¿Cuál
será el PIB de 2007?
Fabián D. Arcos
LA HABANA, Cuba, diciembre (www.cubanet.org) - Como
cada diciembre, y a veces con más expectativas que con los
regalitos que se puedan recibir en Navidad, los especialistas, conocedores
y aficionados a las cifras económicas esperamos la divulgación
del PIB nacional.
La incógnita se despeja a finales de mes,
cuando la Asamblea Nacional se reúne y el ministro de Economía
valora el año transcurrido y da las pautas económicas
del por venir. Pero desde antes, con pronósticos y diversos
datos públicos o no de la marcha de la economía, algunos
se atreven a hacer vaticinios. Ni siquiera la fiebre beisbolera
de la recién iniciada serie nacional impide estos pronósticos.
A finales del pasado año José Luis
Rodríguez, ministro de Economía, anunció que
para el presente el PIB tendría una disminución respecto
al logrado en 2006 (12,7) y que estaría sobre el 10%. Ello
debido a que los niveles alcanzados en el año precedente
no se podían mantener dado la inestabilidad de los precios
en el mercado internacional y haberse logrado un incremento en los
servicios sociales que no era posible sostener.
Algunos especialistas del patio, en especial del
Centros de Estudios de la Economía Cubana (CEEC), entendían
que inclusive con la nueva metodología para determinar los
valores del PIB este no superaría el 8 %, con lo cual la
economía registraría una verdadera desaceleración.
Y sus pronósticos, sin entrar en lógicos detalles,
se corroboran con el comportamiento del año.
La subida de los precios de la mayoría de
los productos alimenticios, como lógica consecuencia del
repunte realizado por el petróleo, obliga a un mayor desembolso
de divisas, superando así la tan divulgada de 1,000 millones
dedicados a garantizar la canasta básica de la población.
Ello repercute de manera negativa sobre los valores a contabilizar
en el cálculo del PIB.
Otro tanto pasa con la industria azucarera. El pasado
año el precio promedio mundial del azúcar estuvo en
14,95 centavos de dólar por libra. Y para este año
se calcula en unos diez centavos, por lo que la merma producida
en la zafra también repercute desfavorablemente. Si a ello
se suma que por el déficit de producción hubo que
importar 200 mil toneladas de refino de baja calidad, se calcula
que este año se eleve esa compra con claro perjuicio para
la balanza de pagos.
La producción nacional de alimentos ha resultado
insatisfactoria, agravando el déficit de los mismos en los
mercados nacionales. En el transcurso del primer semestre de este
año, el de mayor peso en los totales cosechados, se aprecian
descensos significativos en la producción de tubérculos
y raíces, en especial la papa, que tuvo una mala cosecha
por razones climatológicas.
También disminuyó la producción
de hortalizas, en especial tomates y pimientos, aunque se reporta
un ligero incremento en la recolección de plátano,
cebolla, ajo, arroz, frijoles, maíz, cítricos y frutas
tropicales. Pero esos incrementos son sobre la base de igual período
del pasado año, que resultaron a su vez los más bajos
del último trienio.
En la ganadería vacuna decrece la producción
de carne, mientras que la de leche se incrementa por una mayor incorporación
de vacas al ordeño. Pero el promedio de litros por vaca en
cada día de ordeño sólo alcanza la cifra de
3,2 litros, muy baja. La producción de carne de ganado porcino
se incrementa, así como la de huevos, pero en esta última
se evidencia un deterioro en sus indicadores de eficiencia, como
la reducción del número de huevos por ponedora y aumento
de la cantidad de pienso consumido por huevo obtenido, esto último
grave en medio del alza del costo de los piensos. Todo esto induce
a pensar que la producción agropecuaria no será un
factor clave en el crecimiento económico del país.
El pasado año el níquel desempeñó
un papel primordial por sus altos precios en el mercado. Aunque
de forma general se mantiene, en ciertos momentos se registraron
algunos descensos del precio durante el año. Las fuertes
lluvias de octubre y noviembre paralizaron también la extracción
de mineral en las minas a cielo abierto. No obstante, este año
continuará como uno de los principales aportadores a la economía
y al PIB.
Los incrementos en la extracción de petróleo
y gas acompañante, así como lo relacionado con la
generación de electricidad aportan crecimientos aunque no
tan elevados como para variar la tendencia del crecimiento nacional.
También el precio del petróleo en el mercado internacional
influye negativamente en el PIB, pues aunque la mayoría es
subsidiado por Venezuela, este se paga a la mitad del precio del
mercado internacional, de ahí un mayor gasto de divisas en
ese orden.
La otrora “locomotora de la economía”,
el turismo, se considera que no alcanzará los 2,3 millones
de visitantes estimados, ya que según informes del primer
semestre de este año había disminuido en el 10 % en
comparación con igual período del año anterior.
En esto ha influido considerablemente la depreciación de
las divisas que hace más caro los paquetes turísticos,
una pérdida de la calidad frente a competidores del área
como Cancún y República Dominicana, y las restricciones
del gobierno norteamericano que limitan considerablemente el número
de cubanos-americanos en la Isla.
Sin embargo, los estudiosos de la economía
consideran que lograr el esperado 8 % puede parecer un poco irreal
ante los resultados económicos, y algunos se inclinan a disminuir
esa cifra hasta el 6 %.
Pero no nos extrañemos que en la última
sesión de la Asamblea Nacional el alentador ministro anuncie
que el plan se cumplió, que pese a todos los percances y
vicisitudes hemos crecido al 10 %. A lo mejor desde un hospital
donde se guarda el principal secreto de estado, o desde un estado
mayor donde se reúnen los generales con cargos en la economía
le hayan ordenado que el PIB no puede bajar de los dos dígitos.
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