Unidades básicas de producción

Osmar Laffita Rojas 

LA HABANA, Cuba, diciembre (www.cubanet.org) - Hace 16 años se crearon, por acuerdo del Buró Político del Partido Comunista, las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC), resultado de la disolución de la mayoría de las empresas agrícolas, surgidas luego de la primera ley de Reforma Agraria en mayo de 1959, y posteriormente la segunda, de octubre de 1963.

Estas leyes propiciaron la  expropiación de la mayor parte de las tierras dedicadas a la producción agrícola y ganadera. La mayoría de estos bienes pasaron a ser propiedad del estado. 

Solamente se entregó, de manera simbólica, la propiedad de un millón de hectáreas de tierra a campesinos individuales. No se sobrepasó el límite de las 42 hectáreas de tierras por productor. 

Después de las dos leyes de reforma agraria, el Estado se convirtió en el gran latifundista de la nación, Pasaron a su propiedad  4,8 millones de hectáreas, a pesar de heredar toda una infraestructura material y organizativa de las empresas agrícolas expropiadas y contar con enormes extensiones de tierras aptas para el cultivo, pronto se puso de manifiesto la ineficiencia de las empresas estatales. Los escasos alimentos que se producían eran distribuidos racionadamente. La carencia daba lugar a largas colas para alcanzar lo poco que se distribuía. 

Ante tal fracaso, y forzado por el agobiante Periodo Especial, el gobierno reordenó en 1993 la agricultura. Se determinó que las empresas agrícolas estatales fueran disueltas y sus tierras divididas. Como resultado de estas medidas, surgieron mil 493 unidades básicas, las cuales en conjunto poseen 2,4 millones de hectáreas de tierra. 

En principio, las UBPC prometían un despegue de la producción en todos los sentidos, principalmente en el sector azucarero, los cultivos varios y los derivados de la leche y la carne de res, cerdo, y las aves, que supuestamente nos devolvería a la autosuficiencia productiva que existía en 1959. 

Sin embargo, nada se cumplió, y la producción agrícola en Cuba es calamitosa en la actualidad. Hace cincuenta años el país era autosuficiente en  cuanto al consumo anual de arroz. En estos momentos se dedican cientos de millones de dólares para comprar 470 mil toneladas que permitan la venta racionada del grano. 

¿Cómo se entiende que con los más de 3 millones de hectáreas cultivadas en Cuba, propiedad del Estado, las pertenecientes a las UBCPC, las cooperativas y los pequeños agricultores, el gobierno cubano haya dedicado el pasado año 2008 cerca de 2 mil 800 millones de dólares para la compra de alimentos? 

De las tierras disponibles de las UBPC, sólo está en explotación el 50%. El resto, más de 1,2 millones de hectáreas, están cubiertas de malas hierbas y mal atendidas.  

Desde su surgimiento, las UBPC no han sido verdaderas cooperativas, ni empresas agrícolas. Los burócratas han mantenido intacta la estructura que les permite continuar con su control. En la práctica, ninguna de estas entidades goza de libertad de gestión, lo que se refleja en la escasa entrega de productos a los mercados agropecuarios estatales. 

La solución no está en retornar a los orígenes de este fracasado proyecto.  Después de más de 16 años, los resultados en cuanto a producción y eficiencia, son totalmente desalentadores.