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17 de marzo de 2008

El Partido Comunista de Cuba espera menos restricciones pero más productividad

Por ANDREA RODRIGUEZ

The Associated Press - LA HABANA -

El Partido Comunista de Cuba (PCC) llamó a los ciudadanos a no estar tan pendientes de medidas que les permitan consumir más o se levante algunas prohibiciones, si no se incrementa en paralelo la alicaída productividad.

"Observo con preocupación que algunas personas están a la espera de que el anuncio de determinadas medidas resuelvan de por sí, de ahora para ahorita, necesidades domésticas acumuladas", expresó un artículo del director del periódico Granma, Lázaro Barredo también diputado nacional.

Bajo el título: "Sería imperdonable que hipotecáramos el futuro", el rotativo, órgano oficial del PCC, dio cuenta de una serie de expectativas populares que han circulado en las últimas semanas, que van desde el levantamiento de prohibiciones en la compra de electrodomésticos a la supresión de la doble moneda o una revaluación del peso cubano convertible.

Un memorando o carta sin firma, ni fecha, aparentemente procedente de las autoridades que pasó de mano en mano entre periodistas extranjeros esta semana dio cuenta de una supuesta disposición para comenzar la venta de cosas como ollas arroceras o bicicletas eléctricas.

Sin embargo, el Ministerio de Comercio Interior consultado por AP no confirmó la legalidad del documento, ni apareció una normativa en la gaceta oficial.

Toda suerte de rumores tomaron la calle a partir de un discurso del entonces mandatario interino Raúl Castro en julio del 2007 y se reforzaron cuando éste tomó posesión definitiva el 24 de febrero.

Castro aseguró que se reconsiderarán algunas políticas para aliviar la carga de restricciones de los cubanos.

"Una cosa será encarar el despeje de algunas medidas relacionadas con las llamadas 'prohibiciones', como puede ser, por ejemplo, el acceso al turismo, la venta de equipos, y otra, digamos que el asunto de la doble moneda, donde debemos avanzar en su solución pero cuyas complejidades son enormes", aclaró Granma.

"O seguir creyendo que todo se puede dilucidar aumentando salarios sin contrapartida material", agregó.

En Cuba existen restricciones en la compra de algunos electrodomésticos, como por ejemplo computadoras y hornos de microondas, pero que circulan en el amplio mercado negro.

Tampoco es posible para los cubanos alojarse en hoteles de turismo internacional sin autorizaciones.

Las restricciones se fueron acumulando a partir de una severa crisis en la década de los 90 y las autoridades las justificaron en razón de evitar desigualdades sociales entre aquellos con acceso al dólar -muchos por vía de remesas o fruto de ilegalidades como reventa o robo- y quienes no contaran con la moneda fuerte.

A la luz de una mejora en las condiciones económicas de la isla, Castro prometió revaluar esta situación, aunque siempre evitando desproteger a los sectores sociales más débiles, como característica de la sociedad comunista, recordó Granma.

Pero de todas maneras nada se conseguirá, expresó el rotativo, si no se incrementa la productividad y la eficiencia laboral -un talón de Aquiles del modelo cubano acusado por sus críticos de paternalista- pues pese a todo se mantienen subsidios en casi todas las áreas como los servicios o los alimentos, sea que la persona trabaje o no y sin importar su edad.

 

 
 
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