Si 2009 estuvo malo, ¿cómo vendrá 2010?

Leafar Pérez 

LA HABANA, Cuba, diciembre (www.cubanet.org) - Hambre, epidemias, consumo de electricidad restringido, aumento del costo de la vida y el inmovilismo político marcaron el año 2009.

Culmina un año difícil, aunque no sé si los cubanos habremos tenido alguno bueno en medio siglo de revolución. Las autoridades insisten en que no pueden mantener los subsidios a la población, pero no le permiten desarrollar sus potencialidades para no tener que depender del gobierno.

Aunque los tres huracanes que atravesaron la isla en 2008 provocaron inmensas pérdidas económicas, no son ellos los únicos culpables del desbarajuste cubano. Apretarse el cinturón, ir a vivir al campo y arar la tierra con bueyes, no es la solución.

Aunque más turistas visitan la isla, consumen menos. Los precios de los productos que Cuba exporta se mantienen bajos. En el mercado interno sigue primando la escasa productividad de las empresas estatales, y el proceso de perfeccionamiento empresarial que fue presentado como solución a la crisis económica, ya casi no se menciona.

Mientras algunos sectores de la población, como los maestros y jubilados han sido beneficiados con un aumento de salarios y pensiones entre un 20 y 40 por ciento, los alimentos y productos básicos multiplican su valor.

La desaparición de Carlos Lage y Felipe Pérez Roque, junto a varios secretarios del partido comunista en las provincias y municipios, tampoco han traído mejoras a la población. El régimen mantiene la falta de libertades civiles y políticas.

En los primeros días de diciembre, decenas de activistas y defensores de derechos humanos y sus familiares han sido agredidos y maltratados por la policía. En las cárceles continúan más de 200 presos políticos y de conciencia, mientras crece la población penal debido al clima represivo. La gente se ve obligada a delinquir para sobrevivir.

Muestra también de lo mal que le van las cosas al gobierno es la suspensión del pago de su multimillonaria deuda exterior. Para intentar obtener fondos, recurre a la militarización de fábricas, cooperativas y centros productivos. Por otro lado, el comercio y la banca también están bajo el control de hombres fieles a Raúl Castro, quienes dicen que intentan elevar la eficiencia y productividad de la economía cubana para pagar algunas deudas.

2009 también nos trajo varias epidemias. Algunas son leves y otras tan peligrosas como el virus A H1N1, que mantiene al Ministerio de Salud Pública en tensión. Nadie sabe la cantidad de fallecidos por las enfermedades; el secretismo y el control estatal de los medios de comunicación impiden obtener datos fidedignos.