2008: año de ciclo migratorio
Aleaga Pesant
LA HABANA, enero (www.cubanet.org) - Entre los profundos
escenarios para el nuevo año, se prevé el aumento
de grupos y organizaciones prodemocráticas, la disminución
de la represión y algún tipo de apertura económica.
Uno muy importante es la coincidencia con el ciclo de crisis migratoria.
Desde 1959 se computan tres aludes migratorios hacia
el vecino del norte. El ciclo es de catorce años (1966- 1980-
1994). El primero en 1966 conocido como el éxodo de Camarioca
y el ultimo en 1994 el de los Balseros. En el medio está
el de 1980, el más traumático, por sus consecuencias
en ambas orillas. Se conoce como el de Mariel. Se saldó con
una emigración de 125 mil personas. Según investigadores,
fuentes del Ministerio del Interior concluyeron que los emigrantes
pudieron llegar a dos millones si el puente marítimo no se
hubiera detenido en septiembre de ese año.
Sobre todas las cosas, el éxodo de Mariel
destruyo la imagen humanista de la revolución cubana. La
estampida comenzó por la entrada de un grupo de descontentos
a la embajada de Perú. Fidel Castro aprovechó para
vaciar de asesinos las cárceles y de locos los manicomios.
Los envió a Estados Unidos, donde un dubitativo Jimmy Carter
los recibió con los brazos abiertos.
Camarioca, un pequeño poblado de pescadores
entre la ciudad de Matanzas y el balneario de Varadero, se vio invadida
en 1966 por emigrantes, con intenciones de viajar a Florida, a donde
no se podía ir luego de la ruptura de relaciones, so pena
de ser considerado “agente enemigo”.
Según algunas fuentes, desde Camarioca, salieron
en botes unas 20 mil personas. Para controlar el asunto, Washington
estableció un puente aéreo por donde partieron otros
miles de cubanos hasta principios de la década del 70.
La última de las migraciones masivas ocurrió
en 1994, en medio de la más grave crisis sufrida por el país.
Hambruna, ausencia de generación de energía, falta
de medicinas y servicios médicos, era el horroroso cuadro
de la isla durante el “periodo especial en tiempo de paz”.
A la revuelta del Malecón el 5 de agosto, la solución
fue levantar las seguridades marítimas que impedían
el éxodo masivo.
La respuesta del presidente William Clinton a la
provocación fue establecer un bloqueo naval, en el Estrecho
de Florida a partir del 19 de agosto. En algo más de un mes
se interceptaron cerca de 35 mil personas navegando en balsa con
rumbo norte. Producto de los vientos hacia el sur en esa temporada,
se hizo incontable la cifras de muertos o desaparecidos. Los interceptados
en el mar fueron enviados a la estación naval norteamericana
en la Bahía de Guantánamo.
Hoy no gobierna el doctor Castro. Sin embargo,
no se descarta la posibilidad de otra crisis migratoria. Existen
altos índices de insatisfacción ciudadana. No es clara
la capacidad del general Raúl Castro y su cohorte, para comenzar
la modernización que necesita el país.
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