Dime qué vendes y te diré qué leo 

Juan Carlos Linares Balmaseda

LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - “¿Tiene a la venta alguna publicación extranjera?”, pregunté con sutileza al quiosquero.

-Tengo lo que ves ahí.

Sobre el mostrador unas revistas Bohemia, a cinco pesos cada una.    
 
Parece que fue ayer, pero han pasado dos décadas desde que desaparecieron de los kioscos Sputnik, Tiempos Nuevos, Novedades de Moscú, Correo de la UNESCO, Carta de España, y otras tantas publicaciones nacionales con temas de ciencia y técnica, cultura, modas, música, deportes, humor. Todas bajo la lupa del Comité Central del Partido Comunista, pero al menos se podía escoger. 
 
La década de los años 80 representa el período donde se encontraban más publicaciones extranjeras. Antes de la desaparición del campo socialista desaparecieron las publicaciones, pues la medida preventiva adoptada por el gobierno desaparecer del mapa el peligroso caudal informativo que llegaba de Europa del Este. 
 
Las nuevas generaciones han perdido interés por la lectura y la cultura. “Era un lector empedernido de las revistas extranjeras y un adicto a los crucigramas, ahora ni crucigrama encuentro en ninguna parte. Es increíble que tantos jóvenes, graduados de preuniversitario, nunca hayan leído un libro” –dijo el quiosquero mientras hojeaba una revista Carteles de 1958.  
 
El aislamiento cultural de hoy no sólo se debe a la desaparición de las publicaciones foráneas, también nos son negados otros  medios de comunicación, como Internet o la televisión de otros países, a los cuales los cubanos no tenemos acceso. Un amplio sector de las nuevas generaciones, se sumerge en la vulgaridad y la desinformación total y hace gala de un lenguaje marginal.