Crónica           IMPRIMIR
17 de dciiembre de 2007

Cuba en el informe de desarrollo humano 2007-2008 (Final)

Oscar Espinosa Chepe

LA HABANA, Cuba, diciembre (www.cubanet.org) - Otros aspectos importantes también falsean la apreciación sobre Cuba. Es el caso del desempleo, donde se acepta el índice de 1,9% presentado por las estadísticas oficiales cubanas desde 2004, uno de los más bajos del mundo. Esto se contradice con lo que se aprecia en cualquier ciudad o pueblo e incluso con artículos publicados en la prensa cubana (Juventud Rebelde, 25 de noviembre), donde se citan estudios realizados en territorios del país en los que las cifras de personal desvinculado laboralmente son varias veces superiores a esos montos. Esto sin mencionar el desempleo encubierto debido a la desorganización y la baja productividad del trabajo.

Tienen singular importancia también los datos del informe sobre el acceso de los cubanos a las fuentes modernas de comunicación, que confieren a Cuba el último lugar en América Latina y el Caribe, por debajo de Nicaragua, Bolivia y Haití, por tener 12 abonados de teléfonos móviles por mil habitantes y 17 usuarios de Internet por cada mil habitantes. Esas cifras son ampliamente inferiores incluso a las de gran número de naciones africanas. El consumo de energía eléctrica per cápita, un indicador básico para medir el desarrollo de un país, es de 1380 Kilowatts/hora, lo cual ubica a Cuba en el informe del PNUD en el lugar décimo sexto en América Latina y el Caribe. Estos datos muestran una evidente regresión tecnológica, en una nación que fue pionera en la región en la utilización de la máquina de vapor, el ferrocarril, el telégrafo, la telefonía, la radio y la televisión, con notables avances en otros campos como construcción, medicina, arquitectura, educación y medición económica.

Asimismo, debía analizarse con mayor profundidad el estado del respeto a los derechos humanos en Cuba, con cárceles llenas de pacíficos prisioneros de conciencia y políticos condenados a largas penas sólo por reclamar libertad y una vida digna para todos los ciudadanos; un país donde rige un oprobioso apartheid de los nacionales, y actúa un asfixiante ambiente totalitario.

Aunque el actual régimen no ha denunciado los Convenido 87 y 98 referentes a la libertad de asociación y negociación colectiva de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), suscritos en 1952, en la práctica se violan al no permitirse la creación de organizaciones sindicales independientes del control del partido comunista ni negociaciones donde primen los intereses de los trabajadores, a la vez que está prohibido el derecho a la huelga. Esto ratifica el irrespeto a los derechos humanos en sentido general, lo que debería tomarse más en cuenta en los análisis sobre Cuba de las Naciones Unidas.

Ahora que las autoridades han anunciado la próxima suscripción de los Pactos Internacionales de Derechos Civiles y Políticos y de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, después de decenios de negarse a hacerlo, si la Asamblea Nacional del Poder Popular los ratifica, es de esperar el cumplimiento del contenido de estos documentos. Muy en especial lo referido al respeto de los derechos de expresión, reunión y asociación, así como a crear sindicatos independientes y a los ciudadanos poder entrar y regresar al país con entera libertad como establece el artículo trece de la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Sí existe una intención seria por parte del gobierno al decidir suscribir los Pactos, deberían publicarse íntegramente para conocimiento de toda la población.

Resulta positivo que al informe se le haya incorporado una sección sobre delincuencia y justicia penal, con datos demostrativos de que Cuba actualmente tiene una de las peores situaciones en el mundo, con 55 000 ciudadanos privados de libertad, o sea 487 presos por 100 000 habitantes, para el sexto lugar a nivel planetario, según el PNUD

Objetivamente, existen muchas más cuestiones necesarias de evaluar por presentar una situación preocupante. Entre ellas están serios problemas demográficos, injustas diferencias económicas y sociales, deficiente suministro de alimentos, galopante corrupción, dificultades con el suministro de agua por el calamitoso estado de las conductoras, falta de vivienda, empeoramiento de la higiene pública y el medio ambiente y otras graves dificultades provocadas todas por una larga crisis de cerca de 15 años, que tiene por causa esencial la obstinada aplicación de un disfuncional sistema económico, político y social.

La ubicación de Cuba en el lugar 51 a nivel mundial resulta discutible por basarse en indicadores cuantitativos poco sustentables, aportados por las autoridades cubanas, a lo se agrega las dificultades para tomar en cuenta con efectividad los aspectos cualitativos del análisis.

Es de esperar que en próximas evaluaciones de la realidad cubana estas cuestiones sean tomadas con mayor rigor, lo cual redundaría en mayor credibilidad de este importante informe para bien, en primer lugar, de los propios cubanos.

 

 
 
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