Rigoberto Rosique Gía, de pelotero destacado a la guerra de Angola

Según relató, tenía un nivel escolar muy bajo y apenas había pasado el quinto grado; a sus 31 años se retiró para superarse pero enseguida lo enviaron a cumplir misión en la guerra de Angola.
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SAN LUIS POTOSÍ, México.- Rigoberto Rosique Gía, pelotero matancero que debutó en la III Serie Nacional de 1963-1964 con el equipo Occidentales y terminó dirigiendo al grupo de Matanzas por varios años, contó que después de su pronta retirada como jugador pasó a la guerra de Angola y ahora, a sus 80 y tantos años, los funcionarios no se acercan a él ni a otras glorias del deporte en Cuba.

En una entrevista concedida al medio Play-Off Magazine, Rosique se refirió a su trayectoria, su vida y su situación actual. Nacido el 10 de marzo de 1944, en la barriada de Pueblo Nuevo, en la ciudad de Matanzas, desde pequeño sintió que su vida era el béisbol.

Ahora, ya jubilado, comentó a la revista deportiva que “no percibe un acercamiento a las glorias del deporte cubano” y que los dirigentes “deberían preocuparse por eso”.

Durante su vida ahora, “bastante normal”, recordó algunos hitos de su carrera, marcada por grandes logros. Encabezó las bases por bolas en su temporada de novato en 1964, con 45, colideró el apartado en el campeonato siguiente con 38, y tuvo un OBP de .415 en 3,412 presencias en el rectángulo ofensivo.

Su historia está llena de sacrificios y no únicamente en el cuadrilátero. “Para alcanzar la maestría en los jardines tuve que hacer muchas repeticiones, lo mismo hacia atrás que hacia delante, o con roletazos. Entre más repeticiones, más destreza. Lo mismo pasaba para los boletos, había que batear mucho y ver todo tipo de bolas, además de tener concentración. En el bateo, lo fundamental es pensar más que el lanzador”, explicó.

Rosique procede de una familia pobre como otras glorias del deporte en su barriada, sobre todo Félix Isasi, con quien conversaba sobre el “cambio de vida que daban en lo social y económico por medio del béisbol”.

“Para llegar a las Series Nacionales, jugué distintas categorías hasta llegar a las series provinciales. De ahí hacían una preselección del equipo Occidentales. Llegué a ese equipo junto con Félix Isasi, y seguimos juntos hasta el equipo Cuba”, dijo.

Aunque su carrera estuvo marcada por altos resultados, hacia el final comenzaron a decaer cuando el atleta decidió dejar el béisbol y superarse en los estudios.

Según relató, tenía un nivel escolar muy bajo y apenas había pasado el quinto grado. Así, a sus 31 años se retiró y comenzó a superarse hasta llegar a la Facultad del Goicuría, pero entrando a ella, lo enviaron a cumplir misión en la guerra de Angola.

En ese país africano integró el equipo de seguridad en el aeropuerto de Luena. “Pasaron dos o tres meses desde que me retiré hasta que me fui a Angola. Antes, me había tocado estar en la Invasión a Girón con 15 años, y en la lucha del Escambray”.

“Me marcó el sacrificio tan grande que se hace cuando se está en esos lugares. Te ves arriesgando la vida, y eso te estresa”, reveló.

Años después llegó a dirigir el equipo de Matanzas de 1994 a 1997, y de 2006 a 2008, pero aseguró no haber tenido resultados porque eran jóvenes sin experiencia y le exigían resultados cuando ni siquiera se le había dado tiempo a la madurez de los muchachos.

Actualmente reconoce no seguir mucho el béisbol cubano “porque ha perdido calidad”. Tampoco percibe que los funcionarios se acerquen o se interesen por él o por otros grandes de la pelota cubana.

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