SOCIEDAD
¿H2O frente a VIH?
LA HABANA, diciembre (www.cubanet.org)
- Si alguien le dice que ha descubierto la forma
de curar el sida y al mismo tiempo se entera que
esa persona no es médico ni científico,
ni místico, ¿qué actitud
usted toma?
Solamente hay dos cosas razonables en este caso:
lo ignora totalmente o va y escucha lo que él
tiene que decir. Yo hice lo segundo, y aquí
está el resultado de la extraña
entrevista.
Uno de estos domingos me encontré con
el ingeniero eléctrico José Antonio
Landa en la iglesia Jesús del Monte. Él
pertenece a la comunidad católica de ese
templo, y terminada la misa de la mañana
caminamos hasta su casa.
Landa tiene 65 años, es negro y reside
a un costado del hospital conocido como "Coco
y Rabí", antiguamente clínica
Acción Médica, en la barriada de
Santos Suárez. Su morada es muy pequeña,
y como está situada un poco por debajo
del nivel de la calle Coco, hay humedad, que parece
ser permanente. La vivienda transpira humildad,
por no decir pobreza. En cualquier otra parte
del mundo esta casa sería en extremo impropia
para un profesional.
Nos acomodamos en una pequeña y vieja
mesa de madera. Él en un extremo y yo en
el centro. Empezó diciendo:
JAL: Desde que era profesor en la ciudad universitaria
José Antonio Echeverría (CUJAE)
estuve muy preocupado por el problema del sida.
Cuando comencé a trabajar más tarde
en el hospital Frank País continuaba con
mi preocupación. Hice algunos experimentos
de laboratorio y encontré una posible solución.
La encontré, se puede decir, de casualidad,
haciendo pasar el agua a través de un reactor
que pudiera cambiar sus características.
Desgraciadamente, es mi criterio, a nivel mundial
no han tocado la tecla que tienen que tocar. La
solución está en el punto de vista
físico y químico. En la Biblia hay
reflejado más de un caso en que se logra
curar con agua. Es notorio que Juan el Bautista,
cuando bautizaba a la gente en el Jordán
decía, después de sumergirlos: "Te
levanto de nuevo", que significa limpieza
y renovación.
P: ¿Consideras de alguna manera que lo
que estás haciendo tiene algo de místico?
JAL: No, no hay nada místico en esto,
todo es ciencia. Y lo puedo demostrar. Cuando
hice el descubrimiento me cuestioné: ¿Y
eso por qué ocurre? Comencé a estudiar
mucha literatura relacionada y encontré
la respuesta. El ser humano es energía.
Como la energía se transforma, bueno, encontré
un modo de transformar la energía. Unido
a la característica específica que
tienen los virus llegué ahí. Cuando
haces un descubrimiento hay cosas paralelas a
ese descubrimiento. Yo he logrado encontrar en
este caso que cuando paso el agua por un reactor
y esa agua se la doy a beber a determinadas personas,
las personas cambian, se sienten mejor.
P: ¿Ha podido eso ser comprobado? ¿Puedes
mencionar casos donde tu remedio ha sido efectivo?
JAL: Yo lo he podido comprobar, porque más
de siete pacientes enfermos de sida en todas sus
fases, cuando han bebido el agua han cambiado
totalmente. Varían los C-4, aumenta la
hemoglobina y los controles que les han hecho.
Yo los estoy siguiendo. Hay algunos que son portadores
sintomáticos y otros enfermos con determinadas
características propias de ese virus que,
al aplicarle el agua los virus oportunistas han
muerto. Y puedo demostrar, prácticamente,
cómo estos pacientes han evolucionado positivamente,
aunque, lógicamente, como soy un individuo
solo, las posibilidades que tengo de comprobar
esto científicamente son por las referencias
de las comprobaciones que les hacen a estos enfermos
en los centros donde se están atendiendo.
P: ¿Cómo denominas a esta forma
de curar con agua? Imagino que hayas dado algún
nombre, que la hayas bautizado.
JAL: Yo la llamo "Agua viva para procesos
virales", porque todos los virus que entran
en contacto con esa agua, en la sangre, en la
piel, perecen.
P: ¿En qué punto se encuentra tu
descubrimiento, en el caso de que se pueda oficializar?
JAL: En estos momentos estoy en el proceso de
solicitud de patente. Esta solicitud la voy a
hacer de manera personal. Pudiera hacerlo a través
de una institución, pero prefiero hacerlo
personalmente, y después, como si se le
regala al mundo. Pero que la gente se entere oficialmente
que fue producto de mi esfuerzo personal.
P: ¿Hasta este momento no has dado a conocer
tu descubrimiento? ¿No has pedido ayuda
a instituciones médicas o gubernamentales?
JAL: He escrito cartas al Partido Comunista de
Ciudad de La Habana; le dejé una carta
en su oficina al primer secretario; le he escrito
también al ministerio de Salud Pública;
fui a ver al doctor Jorge Pérez, en el
Instituto Pedro Kourí y lo puse en conocimiento
del asunto, pero después no me ha querido
dar la cara, y como que no me han hecho caso.
Esa es una forma de decirme que no creen en lo
que he hecho.
P: ¿Qué otras gestiones has realizado,
desde el punto de vista práctico para demostrar
la valía de tu descubrimiento?
JAL: Una casuística, que no es otra cosa
que las pruebas preclínicas que estoy elaborando
en virtud de hacer la solicitud de patente. Después
me concentraré en otra fase, que va a ser
un protocolo de investigación. Tengo posibilidades
de hacer ese protocolo de investigación
porque trabajo en un hospital. En este caso sería
pedirle a la dirección del hospital que
me permita aplicar esta solución (el agua)
en las salas infecciosas. Eso es perfectamente
factible porque esto es sencillamente echar el
agua en cualquier infección que existe.
La característica de esta agua es que enseguida
reseca la zona afectada.
P: Por lo que dices se infiere que esa agua sirve,
además de para detener el sida, para curar
otras afecciones.
JAL: Yo he resuelto con esta agua distintas situaciones.
Herpe Sorta, por ejemplo; se le ha resuelto el
problema a varios pacientes con esa dolencia.
Casos de conjuntivitis hemorrágica, infecciones
vaginales. Se bebe el agua cuando no son problemas
en la superficie, y se ponen fomentos en las zonas
afectadas y al poco tiempo se resuelve la situación
de la infección.
P: Por ejemplo, ¿qué cantidad de
agua tendrá que beber un enfermo de sida
para que el tratamiento dé resultado?
JAL: He comprobado que un paciente de sida, cuando
ingiere unos quince litros de esta agua resuelve
completamente la situación. La característica
de esta agua es que mata el virus. Después
que paso esa agua por el reactor cambia físicamente
sus características, cambia su punto de
congelación, cambia su punto de ebullición.
Físicamente se puede demostrar que cambia
totalmente.
Lo que nos está planteando este hombre
prácticamente es una panacea. Por lo tanto,
algo muy difícil de creer. No obstante,
recordemos que el alimento más urgente,
el oxígeno, nos lo suministra el aire que
es bien abundante y asequible. Y el otro alimento
imprescindible para la vida es el agua, que representa
un 70 por ciento de la constitución de
nuestro organismo.
Él está dispuesto a conversar con
cualquier persona interesada en el tema sobre
lo que dice que ha descubierto, y ayudar, como
afirma que lo está haciendo, a los enfermos
que lo necesitan. ¿Por qué dejarlo
que continúe clamando solo en el desierto?
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