MADRID, España.- Félix Carvajal, conocido como “El Andarín”, es una figura icónica en la historia del atletismo cubano. Nacido el 18 de marzo de 1875, en La Habana, Carvajal no solo dejó una huella en los Juegos Olímpicos de 1904 en Sant Luis, Estados Unidos, sino que su vida combinó tenacidad, determinación y una conexión única con el deporte.
Félix de la Caridad Carvajal Soto creció en la pobreza, pero desde joven demostró una inclinación natural hacia el atletismo. Criado inicialmente en San Antonio de los Baños, su niñez estuvo marcada por la falta de recursos. De joven tuvo trabajos ocasionales, incluyendo ser portero de hotel y cartero.
El punto culminante en la vida de Carvajal fue su participación en los Juegos Olímpicos de San Luis en 1904. Cuando se acercaban las Olimpiadas pidió ayuda al Gobierno del presidente Tomás Estrada Palma para que le costease el viaje y poder representar a Cuba en las competencias. Aunque no obtuvo la ayuda, se las arregló para arribar a la cita olímpica. Hizo colectas y partió a Nueva Orleans para desde allí continuar hasta San Luis.
Pensaba hacer ese trayecto en tren, pero, según la historiografía, perdió el dinero del pasaje en prostíbulos y juegos de dados. Entonces comenzó a pie el recorrido de 1.200 kilómetros y en unos diez días sin descanso y comiendo muy poco llegó a San Luis.
Félix Carvajal se convirtió en el primer atleta olímpico de Cuba, pero su participación no fue convencional. Con un vestuario poco acorde lideró la maratón en sus etapas iniciales, pero tenía el estómago vacío. En medio de la carrera, encontró y comió unas manzanas verdes y siguió corriendo. Esto le provocó vómitos e hizo que finalizara en la cuarta posición. Posteriormente fue elevado al tercer puesto debido a la descalificación de otro competidor. “El Andarín” regresó a Cuba como un héroe.
En 1906, dos años después de San Luis, intentó competir en los Juegos Panhelénicos, en Atenas. Tras acumular dinero donado por los habaneros viajó a la ciudad griega, pero ya el maratón había pasado.
Carvajal Andarín cosechó más de 57 triunfos durante su vida. En 1928, cuando tenía 53 años, logró darle 4.375 vueltas a la Manzana de Gómez. Dos años después cubrió ida y vuelta los 1.100 kilómetros por carretera entre Guane y la ciudad de Santiago de Cuba.
Félix Carvajal vivió sus últimos años en condiciones de extrema pobreza, en una casucha bajo el Puente de Arango en La Habana. A pesar de las dificultades, siguió corriendo hasta que un ataque cardíaco puso fin a su vida el 27 de enero de 1949, a sus 73 años. Su legado persiste en la expresión popular cubana, con la frase “Caminó (o caminé) más que el andarín Carvajal”.
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