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SOCIEDAD
¿Dónde está el Himno Nacional?
Yosvani Anzardo Hernández, Jóvenes
sin Censura
HOLGUÍN, Cuba - Marzo (www.cubanet.org)
- En verdad no podría decir exactamente
cuándo comenzó. Pero después
de un estudio exhaustivo que realicé durante
dos años con un equipo de académicos
famélicos, adjunto al Centro de Estudios
de la Personalidad del Cubano, para el cual se
tomó una muestra de 62 actos políticos,
llegamos a la lamentable conclusión de
que los cubanos no conocen el himno nacional.
Por ejemplo: si en un acto no se amplifica el
himno a partir de una grabación, los presentes
no pueden cantar. En su lugar se escucha un murmullo,
tipo rezo, que termina en muy bajos decibeles.
Casi por debajo de la curva auditiva. Heredando
ondas de bajas frecuencias, causantes de malestares
generales.
Esto es el resultado de que la gente conoce la
música, pues muy musicales sí somos,
pero no la letra.
El problema en la letra cuando dice: "Al
combate corred, bayameses". Pues no sé
antes, pero ahora nadie se identifica como bayamés.
Incluso los orientales nos sentimos comprometidos
emocionalmente con Santiago.
Y es que no se ha explotado adecuadamente a Bayamo
como símbolo de identidad, hasta el punto
de que todos lo sintamos como sinónimo
de cubano.
Y hasta internacionalmente somos mejor conocidos
como guantanameros, por el tema de Joseito Fernández.
Tal vez por eso, nuestro subconsciente, al escuchar
el himno diga: ¡los fósforos, esto
no es conmigo! Además, el símbolo
patrio tiene un émulo que nos ha sido impuesto
con el nombre de Marcha del 26 de julio. Al extremo,
que la bandera roja y negra muchas veces se impone.
Como impuesto tenemos el sistema.
Cuando se llega a la parte: "En cadenas vivir,
es vivir / en oprobio y afrenta sumidos",
nadie sabe de qué se trata. ¿Cómo
podemos ignorar a nuestro himno sólo porque
nos recuerda lo penco que somos? ¡Claro
que a nadie le gusta que alguien constantemente
le esté echando en cara sus debilidades!
Aunque sea verdad, y ese alguien sea la patria.
De cualquier forma, cuando le demos la candela
de la vergüenza a Bayamo, y la hagamos correr
por toda Cuba, volveremos a ser lo mismo y todos
cantaremos con orgullo, y hasta en la ducha, sin
saltarnos estrofas, nuestro glorioso himno de
combate.
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