¡Aflojen, caballeros!

Leonel Alberto Pérez Belette

LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - La Feria Internacional de Comercio de La Habana, finalizada hace unos días, recordó a algunos la frase de un viejo amigo: El velorio ha sido todo un éxito.

Abraham Maciques, presidente de comité organizador declaró que se firmaron contratos que ascienden a 150 millones de dólares, y que el evento reunió a 3 mil 901 expositores, en representación de 1270 firmas de 54 países; cinco naciones más que en 2008. Quizás la cara de tranca del Comandante Ramiro Valdés, ministro de Informática y Comunicaciones, fuera más ilustrativa del escenario que las optimistas palabras del señor Maciques.

La realidad es que la feria se ha ido depauperando con el paso de los años, como parte de un fenómeno propio del régimen, que muy poco tiene que ver con la crisis financiera mundial. Desde su primera edición, a principios de los años 90, causaba tristeza ver a los funcionarios del Ministerio de Comercio Exterior mendingar a los empresarios extranjeros una lata de gaseosa, que en aquellos tiempos era un artículo de lujo.

Posteriormente, las destituciones en ese ministerio por aceptar sobornos y comisiones, evidenciaron el fenómeno de corrupción que tuvo su génesis en este tipo de convites.
El caso de la firma Pemba es uno de los ejemplos más ilustrativos. Durante la feria de este año algunos trabajadores de la Cámara de Comercio de Cuba, para inventar unos pesos, optaron por revender algunas de las entradas al recinto, y así los menos favorecidos pudimos entrar.

En las primeras ferias, cientos de profesionales llegaban a las instalaciones para conocer los adelantos científicos. Actualmente no se toman el trabajo de acudir. El gobierno mantiene la política de comprar baratijas para revenderlas en el mercado nacional, y las firmas extranjeras llegan a La Habana con baratijas y tecnología obsoleta.
Para colmo, en una Isla donde las comunicaciones son un tormento, casi nadie tiene un celular, prácticamente no hay acceso a Internet y las tarifas que se pagan por cualquier servicio de comunicación son escalofriantes… la empresa cubana ETECSA se alzó con el Gran Premio de Comunicación Integral.