I CONTACTO I ¿QUIÉNES SOMOS? I NOTICIAS POR E-MAIL
 
 
________________________________________________

Cosas de telenovela

Luis Cino


LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - En la TV cubana, la falta de recursos hace cada vez  más difícil, entre otras cosas, producir telenovelas. Desde hace meses, los cubanos echan de menos la telenovela de factura nacional que alterna las noches de la semana a las 9, con el edulcorado culebrón brasileño de Globo, en el que todo es lindo y los personajes visten bien, son bellos y ricos. 

Luego de la controvertida Diana, que dirigió Rudy Mora, los lunes, miércoles y viernes comenzaron a retransmitir capítulos de hace casi 20 años del serial policiaco Día y noche.  
Cuando se estrenó, Día y noche sucedió a Sector 40 y Móvil 8 en el intento de exaltar al Ministerio del Interior y de paso, meternos el policía en el alma. Las noches de domingo, la gente seguía los capítulos con atención, convencida que los súper-policías de Fidel eran invencibles, unos bárbaros que se las sabían todas y que, además, por increíble que pareciera, eran seres humanos y tenían su corazoncito. Las mujeres suspiraban por los actores César Évora, Albertico Pujols y Jorge Villazón.  

La serie de entonces era mejor en todos los sentidos que Tras la huella, de ahora, que compite en franca desventaja con los policíacos norteamericanos al estilo de CSI y La ley y el orden. Pero el tiempo pasa (período especial incluido), y resulta interesante la reposición de Día y noche para apreciar cuánto hemos cambiado y ha cambiado la vida en Cuba, casi siempre para peor. La serie apenas evoca nostalgias, y asombra por lo mucho que  cambió nuestra percepción del bien y el mal. 

Las tramas de buenos y malos absolutos de Día y noche, con ribetes racistas, machistas y homofóbicos que entonces casi no notábamos, ya no son creíbles. Luego que para subsistir, en nuestra galaxia de eufemismos y anomalías que se hicieron lo normal, “bisnear” y robar al Estado se convirtió en luchar, ¿quién puede tomar en serio a los perversamente caricaturescos delincuentes al estilo de El Puri?  

Muchos de los actores de Día y noche, emigraron; otros han muerto. De los protagonistas sólo queda Alberto Pujols, que ha dejado de ser el rudo galán que era para convertirse en un actor maduro, obeso y casi calvo, que ya no hace suspirar a las damas, sino reír cuando interpreta papeles cómicos. 

Tavo, el personaje que interpretaba Pujols, un duro marginal infiltrado por la policía dentro del bajo mundo, entonces conmovía. Ahora da náuseas. Sin un motivo convincente, acepta convertirse en confidente sin importarle pasar por encima de su esposa, sus padres, los santos y mucho menos los amigos. Viola y adapta al manual del Ministerio del Interior, los códigos de  “guaposo” aprendidos en el barrio para librar “su propia guerra”. Tavo enfrenta toda clase de peligros, y va gustoso a la cárcel para cumplir las órdenes de sus jefes, y seguir chivateando entusiastamente en el Combinado del Este. 

En uno de los capítulos, los malos le dan una paliza, le gritan “embori” (chivato en lengua abakuá) y otras lindezas; lo escupen y luego lo tiran medio muerto dentro de una tumba del cementerio. Recuerdo que la primera vez que pusieron la serie, se popularizó la expresión “embori” para referirse a los chivatos, pero la gente sufría por saber si los policías llegarían a tiempo para sacar con vida a Tavo del sepulcro. Ahora, Tavo, el embori, es totalmente impopular. Tanto como el malvado Puri que interpretaba otro galán, Fidel Pérez Michel.

Hace unos días, en la cola de la bodega, mientras varias personas comentaban “las cosas de las telenovelas” y sus sucedáneos policiales, un hombre exclamó: “¡Qué lástima que no dejaron al Tavo en el hueco, porque oye, ojala cayera un virus que matara a todos los chivatos juntos!”.

Escriba una palabra clave o el tema
que desee buscar en las noticias o artículos publicados en Cubanet en español, inglés o francés
desde 1994 hasta 2009
 

___
 
___
 
___
 
http://www.cubanet.org/inicio_tienda.html ___
 
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores y autoriza la reproducción de este material siempre que se le reconozca como fuente.