Relegados
como toronjas
Odelín Alfonso Torna
LA HABANA, diciembre (www.cubanet.org) - Dentro de
la artificialidad parlamentaria de los diputados cubanos, apuesto
por los más sensatos. Me refiero a los que no renovarán
su escaño por su provincia o municipio. A mi juicio, creo
que tienen alguna similitud con las toronjas cosechadas en el municipio
especial Isla de la Juventud.
El cítrico, en su temporada, abandona el árbol,
ya sea por una mano hábil o simplemente por su caída
en plena madurez.
Diputados cubanos de renombre como el vicepresidente
del Consejo de Ministros, Pedro Miret, el cantautor Silvio Rodríguez
y el doble campeón olímpico de Montreal76, Alberto
Juantorena, están fuera de la nómina de aspirantes
al nuevo parlamento.
En honor a la verdad, el escaño que ahora
ceden, fue el reconocimiento por sus lauros deportivos, culturales
o políticos.
¿A donde van los que abandonan el cartapacio
de compromisos ineludibles y sin resolver? ¿A dónde
van los que tiran por la borda las rendiciones de cuentas y sus
peticiones ciudadanas?
¿A donde van los ex ministros, destituidos
por incompetencia, desvío de recursos o abuso de poder, los
que luego se transforman en sultanes sin trono pero con puesto “oneroso”
?
¿Por qué la ley es imparcial y decreta
“tráfico de influencias” dentro de una casta
tan congestionada de elementos corruptos?
No renovarán su escaño, para las elecciones
de enero, los ex ministros Roberto Tomás Días Sotolongo
(Justicia), Damodar Peña (Salud Publica) y Marcos Portal
(Industria Básica).
El órgano oficial del Comité Central
del Partido Comunista de Cuba dio a conocer, el sábado 15
de diciembre, las dos últimas dimisiones de la administración
de George W. Bush.
Esta vez fue la directora de asuntos legislativos,
Candida Wolff y el autor de los discursos del actual mandatario
estadounidense, William McGurn.
Es obvio que en nuestro escenario político-administrativo,
no sean frecuentes las dimisiones de ministros o diputados a la
Asamblea Nacional. Los escándalos al más alto nivel
vienen acompañados de despidos y sobredosis de degradación
mediática.
No podemos olvidar al ex miembro del Buró
Político del Partido Único, Juan Carlos Robinson,
condenado a doce años de cárcel, en junio de 2006.
Estoy seguro que el pueblo cubano apoyaría
la dimisión de la ministra de Industria Básica Yadira
García, si esta esgrimiera ante la jefatura los precios abusivos
de la tarifa eléctrica o la bochornosa manera en que se sustituyen
los electrodomésticos en el país.
¿Por qué no depone su mandato el ministro
de salud Pública, José Ramón Balaguer, en tiempos
en que la medicina revoluciona se inserta en un mercado solvente
y seguro con eslóganes humanitarios?
¿Por qué no renuncia la ministra de
Justicia y su cuadrilla de letrados? Debe ser más conveniente
traducir la Constitución Cubana al ilegible lenguaje castrista,
antes que respetar los verdaderos derechos y deberes del hombre.
Debo pensar que las renuncias forman parte de los
gobiernos de las democracias liberales. En las dictaduras, excluir,
destituir o exonerar, suena mejor.
En Cuba, una cadena de renuncias pudiera suscitar
los verdaderos cambios que se necesitan en materia económica
y política.
En marzo de 2008, las butacas del parlamento
estarán listas para los nuevos prosélitos. Los que
ya consumaron su estatus, estarán relegados como una toronja
pinera.
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