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Carlos Lazo y los puentes de amor hacia el régimen cubano

Cynthia de la Cantera Toranzo | 2 de Octubre de 2023

Carlos Lazo

Imagen: CubaNet

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El profe está de pie al frente de su aula en el colegio North Creek High School, una secundaria pública en la ciudad de Bothell, en la parte oeste del estado de Washington. Justo en la pared que le queda detrás cuelga una bandera cubana de al menos un metro de largo. Mientras habla, el profe gesticula, abre los brazos, marca puntos imaginarios, traza una línea entre ellos y dice: 

  • – Vamos a hacer un puente grande de amor, of love, from here to Havana. Who is in that bridge with me? ¿Quién está en ese puente conmigo?”

Un grupo de adolescentes que ríen y aplauden le responden a coro: !Síiiiiii!

  • – Vamos a hacer un concierto en La Habana, y en ese concierto en La Habana ustedes van a estar cantando con jóvenes cubanos, with young people in Cuba. Y ese sueño de cantar en La Habana, de ir … es un sueño que se va a hacer realidad. !¿Quién está en el sueño conmigo ahí?! 
  •  
  • – !Siiiiiiiiiiiiiiii!
  •  

El profesor cubanoamericano Carlos Lazo, que suele documentar todas las actividades con sus alumnos, aterrizó con ellos por primera vez en La Habana en abril de 2018. El grupo de 40 personas, incluidos algunos padres, viajó con la idea de que los estudiantes cantaran algunas canciones de la trova cubana que el profesor enseña en sus clases de español.  

Reconocido por el propio Lazo, ese viaje no tuvo más trascendencia que un post de Facebook compartido con los 200 amigos que entonces tenía, y una nota del King 5 News, un medio local de Seattle. 

Pero dos meses después, un video del profesor y sus estudiantes se viralizó, alcanzando más de 4.000 likes. La avalancha de comentarios y mensajes llevaron a Lazo a crear una página para seguir compartiendo sus actividades como docente, al margen de su cuenta personal. 

Al día de hoy, cinco años más tarde, le siguen 121.000 personas. Es conocido en las redes, entre las familias, y el gobierno cubano por emprender con sus alumnos los proyectos Fábrica de Sueños y Puentes de Amor (PDA), mediante los que gestiona y envía toneladas de comestibles y medicamentos al país. Es conocido también por su activismo contra las sanciones de Estados Unidos a la isla, al punto de que OnCuba, medio de prensa simpatizante del régimen, se refiere a él como “uno de los mayores activistas por la normalización”. 

La simpatía de Lazo por el gobierno cubano data de casi tres décadas atrás, y se ha manifestado casi siempre con su postura anti embargo. Pero fue entre 2019 y 2021 cuando comenzó a denunciar más activamente contra estas políticas; en medio del auge de sus proyectos, y con un impacto mediático respaldado por la prensa oficialista y sus aliados. Desde entonces, el alcance ha sido tal que Lazo se ha reunido ya por dos años consecutivos, en 2021 y 2022, con el presidente Miguel Díaz Canel, acompañado por algunos estudiantes y otros miembros de PDA.

Ese reconocimiento gubernamental es lo que marca la diferencia entre PDA y otras iniciativas de cubanos emigrados que, al igual que Lazo, invierten tiempo y recursos propios en la misma labor; pero que mantienen una postura crítica contra el gobierno. Sin esa aprobación, ningún proyecto independiente o extranjero ha logrado donar en Cuba a la escala que PDA lo hace, con el apoyo de otras organizaciones. Mucho menos, entregar personalmente las donaciones en centros de salud pública.

Por ello el profesor es una figura tan polémica. Cuenta con miles de partidarios que lo felicitan por su labor humanitaria, aliviando la escasez de medicinas e insumos, y patrocinando a familias que han perdido sus casas y pertenencias en desastres naturales. Mientras que otros miles lo acusan de responder a los intereses del gobierno cubano.

Del odio al amor, la narrativa de Lazo  

 

El profesor ha contado varias veces la historia de cómo llegó a Estados Unidos. En 1988, con 23 años y harto de Cuba, de lo que entonces consideraba como “el peor país del mundo”, el profesor intentó irse en una balsa. Esa vez falló, y acabó cumpliendo un año de cárcel, sancionado por el delito de salida ilegal del territorio nacional. En 1991, lo intentó otra vez, y logró pisar suelo de la Florida, luego de que guardafronteras estadounidenses lo rescataran tras pasar tres días a la deriva en el mar.  

“Pasé muchas situaciones desagradables, que en parte fueron fruto de los tiempos que se vivían, de las dinámicas de la sociedad cubana de aquel momento. Y sí, sentí odio. (…) Terminé odiando a este país, a este pueblo; no me da pena decirlo porque hoy lo amo”, aseguró el profesor a la revista Alma Máter. 

Esos términos de amor y odio son bastante familiares para muchos cubanos. Unos días después de las protestas del 11J, Díaz Canel compareció en televisión nacional, y en un acto político, alegando que las manifestaciones fueron motivadas por campañas mediáticas cargadas de odio y noticias falsas. Desde entonces, el presidente, su esposa Liz Cuesta, funcionarios, trabajadores estatales, estudiantes universitarios y miles de bots se refieren a quienes defienden la Revolución como “los que aman y fundan”, mientras que la oposición representa “los que odian y deshacen”. 

Quienes años atrás fueron “burgueses”, “gusanos”, “contrarrevolucionarios”, “disidentes”, son hoy los “odiadores”. Durante décadas, los cubanos han estado expuestos a la repetición constante de estas ideas, en los medios, en los discursos, en las vallas públicas. Es como el régimen desacredita a sus críticos. El gobierno de Díaz Canel, cuyo lema es ser continuidad (de los Castro), redefinió las expresiones de amor-odio a partir de un artículo de José Martí, político e intelectual cubano, uno de los símbolos más destacados de la independencia nacional

Carlos Lazo también se apropia de este lenguaje para hablar de sus relaciones con su país natal, y sus conflictos como emigrado. 

En un post de Facebook contó que el punto en que comenzó a regresar del “odio” fue una conversación con su padre, cuando fue a visitarlo a su casa en Miami. Un año después, en 1994, esa reconciliación se solidificó aún más, cuando Lazo regresó por primera vez al país luego de que cambiaran las regulaciones que prohibían la entrada a quienes habían salido de forma ilegal. 

“Y ya más nunca pude ir para el odio, yo sé que del odio se puede regresar”, aseguró el profesor. Luego, en 1998, se mudó a Seattle, para estudiar y alejarse del foco de “odiadores” de Miami. Allí se graduó de enfermería, lo que le valió para servir luego en la Guardia Nacional en Irak.

Lazo contó ante el senado estadounidense lo que sucedería después. Entre 2004 y 2005 intentó viajar a Cuba desde Miami en dos ocasiones, para ver a sus dos hijos mayores, y luego de pasar varios meses en la guerra. Pero en ambos casos el gobierno de los Estados Unidos se lo impidió, pues la administración de George W. Busch había restringido los viajes de cubanoamericanos a solo una vez cada tres años.  

Entonces, el profesor explicó cómo le afectaron estas medidas, y que las sanciones no hacían excepciones por razones humanitarias, como visitar familiares enfermos. “Le imploro que eliminen las restricciones, para que puedan unirse las familias cubanas a ambos lados del Estrecho de la Florida”, manifestó

Esa oportunidad de testificar ante el senado en 2007 fue posible gracias a la orientación de  Sarah Stephen, una de las figuras claves en el restablecimiento de relaciones entre ambos países. Stephen, activista estadounidense por los derechos humanos, era en ese momento la directora del Centro para la Democracia en las Américas (CDA), organización que había fundado un año antes. CDA promueve el engagement (las relaciones) entre EEUU, Cuba, y otros países autoritarios de la región, como Venezuela. 

Según el profesor, ya en aquellos años, a principios de los 2000, se había convertido en “una voz de las tantas que pidieron el levantamiento de aquellas sanciones. Desde ese momento, y en estos últimos casi 20 años he sido lo que soy hoy, solo que, a raíz de la canción en 2018 (Cuba isla bella), se ha conocido más mi trabajo”. 

Aseguró que tiene un rol más público desde que en 2019 Donald Trump aprobó nuevas restricciones, un retroceso significativo en la política de acercamiento iniciada por la administración de Barack Obama. 

Y en efecto, desde esa fecha Lazo ha logrado muchísimo alcance en las redes sociales, que evidencia también cuánto tiempo le dedica a su activismo en PDA. Ha viajado más de 20 veces a Cuba  (cálculo aproximado, a partir de sus publicaciones en Facebook), con varios grupos de estudiantes y ciudadanos estadounidenses. En los videos que comparte se puede ver cómo recorren albergues y vecindarios marginados en la capital, proyectos comunitarios, hospitales pediátricos en Santiago de Cuba y Guantánamo; y bohíos de campesinos en Viñales, uno de los polos de turismo ecológico más importantes del país. 


 

Carlos Lazo
Lazo y sus estudiantes, en uno de los viajes del proyecto. Imagen tomada de su perfil de Facebook

Siempre acompañado de miembros de PDA, y algunos familiares suyos, el profesor atravesó cerca de 5000 kilómetros en bicicleta por el norte de EEUU, desde Seattle hasta la Casa Blanca. Caminó unos 1700 kilómetros desde Miami hasta Washington y, pocos meses después, otros 100 más desde Asís hasta Roma, en Italia. Y representó a la isla en eventos oficiales en el extranjero.

Además, acompañó con PDA las caravanas contra el bloqueo, organizadas por grupos de izquierda y emigrantes cubanos a favor del gobierno. No solo en ciudades de Estados Unidos, como Miami, Las Vegas o Nueva York, sino también de  Europa, como Madrid, Bruselas y Londres. Y se ha reunido con demócratas que apoyan la política de deshielo, como Emily Mendrala, ex funcionaria del Departamento de Estado y actual asesora senior en migración en la Casa Blanca. Lazo la visitó un 26 de julio de 2021, día de la Rebeldía Nacional y efeméride más destacada de la Revolución, para entregarle las más de 17.000 firmas recopiladas en sus campañas por el fin de las sanciones. 

El profesor aseguró en una directa en Facebook que PDA no es una organización política, sino una con “visión humanista”. Sin embargo, refirió que más allá de que las personas conocen a PDA por su labor humanitaria, su misión es educar al público estadounidense acerca de la necesidad de que “se levante el bloqueo, que haya buenas relaciones entre ambos países, porque es beneficioso para ambos países, ambos pueblos”. 

La postura con respecto al embargo es un elemento que marca diferencias políticas más allá de las antagónicas a favor o en contra. Según la narrativa del régimen, quiénes están a favor de las sanciones, están automáticamente en contra del gobierno y el pueblo. Y viceversa. Cuando en realidad este rango incluye también a quienes defienden un cambio de gobierno y sistema, pero no están de acuerdo con las sanciones por el costo que supone para la población. Y a quienes consideran que EEUU solo debería negociar el desmantelamiento del embargo a cambio de libertades civiles y políticas dentro de la isla. 

En el caso de Lazo, se trata de un emigrado que asume una postura de cero cuestionamiento, es decir, sin apenas reclamar al gobierno cubano por la crisis de escasez que él mismo intenta aliviar. En las presentaciones que semanalmente hace en sus redes sociales, en sus entrevistas, Lazo siempre enfoca al bloqueo como única causa de la falta de medicamentos y suministros. De esta forma ayuda a difundir el discurso gubernamental, a la vez que alimenta la imagen de las buenas relaciones que supuestamente mantiene con su comunidad en el exterior. 

Con ese discurso emprende las campañas de PDA, en colaboración con otras organizaciones, para recoger dinero y donativos. Luego, Lazo y demás miembros son recibidos en el aeropuerto por la prensa oficialista, y algunos funcionarios de salud pública. El seguimiento mediático incluye después notas sobre la entrega de esas donaciones en varios hospitales pediátricos del país. Lazo representa aquí la figura del emigrado que se fue, pero que no olvida a su pueblo. 

Mientras, esa misma prensa oficialista obvia decenas de iniciativas de cubanos residentes en el país, y emigrados que trabajan desde diferentes ciudades de Estados Unidos y Europa. Cubanos que se han movilizado, también como Lazo y PDA, para desastres como el tornado que azotó La Habana en 2019, huracanes, la pandemia de covid19, la explosión del hotel Saratoga en 2022… Y que, de igual forma, han atendido con donaciones de dinero, comida, ropa y medicamentos a comunidades vulnerables, como niños, ancianos, personas trans, y otras en situación de desamparo. 

Sin embargo, a estos grupos les resulta más difícil, cuando no imposible, enviar medicamentos y demás productos básicos. Por lo regular, utilizan como vía los equipajes personales de gente que va a Cuba, por lo que el impacto siempre es menor que el de PDA, que transporta sus donativos en aviones de carga

A ello hay que sumarle que la Seguridad del Estado ha impedido a algunos grupos residentes en el país entregar directamente las donaciones que recogen también con su esfuerzo. Incluso durante situaciones de emergencia, como el tornado que afectó varios municipios capitalinos en enero de 2019, o la explosión del hotel Saratoga, en mayo de 2022. 

Massy Carram, una de las coordinadoras del grupo Solo el amor, organizó entonces una recogida de donativos para los vecinos que vivían cerca del hotel. Pero cuando se acercó a entregar el cargamento personalmente, varios oficiales de la Seguridad del Estado se lo prohibieron. “Al parecer a los ‘disidentes’ sí nos importa la gente que se queda sin casa”, dijo

En su discurso Lazo ignora estos temas, como también ignora las causas internas de la crisis actual, la gestión del gobierno, y el colapso de prácticamente todos los sectores, exceptuando el sector militar. Rara vez el profesor analiza las resoluciones que toma el poder en la isla, que han terminado provocando la dolarización de la economía, con una inflación del 45 por ciento solo en el último año, menor capacidad de producción y, por tanto, mayor dependencia de las importaciones. Tampoco ha mencionado nada sobre los más de 1000 presos políticos, ni las manifestaciones y protestas que han sido noticia en el país desde las masivas del 11 de julio de 2021(11J) . Y nunca se ha referido a ninguna de las citaciones a interrogatorios que sufren activistas y periodistas independientes. 

Incluso elude algunos aspectos con relación al embargo. Si bien explica en sus campañas que Cuba no puede acceder a determinados productos o créditos en el mercado internacional como consecuencia de las sanciones; no refiere que, si bien el intercambio entre países es reducido,   EEUU ha exportado bienes a Cuba desde 2002 por valor de unos 7.234 millones USD. Como tampoco refiere que esa comercialización es vital para la isla, pues desde 2009 el producto que encabeza la lista de esos bienes es la carne de pollo congelada, una de las proteínas básicas en los hogares cubanos. 

Asimismo, el profesor obvia que entre 2021 y 2022 aumentó el número de permisos de EEUU envíos a Cuba por razones humanitarias: de 4.200 a 7.600 millones de dólares (lo cual no significa que esas cifras se correspondan con los valores de exportaciones). 

Una reciente investigación de The New York Times revela cómo el gobierno chino se asocia con medios y personas influyentes en el extranjero para disfrazar la propaganda como contenido independiente. Cuba, que se asesora con el gigante asiático en materia de ciberseguridad, tiene prácticas similares, con personas entre las que se incluye Lazo. 

La resonancia de estas publicaciones, compartidas miles de veces por cuentas falsas, otorgan una relevancia artificial a determinadas corrientes de opinión, como por ejemplo, que también fuera de Cuba existe un reclamo general contra el embargo, o que los estadounidenses se oponen en este sentido a su propio gobierno; cuando la mayoría de los cubanoamericanos respaldan y votan por el Partido Republicano. 

Cuáles sean las razones de Lazo, que prefirió no responder las preguntas para este reportaje, lo cierto es que su relato encaja a la perfección con los argumentos principales de la propaganda del régimen.   

Carlos Lazo
Lazo durante una manifestación. Imagen tomada de su perfil de Facebook

¿Con quiénes se relaciona Puentes de Amor?

En noviembre de 2020, menos de tres años después del primer viaje que dio origen a los proyectos Fábrica de Sueños y Puentes de Amor, Carlos Lazo registró el segundo como una organización sin fines de lucro del estado de Washington. 

Este tipo de entidades, si desean estar exentas de pagar impuestos en Estados Unidos y reúnen ciertos requisitos, como ingresar al menos 50 mil dólares al año, tienen que cumplir normas de transparencia. Estas consisten básicamente en presentar un formulario conocido como forma 990. En él se deben declarar los ingresos de la organización sin fines de lucro y a quiénes benefician con sus donaciones. No están obligados a revelar el origen de sus fondos. 

 

 

Hasta la fecha, Puentes de Amor no parece haber presentado formas 990, según se pudo constatar al consultar bases de datos que recopilan información financiera sobre oenegés. 

Por ello, no se conocen detalles sobre cuánto dinero recibe y dona la organización. Pero las declaraciones de Lazo, notas de prensa, y los registros de campañas mediante plataformas como GoFundMe, permiten obtener algunos datos sobre cuánto suman los ingresos de PDA. 

La cifra, que sin dudas es un subregistro, ronda los 690.000 USD, e incluye la recaudación que hicieron los estudiantes para el primer viaje a Cuba, hasta una campaña a gran escala que finalizaron en julio de 2023, en colaboración con otra oenegé. 

La organización está integrada, en su mayoría, por cubanos emigrados. En una entrevista, el profesor contó que para pertenecer a PDA, la única condición es querer que se levanten las sanciones al pueblo cubano. Manifestó que en PDA no importan las definiciones ideológicas, pero insistió en que son bienvenidos los “que aman y construyen”, obviando que con esa frase el régimen define a quienes defienden sus políticas. 

En otra ocasión, Lazo refirió que en PDA trabajan profesores cubanos, residentes en España, China y EEUU “para que el puente de amor no pare”. Sin embargo, apenas ha presentado formalmente a la junta directiva de la organización. Algunos de ellos son familiares suyos, otros amigos o colegas cercanos, según puede verse en las fotos que publica el profesor en Facebook. Todos tienen en común que contribuyeron al crecimiento de PDA, además de manifestar públicamente su posición antiembargo.  

Una de las personas que el profesor contactó inicialmente, cuando estaba planificando el primer viaje con sus alumnos, fue Collin Laverty, empresario cubanoamericano, graduado de Ciencias Políticas, que trabajó durante casi 5 años en el Centro para la Democracia en las Américas. El mismo lugar que apoyó y orientó a Lazo una década atrás, cuando testificó ante el senado. Ya entonces, Laverty dirigía su empresa Cuban Education Travel (CET), que se describe a sí misma como “el principal operador turístico People to People”, el programa por el cual el gobierno estadounidense autoriza a sus ciudadanos para viajar en grupos a Cuba. Hasta donde Lazo ha declarado, CET ayudó esa primera vez al proyecto corriendo con los gastos de uno de los estudiantes. 

Fundada en 2012, los primeros cinco años de CET incluyeron el período del deshielo. Durante ese tiempo Laverty organizó retiros corporativos en la isla para las productoras Netflix y Spotify; eventos para la Cámara de Comercio de EEUU, y para compañías como Airbnb. En 2018 viajó con Mendrala a Cuba —la ex funcionaria del Departamento de Estado que recibió a Lazo en 2021, y con quien trabajó en CDA—, como parte de una delegación de congresistas estadounidenses que se reunieron con el canciller cubano Bruno Rodríguez Parilla. 

CET ofrece experiencias que van desde voluntariado hasta tours por mansiones en La Habana, reuniones con emprendedores y artistas cubanos. Y también organiza eventos de “lujo de alto nivel”, con experiencia gestionando “vuelos privados y detalles de seguridad”, mediante una edición de la empresa denominada CET Luxury

En su página web, CET afirma ser igualmente “una voz líder en el fin del embargo a Cuba”. 

Entre 2015 y 2019 Laverty fundó una oenegé y otras dos empresas: Havana Strategies una “consultoría boutique” sobre inversión extranjera en Cuba, y Terapia Productions LLC, que se dedica a la producción de eventos culturales y representaciones artísticas. Al día de hoy, solo Terapia Productions se mantiene activa. 

Sobre PDA, Laverty respondió que no tiene “nada que ver” con la organización: “no creo que tengo nada que ofrecer realmente porque no sé mucho de puentes de amor”, escribió en un mensaje. 

Otra de las personas que figuran en el consejo directivo de PDA es Milena Recio, periodista y actual directora editorial de OnCuba, una revista de la empresa Fuego Enterprises, y de la que el empresario cubanoamericano Hugo Cancio es propietario. Esta revista independiente es la única reconocida legalmente por el régimen, y le ha dado amplia cobertura a Lazo y las actividades de PDA desde que surgió como proyecto. Justo en agosto, una de las empresas de Cancio obtuvo una licencia del Departamento del Tesoro para exportar camiones, ómnibus y maquinaria agrícola a Cuba, noticia que Lazo anunció en Facebook como “un hueco al bloqueo”. 

Completan el núcleo directivo su esposa Lissete Lazo, su cuñada Nadia Delgado, y Abel Martínez —quien hace un año declaró que ya no tiene ninguna relación con PDA—. Además, en la inscripción aparecen otras tres personas, residentes en EEUU, quienes asimismo comparten contenidos de la propaganda del régimen en sus redes sociales: Yadira Lugo, Lynn León y Alejandro Garballo.

Hasta el cierre de esta nota, ninguno de ellos ha respondido a la solicitud de declaraciones para esta investigación. 

Según puede verse en las fotos que Lazo sube a sus redes sociales, de estos últimos tres es Lynn León, quien trabaja de forma más asidua en PDA. Asentado en Miami, asiste personalmente en el envío de donaciones, y viaja a Cuba con el proyecto para finalizar las entregas. 

En el caso de Lugo, quien está casada con uno de los músicos de la banda Buena Fe —también partidarios del gobierno cubano—, tuvo un rol más activo hace un año, participando en caravanas y peregrinaciones. Al menos según lo que PDA, Lazo y ella misma han publicado. 

El último, Alejandro Gargallo, que se describe como activista de PDA, dejó bien clara su posición al decir que luchará “hasta el último día de mi vida porque eliminen el bloqueo a mi país”. 

 

Puentes de Amor y Codepink arriban a Cuba con un cargamento de donativos Imagen tomada de su perfil de Facebook

Una de ellas, con la que más estrechamente colabora PDA, es Codepink, que expresamente dice oponerse a las sanciones de EEUU sobre países como Venezuela, Irán, Corea del Norte y Cuba, considerados todos regímenes totalitarios. 

Un análisis del Capital Research Center, un think tank conservador que desde Washington investiga oenegés, comenta que Codepink acostumbra utilizar el mismo lenguaje de los gobiernos que apoya. Y señala, refiriéndose a la campaña China no es nuestro enemigo, que la organización “promociona algunos logros cuestionables y extrañamente específicos del gobierno chino”. 

Jodie Evans y Medea Benjamin, dos activistas de izquierda, dirigen la organización desde que la fundaron hace 21 años. De las dos, Benjamin es quien tiene una relación mucho más cercana con la isla. Vivió cuatro años ahí, durante los ´80; y dos décadas después regresó para trabajar en proyectos comunitarios junto con Global Exchange, otra oenegé que dirige. Es autora, además, de tres libros sobre alimentación y agricultura en Cuba.

La activista, que acompaña con frecuencia a Lazo entregando donativos por la isla, dirige además Benjamin Fund, una fundación creada con el patrimonio familiar con activos valorados en 2020 en casi 40 millones de dólares. Benjamin Fund ofrece financiamiento cada año a decenas de oenegés, incluida la propia Codepink, a quien destina el grueso de sus fondos. 

Junto a Codepink y PDA colabora de forma asidua una tercera organización: Proximity Cuba. Registrada en Florida, se dedica a gestionar viajes académicos y de intercambio, también bajo el programa People to People. Es socia de empresas turísticas estatales, como Amistur y Transtur. 

Actualmente, las tres oenegés ofertan un tour por la mayor de las Antillas, con grupos de hasta 30 personas, por un costo de entre 1900 y 2100 USD.  El programa People to People, con el cual obtienen la licencia de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés), explicita que estos viajes deben tener el propósito de mejorar el contacto con el pueblo cubano, promoviendo su independencia de las autoridades. Pero lo cierto es que el cronograma de actividades incluye visitas al Centro Fidel Castro Ruz, el Memorial de la Denuncia (museo del Ministerio del Interior), y encuentros con instituciones y organizaciones de masa creadas y administradas por el gobierno. Entre ellas la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), y la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP). 

Estas empresas y oenegés tienen en común que parte de sus ingresos —lo mismo donativos que transacciones— dependen en gran medida de las políticas de acercamiento entre Cuba y Estados Unidos; que incentiven viajes y oportunidades de inversión. Comparten, además, simpatías por el gobierno que son retribuidas con los permisos que necesitan, sí o sí, para operar como lo hacen, en un país gobernado por un sistema totalitario. 

Asimismo, PDA ha creado alianzas con otras organizaciones que también defienden a Cuba de las políticas antiembargo. Es el caso de Global Health Partners, una ONG que durante 22 años ha estado enviando medicamentos y suministros por valor de 131 millones de dólares. Su director, Bob Schwartz, fue quien organizó además la visita a Cuba de uno de los abogados defensores del caso de los cinco agentes presos en EEUU. 

En esta red de alianzas se encuentran, además, el Movimiento  Global Anti-Bloqueo a Cuba (NEMO) y los Socialistas Democráticos de América (DSA). Según la agencia oficialista Prensa Latina, NEMO formó parte de unos 400 “actos de solidaridad con Cuba” en 2022, a solo un año de su fundación.  

La DSA, en cambio, fue creada en 1982, y la conforman actualmente 85.000 afiliados, entre congresistas, representantes y partidarios demócratas en general. Al día de hoy es reconocida como la organización socialista más grande de EEUU. 

Como organización, PDA tenía una agenda que contemplaba varios reclamos a las administraciones estadounidenses de Trump y Biden, los mismos que por demás tenía el gobierno cubano. Las demandas incluían la reapertura de la embajada de EEUU, el  reinicio del programa de reunificación familiar, el envío de remesas, entre otras demandas. Pero poco a poco, la administración de Biden ha ido adoptando  estas medidas. 

En mayo de 2022, el Departamento de Estado anunció la implementación de una serie de medidas para flexibilizar las impuestas por Trump. Días después, Lazo publicó una declaración en nombre de PDA, donde aseguró que “darle la bienvenida a los cambios anunciados (…) no quiere decir que estemos satisfechos ni que nos vayamos a desmovilizar. No lo haremos mientras se mantenga a Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo. No lo haremos mientras se mantengan las más de 240 sanciones que dejó Trump, como macabro regalo de despedida. No lo haremos mientras exista el bloqueo a Cuba”. 

En este sentido, Lazo ya ha organizado varios eventos, incluyendo una protesta frente a la Casa Blanca en junio pasado, con el apoyo de Codepink, para exigir la exclusión del país de dicha lista. 

No casualmente, el discurso y agenda mediática del gobierno cubano también ha navegado en esa dirección. De hecho, hace unas semanas anunciaron el inicio de la campaña ¡Cuba vive y resiste!, que tiene el objetivo de reunir un millón de firmas para solicitar la exclusión de la lista. 

Por estas coincidencias en el discurso, e incluso en los períodos de tiempo en que se manifiesta, es que nace la duda sobre si PDA es o no una organización de cabildeo político (lo que se conoce como lobbying), que responde a los intereses del gobierno en la isla. 

Es también la razón por la que el senador Marco Rubio solicitó al Buró Federal de Investigaciones (FBI) que abriera una investigación contra PDA y Carlos Lazo por supuesta violación de la Ley de Registro de Agentes Extranjeros. Dicha regulación exige que deben estar inscritas en un registro oficial y transparentar sus actividades, todas las personas o grupos que representen los intereses de un mandante extranjero ante cualquier agencia o funcionario de los EEUU. Esto es algo que el profesor ha hecho en varias ocasiones, al reunirse con senadores y congresistas para reclamar por el fin de las sanciones. 

La investigación de The New York Times referida anteriormente señala, de igual forma, que ninguna de las organizaciones que replican propaganda del gobierno chino están registradas según establece esa ley. Uno de los nodos principales de esta red es Neville Roy Singham, quien es esposo de Jodie Evans, fundadora de Codepink. 

Lazo replicó al medio, diciendo que Codepink se encontraba “bajo ataque”, el mismo lenguaje que utiliza el régimen para denunciar publicaciones en su contra. Acusó a The New York Times de difamación contra la organización, y alegó que tenía la misma intención que  Marco Rubio: silenciar supuestamente voces que buscan mejorar las relaciones entre Estados Unidos y otros países. Según el profesor, Rubio pidió que se abriera una investigación en su contra por haberse reunido con  Díaz Canel y demás autoridades del régimen. 

En su carta de respuesta al senador, replicada por OnCuba, sentenció: “Me reuniré con quien tenga  que reunirme para pedir que se levanten las sanciones contra el pueblo cubano”.  

Carlos Lazo
Carlos Lazo y sus alumnos

 

En un pasillo de la escuela, y de espalda a unas taquillas metálicas que reposan sobre la pared, Lazo anima a sus alumnos para que canten una canción de Buena Fe. “!Vamos, despelótense! ¡Candela muchachos, candela pal sindicato!”, les grita entusiasmado. Jergas que ya los estudiantes conocen, porque es la forma de hablar del profe de español, con acento bien cubano, carismático, dicharachero. Mucho más informal de lo que es normalmente un profesor. 

Él se presenta a sí mismo como un “tipo soñador e idealista”. Asegura que cada vez que los muchachos tienen un sueño, él responde: “vamos a hacerlo”. Justo así, de una idea lanzada al aire en una clase, cuenta siempre que nació Fábrica de Sueños, y luego Puentes de Amor; los proyectos con los que Lazo pasó de ser uno de los actuales casi dos millones de cubanos emigrados, a encarnar uno de los activistas y defensores más conocidos con que cuenta hoy en día el régimen. 

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Cynthia de la Cantera

Periodista. Graduada de la Universidad de La Habana en 2013. Becaria de Connectas y Periodismo Situado. Reportera en medios independientes cubanos.

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