Un poco de tolerancia

Gustavo E. Pardo Valdés

LA HABANA, Cuba, octubre (www.cubanet.org) - La oposición en Cuba tuvo dos etapas; la primera surge en el año 1959 con organizaciones como Rosa Blanca, el Movimiento de Recuperación Revolucionaria, el Movimiento Revolucionario del Pueblo, y otras, que intentaron derrocar al gobierno de Fidel Castro, siguiendo las mismas estrategias que él había utilizado en su lucha contra Batista. A fines de la década de los 60 estos grupos fueron aniquilados.

En 1978 surge el Comité Cubano Pro Derechos Humanos, organizado por disidentes de izquierda del régimen, con el fin de exigir que el gobierno cubano acatara la Declaración Universal de Derechos Humanos.

En los primeros tiempos, el gobierno se vio ante una oposición a “cara descubierta”, que solicitaba los permisos correspondientes para inscribirse en el registro de asociaciones, actitud que desconcertó a las autoridades Transcurridas tres décadas los cuerpos represivos han ganado en experiencia, y han aprendido a trabajan desde dentro del enemigo.

Con el paso de los años se fundaron grupos de derechos humanos, partidos políticos, bibliotecas y agencias de prensa independientes, constituyéndose en el embrión de una nueva sociedad civil. Sin embargo, las declaraciones y posturas que ciertos grupos adoptan dificultan el esfuerzo para lograr el objetivo común.

Durante 50 años, los gobernantes hicieron de la unidad una cuestión de principios, alegando los peligros, una veces reales y por lo general imaginarios, de una agresión externa.

¿Qué maleficio habrá caído sobre la nueva sociedad civil cubana que no permite a las diferentes partes encontrar puntos de coincidencia? Que piense cada cual como mejor convenga a sus intereses individuales o de grupo, pero que respete el derecho que tienen los demás a hacer lo mismo.

La oposición cuenta con personalidades de reconocida capacidad intelectual y organizativa. A ellos corresponde la responsabilidad de encontrar los puntos de encuentro que, sin que nadie pierda su propia personalidad, les permita emprender tareas comunes.

Si los opositores no están preparados para dialogar entre ellos mismos, ¿cómo podrán obtener la conciliación nacional?