DISIDENCIA
Deficiente
señalización provoca muertes y graves pérdidas
económicas
LA HABANA, agosto (www.cubanet.org) - La insuficiente
y deteriorada señalización del tránsito
se cuenta entre los más graves, urgentes
e insolubles problemas del país, que tiene
su representación más dramática
en accidentes, muertes, lesiones a veces irreparables
y pérdidas financieras.
Lo peor: no se vislumbra remedio para tantos
males porque "para resolverlos se necesita
una elevada cantidad de dinero que no posee el
ministerio de Transporte", según expuso
Luis Serrano, vicedirector del Centro Nacional
de Vialidad.
Para implantar señales -horizontales y
verticales- sólo en un tercio de los 11,460
kilómetros de carreteras del país,
se necesitan no menos de 8 millones 500 mil dólares,
que serían invertidos sólo en las
cuatro arterias mayores: la Autopista Nacional
que comprende desde la provincia Pinar del Río
hasta la de Sancti Spíritus -quedó
trunca con el desplome de los países socialistas
de Europa Oriental-; los circuitos norte y sur
-que por tramos enlazan algunas provincias, en
su mayor parte construidos en la época
republicana- y la Carretera Central, terminada
por completo a fines de la década de 1920,
en tiempo récord y con empréstito
de los Estados Unidos.
Se debe tener en cuenta que las vías asfálticas
antes mencionadas son las principales en cuanto
a tránsito y a la economía del país,
aunque no las únicas.
No se trata de carreteras solamente. Un estimado
oficial da cuenta que la capital cubana necesita
con toda urgencia no menos de 60 mil señales
en sus 1,700 kilómetros de calles y avenidas.
La Habana dispone en estos momentos de 36,344
señales -no se incluyen los semáforos,
otro desastre- de cuyo total "un porcentaje
considerable está en mal estado y no tenemos
un presupuesto en divisas que nos permita resolver
la situación", según comentó
Felipe Díaz, subdirector del grupo empresarial
de redes de la capital.
Las señales de "Pare" y "Ceda
el Paso", dos de las más importantes
para un tránsito seguro, han ido desapareciendo,
o nunca existieron.
Otra situación es la de señales
puestas decenas de años atrás, que
por falta de mantenimiento técnico se han
vuelto "mudas", y por lo tanto, rota
la "comunicación" de la dirección
o el peligro que advertían.
Como las miserias del cubano son tantas, y aunque
nada puede justificar esta crimininalidad, ni
siquiera la escasez, están los "depredadores"
de señales que, al parecer, se han convertido
en otro "mal" nacional.
Según confesión de las propias
autoridades, los depredadores virtualmente arrasaron
con todas las señales de la carretera turística
Santiago de Cuba-Playa Baconao, a pesar de la
accidentada geografía, al extremo que nadie
sabe en qué kilómetro puede estar
situado.
Lo mismo ocurre en la Autopista Nacional, en
el tramo Ciudad Habana-Melena del Sur. Pero puede
suceder en cualquier carretera.
El destino de la "señal" -lámina
galvanizada o de aluminio y sus correspondientes
bases- tiene por destino techar viviendas, paredes,
techos de corral y cercados.
Sin señales de tránsito es como
si quedara rota la "comunicación",
el "diálogo" entre choferes,
peatones y la propia ley.
Sin embargo, las vallas con consignas políticas
abundan, frente a la escasez de las de tránsito.
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