17 de diciembre de 2007

Comunidad cubana echa raíces en España

MADRID

HELENA POLEO / El Nuevo Herald

En el centro de esta capital, a pocas cuadras de la Puerta del Sol, se escucha el son cubano en un conocido restaurante, La Negra Tomasa, donde platos repletos de congrí, ropa vieja y tostones vuelan desde la cocina a las mesas de manos de mesoneros con acento caribeño.

En la acera de enfrente, una botánica atrae a la clientela con imágenes de santos; a pocas cuadras, un local de envío de dinero asegura que puede enviar dinero a Cuba.

No muy lejos, en el restaurante del Centro Cubano en Madrid, fotos de Celia Cruz, Andy García y Gloria Estefan comparten las paredes con mapas de Cuba y retratos de José Martí.

Pero más que negocios o instituciones, en estos puntos neurálgicos los cubanos que se han radicado en esta metrópolis española reencuentran algo de su calor caribeño reconectándose con los suyos.

Según el Observatorio Permanente de la Inmigración del gobierno español, más de 42,000 cubanos viven en España. Esta cifra no incluye los indocumentados ni los que han se han nacionalizado españoles.

Según algunos nativos de la isla y expertos en inmigración, la comunidad de cubanos en este país se ha mantenido relativamente pequeña debido a que muchos se naturalizan y prefieren irse a otras partes.

Juan Carlos López, de 39 años, llegó de Cuba en 1993 y pronto se hizo español.

''Los cubanos se arraigan rápidamente a la ciudadanía'', afirmó López, quien es natural de Santa Clara, en el centro de la isla. ``Muchos prefieren utilizar a España como puente para irse a otros países''.

López prefirió permanecer en Madrid y en 1997 formó Servitransfer Peninsular, una empresa de envíos de remesas en el corazón de la ciudad. El 70 por ciento de su clientela está integrado por cubanos, aseguró López, quien agregó que su oficina envía cerca de dos millones de euros anuales a la isla.

Compañías como las de López florecen en España, pues las grandes empresas de envío de dinero normalmente no pueden hacer remesas a Cuba por sus vínculos comerciales con Estados Unidos, según establece el embargo norteamericano.

La oficina de Servitransfer Peninsular se ha convertido en un sitio de encuentro para un selecto grupo de cubanos en la ciudad.

Enrique González Alonso, llegado a Madrid de Cienfuegos, en junio del 2006, gracias a que sus abuelos eran españoles, suele reunirse en esa oficina. Pero el cubano de 38 años dijo que, a pesar de tener vínculos familiares y amigos en la ciudad, la experiencia de inmigrante no ha sido nada fácil.

''Duré casi un año sin papeles, y en ese tiempo no conseguí trabajar en nada, más que en trabajos informales'', comentó González Alonso, quien dijo que se graduó de Ingeniería Química en Cuba.

A pesar de contar con varios sitios de encuentro, la comunidad cubana en España, expresan los que pertenecen a ella, es dispersa y poco organizada.

''Reunir a los cubanos es complicado'', subrayó López.

Por otro lado, la cantidad de cubanos que viene a España es cada vez menor, pues las leyes de inmigración españolas son cada vez más estrictas. Ahora es casi imposible inmigrar legalmente al menos que se trate de un familiar directo de un ciudadano español, según información oficial.

Fernando Fernández Catá, el dueño del restaurante y del local donde se reúnen los miembros del Centro Cubano de Madrid, casi todos los días atiende a una nutrida clientela mayormente española.

El Centro Cubano de Madrid, que se dedica a ayudar a los cubanos recién llegados, es el único de este tipo en Europa, aseguró Fernández Catá, que es cubano de nacimiento. Tras su establecimiento en 1967, la entidad llegó a tener 1,300 miembros; ahora sólo cuenta con 370, de los cuales 10 son españoles.

''Todos los miembros se han ido muriendo y los que llegan no quieren organizarse'', acotó Fernández Catá, de 75 años.

El Centro, que en el pasado recibió el apoyo de la Fundación Nacional Cubano Americana, coordinaba manifestaciones contra el régimen de Fidel Castro. Sin embargo, en los últimos años no se ha organizado ninguna.

''Los cubanos aquí no quieren participar por miedo a que la embajada no les deje sacar a los familiares'', indicó Fernández Catá.

Además de sitios donde buscar guía y ayuda como el Centro, y locales donde se puede escuchar salsa en vivo y comerse un buen plato de arroz con frijoles como La Negra Tomasa, los cubanos también pueden practicar la santería. Frente al restaurante, en el centro de Madrid, está la botánica Santería Milagrosa.

 
 
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