28 de noviembre de 2007
 
 
Crónica            
28 de noviembre de 2007

El andamio del comunismo

Tania Díaz Castro


LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - Conocer esa permanente armazón de andamios que se montan para el mantenimiento de un régimen comunista (conocidos como estrategias) no es nada difícil. Es de lo que se nutren los regímenes que se proclaman comunistas desde mucho antes de su surgimiento.

La historia comienza cuando aquellos que en su conciente o subconsciente alojan a ese bichito llamado dictador. Ya en el poder, sólo se mantienen a través de estrategias. Fidel Castro es un buen ejemplo.

La mayor de todas, yo diría que la más importante y original, es la creada en Cuba para un sistema electoral donde siempre sale electo el mismo presidente, sin que el pueblo perciba que apenas goza de libertad para decidirse por otro.

Otra estrategia a tomar en cuenta es el internacionalismo proletario, cuyo fin es hacer la guerra donde más interese.

Como los regímenes socialistas fracasan económicamente, la estrategia es culpar al enemigo. También acuden a otras estrategias que de sofisticadas no tienen nada: enviar médicos, enfermeros y maestros a otros países, cuando ya no pueden enviar soldados.

Para callar a la oposición armada institucionalizan el pelotón de fusilamiento o condenan a los opositores a largas condenas en prisión. Y si surge una oposición pacífica hay otra estrategia: la acusan de mercenaria al servicio del enemigo, como justificación a las largas condenas, al destierro o las amenazas.

Todo es estrategia. Por eso se caracterizan los comunistas y en verdad que se destacan como verdaderos maestros, aunque al final siempre triunfa la verdad. Posiblemente José Stalin sea el iniciador de estas y otras historias peores. Lenin no tuvo tiempo. Fidel Castro demasiado.

Como dijera Julio César, “divide y vencerás”, y como el fin justifica los medios, según Maquiavelo, dividida está Cuba, y la guerra emprendida por el castrismo contra Estados Unidos fracasada totalmente. Se ha enseñando al cubano descontento que su única opción es marcharse a la casa del supuesto enemigo, y hacia allá sueña irse una gran parte de nuestra población.

La razón de ser de un régimen comunista no es mejorar día tras día la calidad de vida de la población, sino utilizar a los ciudadanos para mantenerse a toda costa en el poder, algo que sabía bien el Bobo de Abela en tiempos de la República.

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