25 de diciembre de 2007

El derecho al atraso


JORGE SALAZAR CARRILLO


Escribo esto el Día de los Derechos Humanos Universales. Estos han sido complementados por otros derechos. En 1966 se proclaman los Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Hasta hoy Cuba no ha firmado esta convención; lo cual no debería de extrañar pues su desgobierno está dedicado al atraso de la isla en estos tres campos.

Estudios económicos a lo largo del tiempo, y en diversos países, han logrado establecer una alta (y no espuria) relación entre el consumo de electricidad de los hogares y su nivel de desarrollo. Sólo hay que examinar la cartilla de desabastecimiento cubana para ver reflejado el atraso en el racionamiento de combustible. Entre los ocho tipos que se controlan leemos: carbón o leña, querosene para refrigerador, alumbrado de querosene, y querosene con precalentamiento.

¿Y qué del aseo, la higiene y la salud? El cubano de a pie recibe un tubito de pasta dental al mes. Pero no siempre aparece. La salud bucal está intimamente relacionada con el adecuado funcionamiento corporal, especialmente en una población envejecida como la cubana. Es peor la situación del jabón de baño. He viajado por todo el mundo y jamás he encontrado un pueblo más limpio que el cubano. Pero el de entonces, no el de ahora. Como podría serlo con media pastilla de jabón, cuando más, cada dos meses. Y peor es la situación del lavado de las piezas de vestir, ya que el jabón de lavar es de entrega aún más infrecuente, y el detergente hace tiempo hizo mutis por el foro. No en balde en las encuestas que hace el régimen para tomarle el pulso a la población, el 21 por ciento mencionó los productos de higiene y limpieza entre las principales necesidades de la población.

Para rematar la salud en la isla, lo que sí se entrega en abundancia es el cigarro (que muchos otros latinoamericanos llaman cigarrillo). Ese si no falta cada mes para horror de mi hermano el pulmonólogo (claro, Fidel no fuma, pero envenena). En el cigarro curiosamente se entregan dos variedades: el fuerte y el suave. Y es el primero el que nunca falta. Esta nociva abundancia se la tenemos que apuntar a la Souza Cruz brasileña, una filial de la British American Tobacco, que controla esta industria en Cuba, como consecuencia de que Cuba no paga sus deudas, ni toma chocolate. Los brasileños cambiaron la deuda por activos hacia finales de los noventa, y después su compañía fue adquirida por los británicos. El menos pernicioso tabaco (para otros hispanos cigarros) brilla por su ausencia, lo que no sucede con los fósforos, que aterrizan tres veces al año.

Curiosamente hay productos que aparecen impresos en la cartilla y que los cubanos hace tiempo no pronuncian, como la manteca y el tomate. Mientras que otro esencial se agrega a mano: una libra de sal cada tres meses. ¿Será porque dos de ellos pudieran ser perniciosos a la salud? Yo no creo que a los jerarcas de Cuba esto les importe. Lo que sí es clave para esa robolución son sus cuentas numeradas en los bancos suizos. Estos bienes están desaparecidos, o en falta (como el petróleo venezolano y el azúcar blanca, que no la prieta) al vaivén de los negocios de las pirañas de la piñata cubana.

La cartilla también especifica la dieta de los enfermos. Esta pareciera destinada a prolongar la enfermedad. Comentemos las entradas: cuando más dos libras de cárnicos (como picadillo de soya extendido) al mes, un kilogramo de leche en polvo aproximadamente cada dos meses, y leche aguada y descremada (cuando aparece) una vez cada tres días. Y para de contar.

Ypara ponerle la tapa al pomo del futuro, el atraso y la falta de

desarrollo económico, social, y cultural de la isla, se prevé que empeore, ya que según el ordenamiento (ranking) del International Business Chronicle aparece en el último lugar de las Américas (más bajo que Haití) en cuanto a la tecnología comunicacional. Su utilización telefónica, tanto la tradicional como la celular, su disponibilidad de computadoras, y su acceso de todo tipo a la internet, ya sabíamos que eran de los más bajos del mundo.

 
 
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