El gobierno cierra puertas y ventanas

Lucas Garve, Fundación por la Libertad de Expresión

LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - Hace más de diez años Juan Pablo II expresó en La Habana la necesidad de apertura hacia Cuba y desde Cuba. Una fuerza que derrumbaría las fronteras de la cerrazón y las prohibiciones en que vivimos.

También recomendó: “No tengáis miedo”, refiriéndose sin duda a la liberación espiritual, que significa abandonar todo temor a la oscuridad y a expresarse sin ataduras.

Nada se ha logrado. Continuamos por el mismo camino en peores condiciones. Ninguna medida tomada por el gobierno en los últimos dos años revela un esfuerzo por proporcionar el más mínimo espacio a las iniciativas individuales, así estén enmarcadas dentro del espectro de influencia gubernamental.

A estas alturas, discutir si el embargo es efectivo o no, es algo situado en arena movediza. Lo concreto es que los Estados Unidos se convirtieron en el cuarto o quinto socio comercial de Cuba, y recientemente el gobierno de Obama autorizó la instalación de un cable de fibra óptica para ampliar y agilizar el servicio de comunicaciones entre los dos países y el resto del mundo, a menos costo y en un plazo más breve que el prometido por Venezuela.

Todavía no sabemos adonde fueron a parar las opiniones múltiples de los cubanos emitidas en las reuniones en cada barrio, centros de trabajo y las sedes varias organizaciones, sobre la necesidad de realizar cambios la sociedad, a lo que se ha referido el Presidente Raúl Castro.

En apenas dieciocho meses cinco comisarios europeos visitaron la isla, pero los contactos se mantienen a nivel gubernamental, sin participación de los opositores pacíficos. Los habitantes de la isla, al parecer, no tenemos suficiente personalidad para representarnos, ni exigir que así sea.

Los gobernantes no quieren escuchar lo que tienen que decir las personas sitiadas por la policía política, víctimas de actos de repudio, insultos y amenazas desde hace un mes, en la denominada Casa de la Libertad, sede de los comunicadores comunitarios, que animan Marta Beatriz Roque y Vladimiro Roca.

Por otra parte, están cerrando los mercados agropecuarios, donde la población podía encontrar lo que el Estado no es capaz de distribuir. Agobiados por prohibiciones que el mismo Raúl Castro reconoció como obstáculos para el desarrollo  de la sociedad y la economía, envejecemos cercados por un muro de reglamentos y resoluciones, sin poder desarrollar las capacidades productivas necesarias, en una sociedad que dentro de diez años estará compuesta por individuos de la tercera edad.

Se restringe la participación de asistentes a los debates y el intercambio libre de opiniones, así sea dentro del marco oficial, como ocurrió la semana pasada en la habitual sesión de debates realizada por la revista Temas, en el centro cultural Fresa y Chocolate.

Entonces, ¿dónde está la parcela de apertura dentro de la isla? Los ciudadanos no la encuentran.