El
cubano que admira a Colombia
Enrique Cordoba. El
Nuevo Herald, agosto 27, 2003.
Agosto, mes de fortuna para Colombia y de gloria
para Cuba. De Bayamo saldrá el más
ilustre y creativo de cuantos cubanos hayan pisado
suelo colombiano.
Fundador de periódicos y promotor cultural.
El gobernador de Cuba José de Ezpeleta
pasa a virrey del Nuevo Reino de Granada. Logra
con cédula real del 11 de agosto de 1789
llevarse a su amigo de 33 años Manuel del
Socorro Rodríguez a Santa Fe de Bogotá.
El 24 de octubre de 1790 se posesiona de bibliotecario
real. Trescientos sesenta y dos pesos del sueldo
anual le alcanzan para enviar una porción
a sus parientes domiciliados en Cuba.
Arregla su vivienda en el mismo edificio de la
biblioteca y en uno de los salones organiza en
las noches la "Tertulia Eutropélica''.
El miércoles 9 de febrero de 1791 aparece
bajo su dirección el primer número
del Papel Periódico de la ciudad de Santafé
de Bogotá.
Desde entonces el 9 de febrero es el Día
del Periodista y Manuel del Socorro Rodríguez
de la Victoria, padre del periodismo colombiano.
Al amanecer del sábado 21 de julio de
1810, un día después del ''grito
de independencia'', recuerda Antonio Cacua Prada,
en su Historia del Periodismo en Colombia, una
de las primeras iniciativas de los notables santafereños
"consistió en publicar un periódico
que les sirviera de vocero y para ello buscaron
al único periodista conocido, el bibliotecario
Manuel del S. Rodríguez''.
El dramaturgo Carlos José Reyes, actual
director de la Biblioteca Nacional, abunda sobre
la obra del portento cubano.
"Rodríguez no sólo dirigió
la Biblioteca del Nuevo Reino de Granada, sino
que incrementó sus fondos porque logró
que el gobierno virreinal cada vez que confiscaba
libros a patriotas que intentaban una rebelión,
como Antonio Nariño, se los entregara a
la Biblioteca Nacional.
"Aquí se han investigado los libros
de Francisco Antonio Zea, Pedro Fermín
de Vargas, y otros, porque poseemos esas colecciones.
A fines del siglo XVIII surgió un fenómeno
muy interesante en Colombia que posibilitó
la independencia y desarrolló un movimiento
intelectual de grandes proporciones. La ilustración
granadina con la creación de la expedición
botánica de Mutis. Fundó la investigación
científica de la historia natural, las
plantas y los animales, y se creó toda
una conciencia de pertenencia de los tesoros naturales,
de la riqueza natural.
"Trajeron muchos libros y colecciones de
1780 hasta 1810, son libros de historia natural
y no tanto textos en latín de la patrística
de los padres de la Iglesia, que era lo que venía
antes.''
Un auditorio lleva el nombre de Germán
Arciniegas por ser el colombiano que ha hecho
la mayor donación de libros a la biblioteca,
30,000 volúmenes.
El catálogo de libros anteriores a la
independencia de 1810 registra unos 8,000 títulos,
un cotejo con todas las bibliotecas de Iberoamérica
y Portugal.
"Nos han pedido libros que no tenía
la Biblioteca Nacional de España y no se
trata de colombianos, libros de la época
de Carlos V y Felipe II.
"Con ocasión del quinto centenario
del nacimiento de Carlos V, por ejemplo, nos pidieron
volúmenes de Sebastián Oserlio,
un autor de la época que había sido
contratado en la corte en 1540. Publicó
un libro, edición rarísima holandesa,
y descubrieron que existía en Bogotá,
el gobierno español pidió se les
prestara y luego pasó a México,
a una exposición, gracias al avance del
CD-Rom y de compartir la información.''
En Logroño, la Rioja, el año pasado
los amigos de la sociedad gastronómica
La Becada me mostraron la placa en la puerta de
la cofradía, donde decía del nacimiento
de los hermanos Delhuyar.
Reyes me cuenta ahora que Fausto Delhuyar, el
investigador español que descubrió
el tugsteno, fue quien desarrolló una política
de investigación en las minas en el centro
de Colombia, especialmente en Mariquita, donde
tuvo su sede varios años la expedición
botánica.
La universidad granadina fue tan importante en
la investigación que cuando le preguntaron
a Bolívar cómo veía a las
naciones de la Gran Colombia dijo: "Venezuela
es un cuartel, Ecuador el convento y Colombia
la universidad''.
Otro manuscrito que conserva la biblioteca es
El poema cómico de fray Felipe de Jesús.
"Tiene 900 páginas, imposible de representar
como es el caso de La celestina, equivale a cuatro
tragedias de Shakespeare. Cuenta la colonización
del Darién con la técnica del auto
sacramental. Aparecen personajes como el Chocó,
Bogotá, Méjico. Es la fuente para
investigar el siglo XVIII y XIX. Sólo un
colombiano la ha tocado, el Dr. Héctor
Orjuela, que vive en Los Angeles.
El 2 de junio de 1819, Rodríguez fue encontrado
muerto en la biblioteca, cubierto con el hábito
de San Francisco. Colombia lo recuerda con gratitud
y mantiene viva su obra trascendental, que hoy
cuenta con más de un millón de volúmenes.
ecordoba@bellsouth.net
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