Informe
critica registros a viajeros desde Cuba
MARC LACEY
The New York Times
Sorprender a los estadounidenses que viajan ilegalmente a Cuba o
que compran tabacos, ron u otros productos de la isla pudiera estar
distrayendo a algunas agencias de gobierno federales de misiones
de más prioridad, como la lucha contra el terrorismo o el
narcotráfico, indica una auditoría que se dará
a conocer hoy.
El informe de la Oficina de Fiscalización
General (GAO) indica que el Servicio de Aduanas y Protección
Fronteriza (CBP), que son parte del Departamento de Seguridad Interna,
realizan inspecciones secundarias al 20 por ciento de los pasajeros
de aviones fletados que llegan al Aeropuerto Internacional de Miami
procedentes de Cuba, más de seis veces el número de
inspecciones a otras llegadas internacionales, incluso de países
que se consideran vinculados al narcotráfico.
El alto número de inspecciones y los numerosos
decomisos de contrabando relativamente benigno ''han mermado la
capacidad del CBP de cumplir su misión primaria de impedir
que terroristas, criminales y extranjeros inadmisibles entren al
país a través del Aeropuerto Internacional de Miami'',
expresa la auditoría, a la que The New York Times tuvo acceso.
La auditoría también solicita al Departamento
del Tesoro que analice las prioridades de su Oficina de Control
de Activos Extranjeros, que tiene más de 20 programas de
sanciones económicas y comerciales, como las dirigidas a
congelar los activos de terroristas y restringir la proliferación
de armas de destrucción masiva, pero que desde hace tiempo
se ha concentrado en Cuba.
Entre el 2000 y el 2006, el 61 por ciento de las
investigaciones y sanciones de la entidad han estado vinculadas
al embargo a Cuba. En ese mismo período se han realizado
10,823 investigaciones sobre posibles infracciones relacionadas
con Cuba y sólo 6,791 sobre todos los demás casos,
según la auditoría.
Los críticos del embargo opinan que el informe
es una muestra clara de que la política de EEUU hacia Cuba,
que empezó bajo el gobierno de Kennedy, es anacrónica.
''Esta no es una buena política'', dijo el
representante Charles B. Rangel, demócrata por Nueva York,
que solicitó el informe hace un año junto a la representante
Barbara Lee, demócrata por California. ``Es una venganza.
Es estúpido. Es costoso. Y ahora descubrimos que amenaza
la seguridad nacional''.
El Departamento de Estado, en una declaración
de respuesta a la auditoría, dijo que aplicar la Ley de Comercio
con el Enemigo, que prohíbe a los estadounidenses gastar
dinero en Cuba sin autorización de Washington, es todavía
una herramienta importante para aislar al régimen cubano.
Hacer el embargo menos estricto, lo que han pedido los principales
candidatos presidenciales demócratas en su campaña,
''ofrecería más dinero a la dictadura y prolongaría
su estrecho control sobre todos los aspectos de la vida cubana'',
expresó el Departamento de Estado.
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