Más
cubanos se atreven a hablar
The Miami Herald
- LA HABANA
Silvia, una química y autodeclarada socialista,
dice sentirse traicionada por una revolución que la ha ''esclavizado''.
Felipe, un carpintero, pregunta delante de sus compañeros
por qué a Fidel Castro se le ocurre una idea hoy y al otro
día día es ley. Lisette, una enfermera, le cuenta
a una persona totalmente extraña cómo el sistema médico
se ha deteriorado desde que miles de doctores cubanos se fueron
para Venezuela.
Tal vez sea ''la ley de las consecuencias involuntarias'',
pero lo cierto es que desde que el gobernante interino Raúl
Castro llamó a debatir los innumerables problemas del país,
más y más personas están hablando. Y no sólo
sobre las mercados y farmacias vacías y el pésimo
transporte público, sino sobre temas tradicionalmente prohibidos
como la libertad y la democracia.
''En la calle, en los trabajos y en los barrios,
ha aparecido alguna flexibilidad en términos de represión
y de expresión'', dijo Ahmed Rodríguez, un periodista
de la oposición que dirige Juventud sin Censura, una agencia
de noticias en La Habana. ``La gente ha perdido un poco del miedo,
aunque no sea todo''.
Aunque nadie está sugiriendo que el gobierno
cubano se haya vuelto partidario de la libertad de expresión,
muchos dicen que la misma ha estado aumentando poco a poco. Raúl
Castro invitó a los cubanos a manifestarse en reuniones comunitarias
y en los centros de trabajo y éstos se sienten cada vez más
cómodos expresándose libremente en todas partes. Esto
representa un cambio importante y subraya las sutiles transformaciones
que se están desarrollando en el año y medio que Fidel
Castro lleva enfermo.
Algunos expertos se preguntan si permitir más
críticas no será peligroso y si esto, en vez de permitirle
soltar vapor a la caldera de la opinión pública, no
conducirá a su explosión.
''En un sistema políticamente cerrado como
el de Cuba, promover ese tipo de discusión siempre es peligroso.
Y esto se agrava por el hecho de que no están resolviendo
nada, de que la vida de la gente no está mejorando en lo
más mínimo'', dijo Brian Latell, antiguo experto de
la CIA en temas cubanos. ``Quizás ya estemos empezando a
ver los primeros signos de una inquietud generalizada. Si esto sigue
así, están jugando con fuego''.
Los cubanos están de acuerdo en que la gente
está criticando más abiertamente.
''La gente no puede más. Se suponía
que esta revolución fuera una cosa y ahora nos damos cuenta
de que es otra'', dijo un trabajador que pidió anonimidad.
``La gente quiere cambios. El gobierno convocó reuniones
para oír lo que la gente tenía que decir, y la gente
lo está aprovechando''.
El mes pasado, varios jóvenes fueron detenidos
por protestar por las elecciones municipales, calificándolas
de fraude y engaño. Semanas más tarde, una organización
de mujeres rurales le presentó una petición a la legislatura
nacional firmada por miles de mujeres que exigían terminar
con el sistema de la moneda doble. Pocos días más
tarde, un grupo de jóvenes dijo haber reunido 5,000 firmas
de estudiantes en demanda de autonomía universitaria. En
una rara decisión, Granma, el periódico del Partido
Comunista, aludió a los movimientos de petición, algo
que los disidentes dijeron era nuevo y sorprendente.
Una de las más inesperadas manifestaciones
de debate se produjo el mes pasado cuando varios intelectuales que
se habían manifestado anteriormente en contra de un funcionario
gubernamental que en los años 70 había encabezado
una represión contra los artistas, fueron invitados a un
programa de TV llamado Diálogo Abierto.
''Nos hemos acostumbrado a no discutir'', dijo Alfredo
Guevara, un viejo partidario de Fidel Castro, según reportó
el periódico mexicano La Jornada. ''Le respondimos a Fidel
con el silencio'' y posteriormente ''Tuvo que venir Raúl''
para empezar el diálogo.
Se estima que esa comparecencia en televisión
haya sido la primera vez en que la prensa cubana haya discutido
la represión de los años 1970 contra los intelectuales.
También ha sido la primera vez en que la prensa cubana mencionara
las masivas reuniones de crítica celebradas en octubre a
solicitud de Raúl Castro.
La blogger cubana Yoani Sánchez, que vive
en La Habana, le restó importancia a la comparecencia por
televisión, calificando el programa como una unilateral ``discusión
entre revolucionarios''.
Pero el jefe del comité cultural de Partido
Comunista le dijo a una revista cubana que la revolución
estaba considerando una profunda transformación.
''El mismo partido está repensando su relación
con la sociedad para buscar un diálogo más directo,
más efectivo y una mayor participación de la gente
en las discusiones'', dijo Eliades Acosta en el sitio webCubarte.
``Nosotros aspiramos a tener una sociedad que hable en alta voz
sobre sus problemas, sin miedo..., en la que los errores se discutan
públicamente para buscar soluciones, y en la que gente pueda
expresarse honestamente''.
Llamó a poner fin ``al abuso de prácticas
institucionales para limitar la crítica''.
Rodríguez, el periodista opositor, observó
que la prensa cubana parecía haber respondido al llamado
de apertura de Raúl Castro: recientemente la TV cubana transmitió
un discurso del presidente Bush y transmitió igualmente la
escena en que el rey de España manda a callar a Hugo Chávez.
''Ahí estaba, claro como el agua, en Cubavisión,
el rey gritándole a Chávez que se callara'', dijo.
``En el pasado, eso nunca se hubiera transmitido''.
Observó sin embargo, que el gobierno cubano
todavía controlaba las noticias y seguía encarcelando
a los activistas. Tres líderes estudiantiles que presentaron
las peticiones sobre autonomía universitaria fueron encarcelados
durante una semana. La TV Martí sigue interferida y la mayoría
de los cubanos no tiene acceso a la internet.
Los cubanos dicen que aunque un número creciente
de personas se sienta en mayor libertad para hablar, es muy difícil
superar el legado de 50 años de represión de la libertad
de expresión. Raúl Castro ha sido descrito simultánemente
como reformador y represor.
''¿Usted sabe que en las universidades están
ofreciendo un curso llamado ``Reflexiones''? , dijo Felipe, el carpintero.
Fidel Castro ''escribe unos ensayitos, los llama
``reflexiones'', y ahora los estudiantes tienen que estudiarlos'',
dijo. ``Los estudiantes van a leerlos y estudiarlos, pero no van
realmente a discutirlos. Quizás haya más gente hablando
pero no lo hacen donde realmente tiene importancia. En fin de cuentas,
todo es mentira''.
En Cuba, los disidentes dicen que los cambios no
sólo son señales de un cambio de política empujado
por Raúl Castro, sino también señales de que
hay una sociedad harta. ''Ya han pasado más de 40 años
de esta porquería'', dijo una lavandera de La Habana, que
dijo haber votado ''no'' por todos los candidatos en una reciente
elección municipal. ``Y ahora se aparecen con que quieren
que les digamos que es lo que está mal''.
''Vamos a decirles unas cuentas cosas. Vamos
a soltar la lengua''. EL Miami Herald no publica el nombre del corresponsal
que realizó este reportaje y tampoco los apellidos de las
personas citadas, porque el reportero no tiene la visa de periodista
requerida por el gobierno para reportar desde la isla.
|