PRISIONES
"Batalla
de ideas" en las prisiones cubanas
LA HABANA, agosto (www.cubanet.org) - La pertinaz
imposición de la doctrina castro-comunista,
llamada "Batalla de ideas", a raíz
del retorno del niño balsero Elián
González, alcanza también a las
prisiones cubanas.
Es práctica obligar a los reos comunes
-los políticos no lo aceptan y soportan
las consecuencias- a corear consignas políticas
y participar de las clases en esta materia como
parte de la reeducación del sancionado.
Quien no repita a gritos los lemas favorables
al régimen, puede ocurrirle lo que al reo
de conciencia Félix Jaime González
Martínez, de 31 años, el cual fue
golpeado sin misericordia en la formación
porque gritó: "¡Vivan los derechos
humanos!". Grave ofensa para sus carceleros.
Además de la golpiza tuvo que soportar
21 días de celda de castigo y suspensión
de la visita familiar. Esto ocurrió en
abril en la capitalina prisión 1580.
En la prisión Toledo, también en
Ciudad de La Habana, están incluidas marchas
militares en las que se dicen consignas políticas.
Otras prisiones también realizan estas
marchas.
La batalla de ideas en las prisiones incluye
charlas y comentarios de la actualidad nacional
y extranjera de interés del régimen,
lo mismo que la obligación de escuchar
y ver por radio y televisión las acostumbradas
mesas redondas que destacan temas políticos
a los que el gobierno da prioridad; así
como lecturas comentadas de la prensa oficialista,
además de las clases políticas impartidas
por los reeducadores. Muchas de tales actividades
ideológicas son evaluadas y se les da una
puntuación. El reo que no "apruebe"
está expuesto a castigos, que pueden llegar
hasta las golpeaduras. Lo mismo le sucede si se
niega a participar de las actividades.
No siempre las autoridades del penal ejecutan
por sí mismas el castigo a los desobedientes,
sino de la manera que explica el joven ex recluso
Félix Mengana Franco, de 27 años.
"El reeducador pone a chocar el destacamento
(pelotón) de presos con el ´insubordinado`
a las actividades políticas, haciéndole
ver que por culpa de éste perderán
los beneficios de la prisión. Es entonces
el destacamento, y no el reeducador, quien ejerce
mayor presión y coacción sobre el
insumiso, que si no reacciona favorablemente tendrá
que soportar la agresión física.
El reeducador se lava las manos y todo queda como
un problema entre presos".
Entre los beneficios -también llamados
estímulos- a que se refiere Mengana están:
- Rebaja de dos meses por cada año de
la sanción.
- Visitas de estímulo (visitas extras).
- Pabellón -licencia conyugal- en la prisión
por doce horas.
- Si el condenado está en "fase abierta",
obtendrá pases extras como estímulo.
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