Las
jóvenes catalanas retenidas en Cuba afirman que eran 'conscientes'
de los riesgos de criticar el régimen de Castro
Las ocho catalanas retenidas durante unas horas en
Cuba después de participar en una concentración en
defensa de los presos políticos aterrizaron esta tarde en
el aeropuerto de El Prat tras más de 15 horas de viaje desde
La Habana. Las jóvenes, miembros de la Juventud Nacionalista
de Catalunya (JNC), afirmaron que antes de viajar eran 'conscientes'
de los riesgos que entrañaba visitar Cuba con el objetivo
de denunciar el 'poco respeto' a los derechos humanos en la isla
caribeña.
Las jóvenes llegaron a El Prat en dos aviones
procedentes de Madrid, donde habían aterrizado unas horas
antes. A su llegada a Catalunya, fueron recibidas por una treintena
de miembros de la JNC (las juventudes de Convergència Democràtica
de Catalunya) así como por el presidente de la JNC, Martí
Ferrer; el portavoz de CiU en el Ayuntamiento de Barcelona, Xavier
Trias; el diputado de CiU en el Parlamento de Catalunya, Josep Rull
-marido de Meritxell Lluís, una de las jóvenes retenidas-;
y por el responsable de Relaciones Internacionales de CiU, Carles
Llorens.
Francina Vila, concejal en el Ayuntamiento de Barcelona
y una de las jóvenes retenidas en Cuba, afirmó que
'antes de viajar sabíamos que podía pasarnos algo
así en un país como Cuba donde no están garantizados
los derechos humanos'. La joven explicó que las autoridades
cubanas las trataron con 'respeto', aunque vivieron momentos de
incertidumbre en las primeras horas de su retención en dos
hoteles de La Habana.
'Tuvimos un poco de inseguridad y de incertidumbre
porque piensas que en un estado totalitario te puede pasar cualquier
cosa. Y cuando nos requisaron los pasaportes y los billetes de avión,
hubo unas horas en las que no sabíamos nada', afirmó
Vila.
Finalmente, las jóvenes fueron expulsadas
de Cuba, de donde partieron la pasada madrugada. Durante todo su
periplo estuvieron acompañadas por la embajada de España
en Cuba que las atendió 'en todo momento', según Vila,
que quiso 'agradecer el gran apoyo que nos dio la embajada'.
Las jóvenes viajaron a Cuba a título
individual pero bajo una acción coordinada por la JNC con
el objetivo de apoyar a la organización cubana Damas de Blanco,
que lucha por la defensa de los presos políticos, y para
hacer llegar a la opinión pública la situación
que se vive en Cuba 'de falta de respeto a los derechos humanos'.
El pasado domingo, este grupo de jóvenes catalanas
junto a otras 17 personas procedentes de Bosnia, Suecia y Perú
dieron apoyo a la concentración que Damas de Blanco realizó
en La Habana. Tras este acto, que tuvo lugar al mediodía,
la noche del domingo los agentes de inmigración del Gobierno
cubano se personaron en los hoteles de las jóvenes catalanas
para comunicarles que habían infrigido las leyes. Según
las autoridades cubanas, su visado como turistas no permitía
participar en concentraciones políticas.
Laura Costa, concejal en el Ayuntamiento de Sant
Celoni y una de las jóvenes retenidas, afirmó que
'contábamos con un grupo de observadores externos que estaban
preparados para darnos apoyo si pasaba algún hecho grave'.
Dos de las personas que formaban parte de este grupo de observadores
externos también eran catalanes y tienen previsto volver
a España mañana. Las jóvenes no quisieron dar
más datos sobre estas dos personas para preservar su seguridad.
A su llegada a Catalunya, las jóvenes
expulsadas de Cuba denunciaron también la falta de noticias
sobre la situación de un grupo de mujeres peruanas que también
participó en las movilizaciones de Damas de Blanco y del
que, según Francina Vila, 'por el momento no se tienen noticias'.
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