19 de diciembre de 2007

Informe critica registros a viajeros desde Cuba

MARC LACEY
The New York Times


Sorprender a los estadounidenses que viajan ilegalmente a Cuba o que compran tabacos, ron u otros productos de la isla pudiera estar distrayendo a algunas agencias de gobierno federales de misiones de más prioridad, como la lucha contra el terrorismo o el narcotráfico, indica una auditoría que se dará a conocer hoy.

El informe de la Oficina de Fiscalización General (GAO) indica que el Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), que son parte del Departamento de Seguridad Interna, realizan inspecciones secundarias al 20 por ciento de los pasajeros de aviones fletados que llegan al Aeropuerto Internacional de Miami procedentes de Cuba, más de seis veces el número de inspecciones a otras llegadas internacionales, incluso de países que se consideran vinculados al narcotráfico.

El alto número de inspecciones y los numerosos decomisos de contrabando relativamente benigno ''han mermado la capacidad del CBP de cumplir su misión primaria de impedir que terroristas, criminales y extranjeros inadmisibles entren al país a través del Aeropuerto Internacional de Miami'', expresa la auditoría, a la que The New York Times tuvo acceso.

La auditoría también solicita al Departamento del Tesoro que analice las prioridades de su Oficina de Control de Activos Extranjeros, que tiene más de 20 programas de sanciones económicas y comerciales, como las dirigidas a congelar los activos de terroristas y restringir la proliferación de armas de destrucción masiva, pero que desde hace tiempo se ha concentrado en Cuba.

Entre el 2000 y el 2006, el 61 por ciento de las investigaciones y sanciones de la entidad han estado vinculadas al embargo a Cuba. En ese mismo período se han realizado 10,823 investigaciones sobre posibles infracciones relacionadas con Cuba y sólo 6,791 sobre todos los demás casos, según la auditoría.

Los críticos del embargo opinan que el informe es una muestra clara de que la política de EEUU hacia Cuba, que empezó bajo el gobierno de Kennedy, es anacrónica.

''Esta no es una buena política'', dijo el representante Charles B. Rangel, demócrata por Nueva York, que solicitó el informe hace un año junto a la representante Barbara Lee, demócrata por California. ``Es una venganza. Es estúpido. Es costoso. Y ahora descubrimos que amenaza la seguridad nacional''.

El Departamento de Estado, en una declaración de respuesta a la auditoría, dijo que aplicar la Ley de Comercio con el Enemigo, que prohíbe a los estadounidenses gastar dinero en Cuba sin autorización de Washington, es todavía una herramienta importante para aislar al régimen cubano. Hacer el embargo menos estricto, lo que han pedido los principales candidatos presidenciales demócratas en su campaña, ''ofrecería más dinero a la dictadura y prolongaría su estrecho control sobre todos los aspectos de la vida cubana'', expresó el Departamento de Estado.

 

 
 
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