Crónicas          
3 de abril de 2008

El imperio chino quiere más tierras

Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) - Los tibetanos han sido fieles a su viejo proverbio que dice: “Todo es posible para quien se lo propone, y a lo largo de varios siglos  han luchado contra violentas invasiones. En 1240 contra los mongoles, luego contra los británicos y actualmente contra China comunista.

El gigante asiático, la República Popular China, nunca ha desistido de apropiarse de más y más tierras. Perdió Mongolia en 1911, cuando este país declaró su independencia, y más tarde fueron expulsados miles de chinos de ese territorio. Mongolia abandonó el comunismo en 1992. Luego perdió Taiwán.

Actualmente Tibet lucha contra la ocupación china. Se trata de una lucha que se ha prolongado más de un  siglo, cuando en 1904 las autoridades chinas pagaron al gobierno inglés una buena suma de dinero para que los británicos retiraran sus tropas de tierras tibetanas, y así apoderarse de ellas. Diversos conflictos armados ocurrieron entre guerrilleros tibetanos y el ejército chino por los años 1918, y 1931, acrecentándose aún más a partir de 1950, cuando las tropas del partido comunista de Mao Tse Tung ocuparon militarmente Lhasa, capital de Tibet y obligaron a exiliarse a su líder espiritual Dalai Lama y a 150 mil tibetanos.

Tras la sublevación de 1959, donde murieron más de 87 mil tibetanos, entre guerrilleros y civiles, Mao Tse Tung declaró que Tibet aún no estaba preparado para el establecimiento de un régimen comunista.

Tampoco estaba preparado en 1965, cuando los guardias rojos maoístas intensificaron la persecución religiosa durante la Revolución Cultural China, destruyendo centenares de monasterios y monumentos budistas.

Ante cada revuelta popular contra el comunismo chino, los jefes políticos de Beijing responden con más represión, sobre todo en 1993, tras el desplome del comunismo europeo.

Por la larga lucha pacífica que lleva a cabo el Dalai Lama Tenzin Gyatso, presidente del gobierno tibetano en el exilio, le fue otorgado el Premio Nóbel de la Paz en 1989.

La prensa castrista cubana divulgó en días pasados las declaraciones del presidente chino Hu Jintao, cuando afirmó que Tibet es parte inalienable de la China Comunista, así como la isla democrática de Taiwán.

Sin embargo, la cultura y el idioma tibetanos, muy distintos al chino, las antiguas leyendas y libros, y sobre todo la historia de sus fallidos levantamientos contra numerosas ocupaciones militares, nos demuestran que este antiguo país, llamado “el techo del mundo”, menospreciado e ignorado por el gobierno castrista de Cuba, lucha como cualquier otro por su libertad, por la independencia que merece todo pueblo.

 


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