lo suficientemente ocupada
como para evitar que estas cosas ocurran.
También personas establecidas en la Isla
y que conocen las particularidades de nuestras
calles han sido víctima de tales situaciones.
A veces ha sido hasta para sustraer unas simples
gafas de sol, como aconteció con un amigo
sacerdote que sólo se ausentó del
auto unos quince minutos. cnet/43
|
Esta
información ha sido transmitida por teléfono,
ya que el gobierno de Cuba controla el acceso
a Internet.
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores,
y autoriza la reproducción de este material, siempre
que se le reconozca como fuente. |