Una
potencia médica: ¿para qué y para quién?
Laritza Diversent Cambara
LA HABANA, Cuba, diciembre (www.cubanet.org) - Para nadie es secreto
las carencias de todo tipo que sufre hoy la población cubana.
Estas han afectado el nivel de vida, salud y educación. Sin
embargo, el gobierno cubano esconde su ineficiente gestión
económica tras el pretexto de “bloqueo” norteamericano.
¿A quién culpar de todas las privaciones que padece
nuestro pueblo?
El estado socialista cubano siempre se ha vanagloriado de haberse
convertido en una potencia médica, aún rigiendo el
“bloqueo económico.” Es una ironía que
el sistema de salud cubano se vea afectado, no sólo por la
falta de medicamentos, sino también por el déficit
de profesionales en el sector de la salud, problemática que
desata un deterioro progresivo en los servicios médicos en
el país.
Cómo puede suceder esto, si en nuestro país anualmente
se gradúan miles de médicos, cubanos y extranjeros.
Este sensible tema ha sido analizado recientemente en la Mesa Redonda
Informativa, que se transmite a diario por los canales de televisión
y emisoras radiales.
Por primera vez, periodistas y especialistas que la conducen, diagnosticaron
y reconocieron el deterioro y la manera en que se degrada el sistema
de salud cubano.
En una ocasión escuché, en uno de sus tantos programas,
que una parte del crecimiento económico que había
experimentado la economía nacional se debía a la colaboración
médica cubana. En su momento no entendí. Poseo pocos
conocimientos de economía. Pensé que se trataba de
otra mentira.
Mi duda de entonces fue la de muchos cubanos. ¿Cómo
puede la ayuda solidaria cubana reportar ganancias que evidencien
un crecimiento económico? ¿El servicio que brindan
nuestros médicos acaso no es gratuito?
Analizando la situación y condición del sistema de
salud cubano, se aclaran todas mis dudas. Comprendo que la colaboración
médica es y ha sido un lucrativo negocio que brinda beneficios
económicos y ventajas políticas. No olvidemos que
el gobierno de Castro utiliza la solidaridad humana como un medio
de obtener reconocimiento y apoyo, principalmente de los países
latinoamericanos.
Lo más triste y decepcionante de todo esto es que nuestro
pueblo se resignó a la explotación económica
de la oligarquía burocrática castrista por más
de 48 años. Ellos elevan su ego a nivel mundial a costa de
nuestros sacrificios y recursos. Ponen en detrimento nuestro bienestar
por ideales políticos irrealizables.
La atención médica que disfrutaba nuestro pueblo era
motivo de orgullo ayer. Hoy causa indignación.
Mientras nuestros profesionales brindan sus servicios en otro país;
nosotros somos atendidos en nuestros centros hospitalarios por estudiantes
de medicina. Muchas veces los pupilos son extranjeros que no dominan
bien nuestro idioma.
Los médicos cubanos que quedan están extenuados por
las extensas jornadas laborales y el numeroso sector poblacional
que tienen que atender. Para que se esmeren en atendernos, es aconsejable
hacerle regalos.
Mientras nuestro gobierno dona clínicas y hospitales con
la más alta tecnología, las instalaciones sanitarias
nuestras se deterioran, carecen de recursos y equipos indispensables
para el diagnóstico. Bolivia ha recibido 43 centros de atención
médica donados por Cuba.
Tenemos que soportar, además, que los medios de comunicación
enarbolen la labor de nuestros médicos. Aceptar que nos digan
que ellos se sacrifican alejándose de su familia, soportando
largas caminatas y duras condiciones de vida en geografías
de difícil acceso.
No creo que sea la solidaridad humana la razón fundamental
que motive a nuestros galenos a aceptar tales sacrificios.
Conozco muchos profesionales, no sólo de la salud, también
del deporte, que desean una misión al extranjero. Lo que
los motiva son los contenedores con muebles y equipos electrodomésticos
que puedan traer, al igual que las viviendas que les esperan a su
regreso. Los ingresos económicos que le ofrece el gobierno,
comparado con los beneficios que este último recibe, son
míseras dádivas.
Esta claro que Cuba es una potencia médica; pero no para
elevar el nivel de vida de nuestro pueblo. Somos una potencia para
que los dueños del poder intenten demostrar al mundo la superioridad
que no tienen.
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