Top 5 de camareros en las Series Nacionales de Béisbol

Seguimos en el tren de la polémica beisbolera, y hoy le propongo un Top 5 de (posiblemente) la posición que más protagonistas ha aportado a la novela de las Series Nacionales: la segunda base.
Top 5 Camareros Cuba
Facebook
Twitter
WhatsApp
Telegram

Seguimos en el tren de la polémica beisbolera, y hoy le propongo un Top 5 de (posiblemente) la posición que más protagonistas ha aportado a la novela de las Series Nacionales: la segunda base.

Como en todas las selecciones que hice y haré, la calidad a la ofensiva llevó el peso mayor, sin desdorar elementos capitales como durabilidad y aptitudes defensivas. Trato de ver al jugador integralmente, pero siempre con su capacidad atacante como super objetivo.

Toca lanzarse a la piscina.

Número 1: Antonio Pacheco

Es el único caso donde sé que no habrá discrepancias. ¿Querías un líder en el campo y el dugout? Él se encargaba. ¿Necesitabas un tipo que no desluciera al preceder a Omar Linares en el line up del Cuba y a Orestes Kindelán en la tanda de Santiago? Ahí lo tenías. ¿Soñabas con un camarero que, además de batear como un salvaje, defendiera eficaz y sobriamente? Pues con Pacheco resolvías todos los problemas, incluido el de pedirle que saliera de lesión para tomar un turno en un juego decisivo y contra rectas de 95 mph.

Número 2: Juan Padilla

A veces, el brillo descomunal en alguna faceta termina por opacar la gracia para otra. Decimos Miguel Ángel y todo el mundo piensa en el pintor de los frescos de la Capilla Sixtina, olvidando que también fue un escultor sensacional. Con Padilla pasa igual. Alcanzó tanta excelencia en el uso del guante (magia en estado puro) que se le minimiza con el barquillo en ristre. Pero he aquí que firmó 17 temporadas de casi dos mil hits, 149 bambinazos, average de .307 y OPS por encima de .800. Si no se cansó de hacer historia en el equipo nacional fue por Pacheco.

Número 3: Alfonso Urquiola

Nacido para jugar a la pelota, en el ‘8’ se juntaron voz de mando, picardía callejera y habilidad innata: el resultado de tanta fusión fue un elemento fundamental para el despegue de Pinar del Río en los campeonatos nacionales. Pivoteaba sin mirar a la inicial, su posicionamiento parecía sacado de los archivos sabermétricos y encima blasonaba de batear hacia cualquier parte del campo, lo mismo con la majagua que con el aluminio. Algún día, sus instintos beisboleros serán objeto de estudio.

Número 4: Oscar Macías

La Habana de las dos últimas décadas del siglo pasado tuvo como estandartes a Romelio Martínez y Pedro Luis Rodríguez, pero pobre del que ignore la presencia del fornido güireño que despachó 286 jonrones, fijó slugging sobre .500 y promedio de .310. Depredador del home plate, Macías es el camarero con más cuadrangulares en el clásico doméstico, y apenas el tercer jugador (primeras bases excluidos) que más doble matanzas ha facturado en esas lides. Habría sido hermoso verlo en las Mayores.

Número 5: Yobal Dueñas

Sus números no son aún más impactantes porque un día, aunque tarde, optó por emigrar. Sin embargo, con lo que había hecho ya bastaba: 14 contiendas, 1615 indiscutibles, 136 vuelacercas, average de .321 y OPS de .854 cuando aún el pitcheo mordía con unos dientes grandes. Raro coctel de poder y velocidad, estafó 133 almohadillas y rompió monte hasta la escuadra absoluta en un tiempo donde su posición estaba congestionada de caballos. Fildeaba con aspavientos (no por gusto le decían “El Hombre y la Tierra”) pero sacaba el out que tenía que ser out. Ese, y también otros más complejos.

Menciones muy especiales

-Rey Vicente Anglada: El Tony Taylor de la capital fue un genio del llamado ‘juego chiquito’, rompió los termómetros del virtuosismo defensivo y llenó estadios a golpes de temperamento y maestría. Por desgracia, su carrera se la troncharon prematuramente y no pudo engordar a tope la estadística.

-Félix Isasi: Siempre el más listo de la clase, el matancero llevó la triquiñuela de la bola escondida a su máxima expresión. Veloz, solvente en la media luna del infield, limitado de poder pero con un tacto envidiable, la singularidad de su sello hizo que le llovieran los epígonos. No obstante, solo Anglada se le pudo parecer.

-Enrique Díaz: En su momento lo bautizaron como ‘El Hombre Récord de Cuba’, y todavía sus totales en carreras anotadas (1638), triples (99) y bases robadas (726) lucen a prueba de bombardeos atómicos. No alcanzó las cinco estrellas con el guante, pero suplía cualquier carencia con una gran capacidad para llegar a bases y avanzar con la sola ayuda de sus piernas.

-Alexander Ramos: El clásico jugador de perfil bajo, fue dando pasos silenciosos hasta coronar la faena con promedio de .339, el séptimo más alto de la historia de los campeonatos de casa, y el primero entre los intermedistas. Inagotable productor de hits, eslabonó una racha de 1112 juegos disputados consecutivamente, y su caso es el de uno de los mejores peloteros (Lázaro Junco, Romelio Martínez…) que no pudo ser figura en las selecciones nacionales. 

Otras menciones

Urbano González, Miguel Telemaco, Wilfredo Hernández, Sergio Quesada, Lázaro López, Miguel Rojas, Jorge Díaz, Carlos Kindelán, Héctor Olivera, Yoilán Cercé, Mario Vega y José Miguel Fernández.

Sigue nuestro canal de WhatsApp. Recibe la información de CubaNet en tu celular a través de Telegram.

Add New Playlist