La Habana fue una fiesta

Aleaga Pesant

LA HABANA, Cuba, diciembre, www.cubanet.org  -La modorra navideña habanera se interrumpió por el concierto de la banda americana Kool and the Gang.  Según algunas fuentes el espectáculo al aire libre, reunió algunas decenas de miles de cubanos que bailaron y se divirtieron a los acordes del funk, rhythm & blues, soul y disco.

A los que pensaron en una audición para tembas, en camisa mahatan, pantalones campanas y espendrum se equivocaron.  Viejos, medio tiempos y jóvenes se juntaron a celebrar el acontecimiento artístico, con bajo nivel de politización, a diferencia del Concierto por la Paz, organizado por Juanes, aunque las consignas castristas se mantuvieran en el escenario y muros adyacentes.

Parejas, grupos o familias se reunieron desde horas tempranas de una fría y nublada tarde habanera, en el protestódromo, frente a la embajada americana, a disfrutar de la temperatura y la música.  Aunque previsto para las tres, nadie se molestó por que el espectáculo empezará media hora después y se extendiera hasta las cinco y media.

El audio con serios problemas técnicos, poca oferta gastronómica, las exageradas medidas de seguridad de la policía nacional y de los paramilitares  de  SEPSA EMBAJADAS,  que bloquean el acceso a las cercanías de la legación yanqui y los problemas del transporte urbano, mas críticos el domingo que de costumbre,  no fueron impedimento para un publico ansioso de divertirse en medio de la guerra mediática de un mal gobierno, que solo habla de enemigos y sacrificios sin fin.

Los balcones de los edificios circundantes a la plaza se llenaron de entusiastas bailadores que improvisaban pasillos, mientras en el asfalto de la avenida del malecón cientos de personas se agrupaban a bailar una coreografía muy  popular en los ochenta.

Aunque en las dos primeras décadas de la dictadura oír música americana estaba prohibido, y se consideraba “diversionismo” ideológico, los jóvenes se las apañaron para oírla a través de las emisoras del sur de la Florida que entraban con facilidad a la isla por la cercanía geográfica, o los discos de acetato que llegaban de contrabando.

De esa manera los cubanos conocieron de los Beatles, Led Zeppelín, Comodores, Stevie Wonder y Kool and the Gang, quienes quedaron grabados en su memoria, mientras rechazaban la música  y la cultura eslavas que se les imponía desde el poder. El concierto del pasado domingo, como el de Air Supply, tiempo atrás, vino a llenar un vacío espiritual y significó un reencuentro de generaciones con una música que estuvo prohibida.   

También fue la fiesta adelantada de fin de año para una sociedad que mira con recelo al 2010, el año que vivirá en peligro.