No puedes ser pesadilla
Tico Morales, APLA
LA HABANA, Cuba, enero (www.cubanet.org) - ¡No
pedí nacer en Cuba! Es decir, venir a este mundo en el momento
equivocado.
Quizás estas palabras duelan para quienes
no renunciamos a nuestra identidad, pero sólo es la traición
del subconsciente de quienes han sufrido mucho viendo deteriorarse
su patria bajo el tsunami del comunismo.
Para cualquier ciudadano de este mundo la Navidad
es una fecha sagrada. Para el cubano es un martirio, sobre todo
para aquellos de menores recursos económicos.
En Cuba, los arbolitos de Navidad alumbran cual vacíos
fantasmas de la ironía caprichosa de quienes cercenan la
libertad y el derecho al progreso. Ah, pero lo que no han podido
quitarnos es ese concepto espiritual de familia, esa familia desmembrada
y enviada a la diáspora que nos duele y hace un nudo en nuestros
corazones donde anida la mortal ausencia de muchos seres queridos.
Nací guajiro y los años me hicieron
cepillarme en las calles de mi ciudad. He visto degenerar los campos
florecientes, desde su verdor hasta el carmelita gris polvoriento,
gracias a los faraones de la economía comunista.
No quiero para mis hijos ni para ningún chico
de esta tierra el calvario de agonías y necesidades de los
mayores bajo el rojo cielo de la hoz y el martillo, dibujado por
los que se niegan al cambio que nos haga libres y permita florecer
las rosas blancas de José Martí.
No quiero seguir con malos sueños en
mi subconsciente. No soy un error colateral. Nací cubano
gracias a Dios. |