Crónica           IMPRIMIR
10 de enero de 2008

No puedes ser pesadilla

Tico Morales, APLA

LA HABANA, Cuba, enero (www.cubanet.org) - ¡No pedí nacer en Cuba! Es decir, venir a este mundo en el momento equivocado.

Quizás estas palabras duelan para quienes no renunciamos a nuestra identidad, pero sólo es la traición del subconsciente de quienes han sufrido mucho viendo deteriorarse su patria bajo el tsunami del comunismo.

Para cualquier ciudadano de este mundo la Navidad es una fecha sagrada. Para el cubano es un martirio, sobre todo para aquellos de menores recursos económicos.

En Cuba, los arbolitos de Navidad alumbran cual vacíos fantasmas de la ironía caprichosa de quienes cercenan la libertad y el derecho al progreso. Ah, pero lo que no han podido quitarnos es ese concepto espiritual de familia, esa familia desmembrada y enviada a la diáspora que nos duele y hace un nudo en nuestros corazones donde anida la mortal ausencia de muchos seres queridos.

Nací guajiro y los años me hicieron cepillarme en las calles de mi ciudad. He visto degenerar los campos florecientes, desde su verdor hasta el carmelita gris polvoriento, gracias a los faraones de la economía comunista.

No quiero para mis hijos ni para ningún chico de esta tierra el calvario de agonías y necesidades de los mayores bajo el rojo cielo de la hoz y el martillo, dibujado por los que se niegan al cambio que nos haga libres y permita florecer las rosas blancas de José Martí.

No quiero seguir con malos sueños en mi subconsciente. No soy un error colateral. Nací cubano gracias a Dios.

 
 
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