Aquellas aguas

Rafael Ferro Salas

PINAR DEL RÍO, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - Un médico jubilado contó hace poco que encontrándose de servicio en el municipio Guane, Pinar del Río, tuvo una experiencia que le llega a la memoria como lechuga fresca.  

-Me escogieron para servirle de guía a los miembros de una delegación británica que visitaban la zona. Los tipos pertenecían al Partido Comunista de su país, y  simpatizaban con la revolución cubana. Uno de ellos se interesó por el costo de ingreso a una policlínica que visitábamos, las medicinas, en fin. Cuando le dije que todo era gratis en este país si de salud se trataba, me dijo sorprendido: “Ustedes están mejor que nosotros en Inglaterra. Pertenecemos al primer mundo, pero jamás podremos darnos el lujo de mantener un sistema de salud como este, donde todo es gratis”. 

El médico dejó de hablar y los presentes no entendíamos, porque no veíamos la relación de su experiencia con lo que se vive en Cuba ahora.  

-Le dije al inglés que gracias a la Unión Soviética podíamos llevar a cabo el programa de salud que teníamos. El tipo me miró muy serio y dijo en voz baja: “Pobre Unión Soviética, se va a la bancarrota sin remedio”.

 Caímos en cuenta; era cierto lo que decía. La Unión Soviética se fue a pique y ahora los socialistas de la vieja guardia, y los de nueva cosecha no se cansan de culpar a la CIA y a cuanto fantasma inventan, como autores de la gran caída. No hay peor ciego que el que no quiere ver, y los peores ciegos de este mundo son los fanáticos del socialismo que por ahí quedan.  

-Ni CIA ni Gorbachov; a la Unión Soviética la tumbamos nosotros los cubanos. De todos los países que integraban el campo socialista fuimos los que más gastos les ocasionamos. Lo que sucede es que tuvo que llegar un tipo como Gorbachov y darse cuenta de que todo aquello era mentiras. La URSSS era un gigante con pies de barro, las arcas estaban vacías y la mejor solución era desarmar aquella mentira. 

No hay país, por rico que sea, que resista el derroche cubano. Estamos a merced de un sistema parásito que nos ha formado a imagen y semejanza de su doctrina.

-Ahora dicen que van a quitar la libreta de abastecimiento –agregó el médico-. ¿Saben que va a pasar? Los del gobierno van a tener que sacar los tanques y los soldados para la calle; nadie va a parar al pueblo cuando el hambre apriete. Enseñaron a la población a no hacer nada, y ahora, de buenas a primera, los quieren enseñar a trabajar para comer. No es cosa fácil. Todo es un cuento chino. Pasan los años y no se ve por ningún lado el bienestar, mucho menos la producción de nada. Cada día es peor. Salud gratis y enfermedad gratis también.

Aquellas aguas trajeron el lodazal en el que sobrevivimos los cubanos, a las malas y sin remedio.