En busca de una ideología

René Gómez Manzano

LA HABANA, Cuba, diciembre (www.cubanet.org) - En el principio le correspondió el turno a la ideología marxista-leninista. “Pericones” del viejo PSP, comunistas vergonzantes que se habían declarado “humanistas”, y recién conversos, se consagraron a rumiar doctrinas de un siglo de antigüedad. Pese a la innegable ancianidad de esas teorías, los creyentes ateos de 1959 las consideraban actualísimas, aptas para guiarlos en la construcción de la nueva sociedad.

Durante decenios, los conceptos laicos fueron inoculados en escuelas y universidades, y enarbolados como fundamento teórico de cuanto libro se publicaba. Pero la feliz caída del Muro de Berlín, símbolo del derrumbe del sistema comunista les escamoteó esa coartada ideológica: ¿Cómo iban a seguir esgrimiendo las doctrinas de Marx y Lenin si habían demostrado su inutilidad allí donde parecieron más eficaces?

En medio de esa orfandad de ideas, cayó del cielo el caso del niño Elián González. Pese a evidentes excesos que hastiaron a muchos de sus ya escasos partidarios, el aparato propagandístico del gobierno tuvo indudable éxito en lograr que los cubanos, también los extranjeros, apoyaran mayoritariamente la postura oficial. Pero la aventura del balserito fue apenas un respiro. Aunque el culebrón se prolongó por meses, tenía por fuerza que terminar, y así ocurrió con el retorno de Elián a Cuba.

Después han seguido intentando encontrar alguna idea sustitutiva, una nueva campaña que sea recibida con beneplácito, pero han fracasado. Los cubanos, absortos en su lucha por sobrevivir, han hecho caso omiso de Luis Posada Carriles y los cinco espías prisioneros en los Estados Unidos. Pueden pintar al primero con la boca llena de sangre, y a los últimos como las puntas de la estrella solitaria. Al público de la Isla lo tiene sin cuidado el destino de uno y otros.

Más recientemente se ha recurrido tímidamente al “socialismo del siglo XXI”. Las mismas ideas desprestigiadas con un poco de colorete. Era una causa perdida de antemano. Es posible que algunos venezolanos o nicaragüenses, deslumbrados por el populismo y la demagogia, se hayan montado de buena fe en ese carro que nada tiene de nuevo. Pero cuando ellos van, los cubanos hace rato que venimos, de modo que esos malabarismos políticos no hacen mella en nuestro pueblo, incrédulo tras medio siglo de manipulación y promesas incumplidas.

Otra variante del mismo tema fueron los avatares del señor Zelaya, que esperaba eternizarse en el poder. Aunque en este caso nuestros ciudadanos sí se sintieron motivados de inicio, el asunto ha perdido rápidamente todo interés, y el destino del personaje no preocupa a casi nadie.

Ahora, en la búsqueda incesante de una ideología que inspire a los cubanos, parece que les ha tocado el turno a los combatientes internacionalistas. Hace una semana fue la Operación Tributo. Vimos por la televisión los actos de homenaje que en cada rincón de nuestra geografía se celebraban en honor de los caídos en guerras extranjeras. Cada ceremonia idéntica a las que acabábamos de ver y a las que la seguían. Hace unas horas, el foco de la propaganda se desplazó hacia el fallecido General Raúl Díaz Argüelles.

Hay que decir que, en esta oportunidad, los agasajados no carecen de merecimientos personales. Se trata de hombres que, en el desempeño de sus tareas dieron muestras de valor. Por otra parte, es cierto que el cuerpo armado del que formaron parte actuó con eficiencia y elevado nivel profesional. Otra cosa es qué sentido (si es que hubo alguno) tuvo ese esfuerzo y sacrifico. Como se plantea en el documento La Patria es de todos, hasta ahora no se ha aclarado “qué se obtuvo de todo aquel esfuerzo baldío, que lo único que significó para nuestro pueblo fue separación familiar, luto, dolor y enfermedades exóticas, entre otras cosas”.

Este nuevo tema de la propaganda gubernamental tampoco tendrá éxito entre los cubanos. Parafraseando el título de una pieza teatral de Pirandello, Seis personajes en busca de autor, pudiéramos caracterizar la actuación del gobierno castrista en este terreno, desde hace unos años a la fecha, con una frase lacónica: Un régimen fracasado en busca de una ideología.