El
gobierno promete fin de los apagones
WILFREDO CANCIO
ISLA
El Nuevo Herald
El gobierno cubano anunció que eliminará casi totalmente
los molestos apagones eléctricos como resultado de la llamada
''revolución energética'' emprendida por el país
desde el 2005, aseguraron fuentes oficiales de la isla.
''Cuba no tendrá más apagones en el
futuro'', afirmó un titular del periódico Juventud
Rebelde al reseñar la intervención en la Mesa Redonda
del miércoles de la ministra de la Industria Básica,
Yadira García.
''La eliminación casi total de los apagones
es apenas la punta del iceberg de un proceso que comenzó
cuando el barril de petróleo se cotizaba a $46 y que ahora,
cuando roza los $100, continúa ejecutándose'', afirmó
García ante la televisión cubana en presencia de ministros
y altos funcionarios gubernamentales.
La ministra señaló que ya se evidencian
''resultados concretos'', como haber eliminado el queroseno como
medio de cocción en 2.5 millones de núcleos familiares
en un proceso que ``está garantizado para el futuro''.
Sin embargo, las promesas oficiales del ''hágase
la luz'' se remontan siete años atrás y han puesto
en entredicho hasta las propias aseveraciones del gobernante Fidel
Castro.
El 31 de octubre del 2000, la emisora Radio Rebelde
aseguró que ''la era de los impopulares apagones había
llegado a su fin'' como resultado de la firma de un jugoso acuerdo
petrolero con Venezuela. La información aseveró que
la capacidad energética estaba ya por encima de la demanda
nacional, lo que se vería secundado por la modernización
de las termoeléctricas y la marcha de un extensivo programa
de ahorro de electricidad.
Pero los cortes de electricidad prosiguieron hasta
que estalló una crisis de energía por la interrupción
de la planta de Matanzas, lo que obligó al gobierno a un
plan de emergencia, incluyendo el cierre de fábricas y la
reducción de horarios laborales, a mediados del 2004.
Fue entonces cuando rodó la cabeza del titular
de la Industria Básica, Marcos Portal, quien había
permanecido en el cargo por 21 años.
Poco después Castro amasó la idea de
la revolución energética, un ambicioso plan a largo
plazo que ahorraría al país unos $1,000 millones anuales
mediante la sustitución de vetustos generadores de electricidad,
la rehabilitación de las redes y postes, y el reemplazo de
bombillos y equipos de alto consumo.
''Habrá un antes y un después de la
revolución energética de Cuba'', proclamó el
gobernante al inaugurar en la ciudad de Pinar del Río un
nuevo sistema eléctrico con generadores de emergencia.
Dos días después un apagón generalizado
dejó a La Habana a oscuras por más de ocho horas y
obligó a retrasar una intervención especial de Castro
en la Mesa Redonda.
Las autoridades atribuyeron los problemas de la red
eléctrica a ''fuertes vientos, la elevada humedad y el polvo
acumulado en las instalaciones de suministro'', pero apenas siete
meses después, el 24 de agosto del 2006, una avería
en el sistema nacional causó un gigantesco apagón
que se extendió por la ciudad capital y las provincias de
Pinar del Río y La Habana.
Según cifras oficiales, ya se han invertido
$4.9 millones para habilitar 600 talleres de reparación de
equipos electrodomésticos entregados, a lo largo de todo
el país.
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