En
el Día Mundial de los Derechos Humanos
Oscar Peña. El
Nuevo Herald, 10 de diciembre de 2003.
Diariamente tratamos de que nada humano nos sea
ajeno. Somos sensibles a los problemas que existen
en diferentes regiones del mundo. Conocemos que
no hay en la tierra un país que pueda considerarse
un paraíso. Lejos estamos de ser soñadores.
Sabemos que el mundo es gris, no rosado, ni negro.
Expresamos lo anterior porque muchas veces ciudadanos
y autoridades de otros países, al escuchar
a un cubano plantear sus problemas, tratan de
minimizarlo esgrimiendo que hay países
que tienen dilemas más graves. Esa experiencia
la tuve incluso hace unos años con funcionarios
de la ONU en Ginebra. Ello es una acción
discriminatoria e injusta. El tamaño o
tipo de violaciones que se ejercen en otros países
no puede callar ni limitar el esfuerzo que haga
cada ciudadano en su país por tratar de
que no se cometan abusos, crímenes e injurias.
Siempre nos quieren comparar a Cuba con la crisis
que tiene la mayoría de los países
de América Latina en la educación,
la salud y la niñez. La realidad es que
--al igual que la Alemania nazi y la Unión
Soviética de Stalin-- ciertamente en Cuba
se han extendido esos servicios gratuitos a todos
los rincones, pero mi país tampoco tuvo
nunca en toda su historia antes de Fidel Castro
la caótica situación que presentan
la mayoría de los países de América
Latina en esos sectores de la sociedad. Por otra
parte --y lo más importante-- se hace absolutamente
necesario acabar con ese argumento netamente conformista,
pírrico y tramposo. La verdad es la siguiente:
se conoce muy bien que en España, Suecia,
Costa Rica, Holanda, Gran Bretaña, Francia,
Australia, Alemania, Canadá y otros países
los logros sociales en educación y salud
son superiores a los de Cuba, y las autoridades
de esos países no llevan a prisión
a sus opositores políticos, ni a los periodistas
y escritores que no aplauden el discurso oficial.
Ni a los campesinos y artesanos que venden sus
mercancías. Ni fusilan a los que intentan
huir. Es hora de acabar con el mito.
También en todos los rincones de Cuba
existe una prisión gratuita para todos
los cubanos. Cuba ocupa uno de los penosos primeros
lugares del mundo en número relativo de
presos per cápita, transformándose
en una gigantesca prisión con entre 60,000
y 80,000 reclusos. En 1959, Cuba tenía
unas seis prisiones y una sola cárcel de
máxima seguridad; hoy pasa por la tristeza
de tener casi 3 millones de cubanos exiliados
por todo el mundo y otros 4 millones esperando
irse.
¿Por qué en Cuba no se puede tener
--como en los países mencionados-- logros
sociales y libertad? ¿Quién puede
explicar por qué el pueblo cubano no puede
escoger a sus gobernantes en las urnas, elegir
su destino y mantener sus conquistas sociales?
En nuestra época, un gobierno es considerado
justo cuando hace esfuerzos por cumplir con los
ideales contenidos en la Declaración Universal
de los Derechos del Hombre de Naciones Unidas
en todos sus renglones. Mi país incumple
la mayoría de los preceptos de la ONU para
los derechos civiles de los seres humanos y es
un país que se ha estancado económicamente
por causas internas y no externas, como se expone.
Cuba es uno de los pocos países del mundo
que tiene hoy un presidente y un gobierno vitalicio
por la fuerza.
En 1976, cuando Ricardo Bofill crea el Comité
Cubano pro Derechos Humanos, surge un movimiento
de lucha cívica que se ha ido extendiendo
por todo el territorio nacional. Sus miembros
nunca hemos sido enfrentados cívicamente.
Siempre vejados, encarcelados, chanteajados y
oprimidos. No cambian los métodos sucios
y bajos para tratar de fusilarnos moralmente ante
el pueblo. Hoy existe una mayoría de la
ciudadanía cubana que ha ido aprendiendo
a leer al revés el Granma, las sentencias
de los tribunales, los libros, las mesas rendondas
y videos editados por el gobierno. Va creciendo
una conciencia nacional por la libertad. Por ello
han sido brutalmente tratados los símbolos
de esa nueva sociedad civil que está saliendo
a flote en Cuba. El régimen ha encarcelado
hasta por 28 años a decenas y decenas de
sus representantes. Sólo les ocuparon libros,
lápices e ideas.
En el Día Mundial de los Derechos Humanos,
la oposición interna, el presidio político,
el exilio, la disidencia que está dentro
del régimen y el pueblo cubano que ha despertado
reafirmamos nuestro compromiso con la democracia
y con la libertad como fuerte cimiento para nuestro
país; y nos oponemos enérgicamente
a las fuerzas de la crueldad y la tiranía.
Una vez más emplazamos al régimen
de Cuba a verificar científicamente el
sentimiento y parecer del pueblo cubano por el
sistema que desean, efectuando un plebiscito nacional
con observación de las organizaciones internacionales.
Otros gobernantes han tenido el valor de ir a
esa lid. No hacerlo es tener miedo a los resultados.
Hoy se efectuará el acto central del exilio
cubano por el Día Mundial de los Derechos
Humanos en el local de los Municipios a las 11:00
a.m., 4610 NW 7 St., Miami.
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