Cambiar las mentes

Jorge Olivera Castillo, Sindical Press

LA HABANA, Cuba, diciembre (www.cubanet.org) - El Océano Ártico va rumbo a la extinción. Lo ha dicho recientemente el ex vicepresidente norteamericano Al Gore ante la Cumbre de Copenhague, donde líderes de 192 naciones debatieron sobre las difíciles condiciones climáticas que afectan y afectarán la vida en el planeta tierra.

De acuerdo a las palabras de Al Gore, 2014 pudiera ser el año en que el hielo sobre la masa de agua ártica pase al mundo de los recuerdos. Esta es una noticia que debería encender las alarmas de la humanidad. Sin esos témpanos se multiplicarán las olas de calor, habrá un repunte del hambre y las enfermedades asociadas a la desnutrición. Sequías, fenómenos atmosféricos más devastadores y otras importantes alteraciones de clima, se sumarán a las consecuencias derivadas de una desenfrenada contaminación ambiental.

Tanto las discusiones como los resultados de la Cumbre de Copenhague, apenas tuvieron receptividad en el cubano de a pie.

“¿Copenhague?. ¿Eso no es una marca de lavadoras?”. Tales interrogantes fueron las respuestas de un joven estudiante de preuniversitario. “Ojalá y se derrita antes. Me da igual. Mis preocupaciones están centradas en cómo vivir con poco más de 10 dólares al mes” dijo un vecino de la tercera edad que sobrevive a duras penas con su jubilación.

“Oye, no estoy para cosas que no entiendo, ni me interesan. Lo mío es la música, las mujeres y el ron. Olvídate de lo demás. Ya el hecho de vivir en Cuba es una tortura. Mi pensamiento está fijo en la idea de irme algún día bien lejos de este comunismo de porquería”, dijo el joven Guillermo, camino su casa. Su rechazo a lo que consideró una inoportuna pregunta, fue más allá de las palabras. Se alejó refunfuñando,  las llaves en la mano. Hace tres años que abandonó su empleo, en una entidad estatal, como técnico en equipos electrónicos. Desde entonces vive gracias a eventuales transacciones en el mercado negro.

De 10 personas tomadas al azar, sólo una se proyectó de forma razonable. El resto mostró indiferencia e ignorancia en relación a las complicaciones climáticas que sobrevendrán sobre el planeta que habitamos en los próximos años. 
 
 Esas posturas tienen su explicación a partir de las duras condiciones de vida, que en Cuba no llegan a tocar el lado más profundo de la pobreza, pero se mantienen en un rango de insuficiencia que multiplicado por más de 50 años de férreo control estatal, se revierte en trastornos sociales como la enajenación y la marginalidad.

Independientemente del nivel escolar alcanzado, lo que resalta es la interpretación parcializada, la burla  o el absoluto desdén, en el intento de valorar cualquier asunto.
La asidua manipulación informativa como regla dentro del ambiente mediático en intramuros, refuerza los motivos de gran parte de la población que elige desentenderse de los medios (todos estatales) y basar sus conocimientos en rumores y fuentes alternativas, que no siempre gozan de la debida credibilidad.

Junto con la muy probable pérdida de masa de hielo ártico para el 2014, haría falta que  desaparecieran de Cuba, el odio por motivos ideológicos, las injustificadas prohibiciones, la censura informativa, la necesidad de pedir un permiso de salida para poder viajar al exterior y  una interminable lista de cosas que hacen de este socialismo una sistema inviable y abocado a extinguirse de la peor manera.

No será fácil acabar con las anomalías climáticas a causa de los grandes intereses en juego. En Cuba esperamos por otras rectificaciones no tan complicadas, pero que la burocracia partidista y los militares se empeñan en retrasar.

2014 pudiera ser una fecha límite para modificar el sistema político que prevalece en Cuba, hacerlo más racional, competitivo, equilibrado, más abierto y menos represivo. Otro cuatrienio de dictadura sería un desastre.