Crónica           IMPRIMIR
24 de dciiembre de 2007

Las Damas de Blanco

Dolia Leal Francisco

LA HABANA, diciembre (www.cubanet.org) - Por más de cuatro décadas el gobierno cubano ha gobernado contando con la tolerancia mas absoluta, en el mejor caso, y, en otros, con la indeferencia, de la comunidad internacional, y en particular con la indulgente mirada de los sectores políticos de izquierda, intelectuales, artistas, y otras muchas personas que veían en la Revolución Cubana, y en su carismático líder, una aureola de romanticismo quijotesco.

Esta dulce imagen quedo seriamente resquebrajada por dos acontecimientos de trascendencia histórica, ambos surgidos en el interior de la Isla:

1-La convocatoria al “Proyecto Varela”
2-La ola represiva desatada por el gobierno cubano en marzo del 2003.

Es, precisamente, a partir del arresto lo que hoy es conocida como “Causa de los 75”, que surge un inusitado movimiento civilista femenino conocido como “ Las Damas de Blanco”, al que, erróneamente, se le identifica como una corriente opositora o disidente, lo cual dista mucho de la realidad.

¿Quiénes son en realidad las Damas de Blanco?

Este movimiento es la consecuencia natural que la sumatoria de la desesperación, el desconcierto, la desesperanza, la impotencia y la indefensión que lleva a los seres humanos a asociarse para defenderse de un peligro común. En el caso de las esposas, hermanas, hijas y otros familiares de los sindicalistas, periodistas independientes y
opositores arrestados, encausados, juzgados y condenados en un proceso maratónico. Esta necesidad de relacionarse con los restantes familiares de las otras victimas de la represión, se volvió, en primer término, una necesidad de hallar y proporcionar consuelo, de buscar el consejo necesario, y, posteriormente, una obligación de solidarizarse con aquellos que se encontraban en la peor situación.

Estos encuentros se producían, de forma espontánea, en la vivienda de la Lic. Laura Inés Pollán Toledo, esposa del vicepresidente del Partido Democrático Liberal de Cuba (PDLC), sita en la céntrica calle Neptuno # 963 e/ Aramburu y Hospital, en el populoso municipio Centro Habana, a donde acudían diariamente numerosas esposas, hermanas y madres de los prisioneros del “Grupo de los 75”.

De estos contactos, y de forma natural y espontánea, surgieron los Té Literarios semanales que se ofrecían en el domicilio de la Lic. Laura Pollán, al que acudían de forma habitual un numeroso grupo de estas valientes mujeres, para departir sobre la situación de sus familiares, leer sus escritos que, en forma de poemas o en prosa, recibían de ellos.

Estas reuniones, de forma gradual, sirvieron para que ellas se fueran identificando cada vez más las unas con las otras, y para que surgiera entre ellas un sentimiento solidario y fraternal que las fue llevando a adherirse, cuando el caso así lo requería, a los reclamos y demandas que, de forma individual o colectiva, ellas consideraban necesario hacer a las diferentes instancias del gobierno cubano.

Ahora, después de situarnos en el contexto de las causas que originaron este movimiento, ya estamos en condiciones de responder la interrogante: ¿Quiénes son las “Damas de Blanco?

Las Damas de Blanco, como en diversas oportunidades han expresado algunas de sus más destacadas integrantes, entre las cuales se pueden citar las reiteradas declaraciones que a este respecto han hecho la Lic. Laura Pollán y la lúcida intelectual y periodista Lic. Miriam Leyva, son una asociación espontánea, solidaria y fraternal que incluye a todas los familiares femeninos de los 75 periodistas independientes, sindicalistas, y opositores apresados en la primavera de 2003, constituidas de forma absolutamente voluntaria para coadyuvar a la liberación de sus familiares injustamente encarcelados, así como a la de todos los presos políticos que sufren las atroces condiciones de reclusión que este régimen les ha impuesto por el único delito de disentir del discurso oficial.

A ellas no se les puede considerar como una organización, movimiento o asociación, atendiendo a las siguientes razones:

1-No poseen una estructura definida,
2-No poseen líderes o dirigentes reconocidos,
3-Carecen de una sede oficial,
4-No cuentan con reglamentos o estatutos que regulen su actuación,
5-No levantan actas de sus encuentros,
6-Todos sus acuerdos los toman por consenso, y
7-No tienen un vocero o representante oficial.

Las Damas de Blanco participantes en cualquiera de sus encuentros poseen voz y voto, y pueden manifestarse a nombre de las Damas de Blanco, siempre que dichas manifestaciones, orales o escritas, hayan resultado aprobadas por las damas asistentes.

Esta agrupación no tiene matices políticos o religiosos alguno, en ella se insertan de forma voluntaria y consciente todas las mujeres que deseen laborar, de forma pacifica y ordenada, por la libertad de sus familiares, independientemente de su filiación política o de sus creencias religiosa, por ello es que a nombre de las “Damas de Blanco” nadie puede, ni debe, participar en eventos de carácter sectarios, o de formular declaraciones que conlleven a atestiguar alguna preferencia o distinción para con algún grupo, movimiento o partido de determinada filiación.

Por el contrario, las Damas de Blanco han demostrado que ellas se sienten solidarias con todas y cada una de las diferentes corrientes del pensamiento democrático presentes en el espectro socio-político cubano.

Las Damas de Blanco constituyen una realidad, y una realidad resplandeciente que, desde la oscura noche en que por más de cuatro décadas han estado sumidos los destinos de Cuba, entonan un canto de libertad, paz, reconciliación y amor.

No es por casualidad que ellas fueron nominadas por el Parlamento Europeo, y en octubre de 2005, obtuvieron el Premio Sajárov.

 

 
 
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