POLITICA
"Para
no verte tanto, para no verte siempre…"
LA HABANA, agosto (www.cubanet.org) - Décadas
atrás, en las actividades de los políticos
los viajes internacionales no eran tan frecuentes,
excluyendo a los funcionarios de Naciones Unidas,
como es de suponer. No había tantos eventos,
congresos, cumbres y la toma de posesión
de los nuevos mandatarios no era un convite de
dirigentes regionales, como lo es hoy.
También los medios de transporte, en especial
los aviones, no eran tan rápidos y seguros
como en la actualidad. Pocas ciudades del hemisferio
y del mundo estaban preparadas para alojar simultáneamente
a reyes, príncipes, presidentes y ministros
con sus respectivos séquitos.
Hoy todo es distinto. Antes, cualquier visita
del primer nivel en algún lugar del mundo
era noticia. Si hoy se reflejaran las que a diario
ocurren en el orbe, se desarrollaría una
crónica política social en los medios
de prensa. Pero lo que es evidente es el desarrollo
de un nuevo turismo, el turismo presidencial.
¿Cuánto cuesta el viaje de un presidente
a otro país? Depende del lugar a visitar,
el tiempo de estancia, las medidas de seguridad
a tomar y los gustos del mandatario, entre muchos
otros factores. Pero se puede asegurar que ese
costo no es bajo.
En más de cuarenta años nuestro
presidente ha visitado una gran cantidad de países
en los cuatro continentes, unas veces invitado
y otras en escalas. No será un récord,
pero es un buen average. El récord lo debe
poseer Su Santidad Juan Pablo II, sus viajes serían
como un turismo de evangelización. La palabra
de Dios en un Boeing y un Papamóvil a prueba
de balas, para evitar sucesos desagradables. Algo
similar pretende nuestro mandatario. No evangelizar,
por supuesto, sino promover su imagen.
En Cuba, como es de esperar, el turismo presidencial
recibe una amplia difusión en todos los
medios. La televisión muestra a grupos
de acólitos aclamando a su líder,
pero claro, en tomas de cámara bastante
cerradas, para evitar el justo calificativo de
grupúsculos castristas en países
democráticos.
Se reseña la repercusión que la
visita tiene en la prensa internacional, y llama
la atención la interpretación que
se hace. Destacan los apologistas informadores
la presencia de Castro junto a los mandatarios
electos, en las fotos que los diarios del mundo
reproducen en sus primeras páginas. La
realidad es que esa imagen representa la dirección
ideológica de esos mandatarios recién
estrenados. Esa imagen vale más que mil
palabras, y el público del mundo democrático
no se llama a engaño.
El anciano llama la atención por su papel
de desvirtuar el carácter homogéneo
de la política democrática latinoamericana.
Es, como algunos han señalado, un dinosaurio
político, y como tal, llama la atención
de una prensa y un pueblo que sabe que quizás
no volverán a tenerlo como huésped.
¿Y qué piensan los cubanos de este
turismo presidencial? Estas son algunas opiniones:
"No entiendo que si el país tiene
tantos problemas económicos, Fidel esté
viajando y gastando el dinero en lujosos hoteles
y empleando el combustible en un avión
viejo de alto consumo", expresó Rafael,
un trabajador por cuenta propia que vende helados.
María, una profesora jubilada que para
subsistir limpia casas de extranjeros fue más
enfática: "Si afuera lo quieren tanto,
¿por qué no se queda por allá
y nos deja vivir en paz? ¡Ay, si ese avión
se cayera!"
Y Orlando, un ingeniero de cuarenta y tres años
respondió con la archiconocida canción
de Silvio Rodríguez, Ojalá: "Para
no verte tanto, para no verte siempre...."
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